"Capítulo 31"

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La imagen desapareció de la mente de Jared en cuanto se asomó al precipicio. Estaba vivo, colgando de cabeza. Una liana se había enredado en su pie derecho mientras caía, salvándolo de la caída al abismo. Aunque la liana lo había salvado, esta no era lo suficientemente fuerte y gruesa para sostenerlo por siempre, poco a poco empezaba a desgarrarse.

—¡No te sueltes, voy por ti! —gritó Jared mientras descendía lo más rápido que podía.

—¿¡Como porque me soltaría!? —chilló Dylan mientras trataba de alcanzar una liana— ¡Para empezar ni estoy agarrado!

La liana cada vez se desgarraba más rápido, Jared no iba a llegar a tiempo. Sin previo aviso, la liana término de desgarrarse, dejando caer a Dylan.

—¡Dylan! —el gritó Jared atravesó el aire.

Segundos antes de que la liana se desgarrara, logro aferrarse a otra liana. El peso de su cuerpo lo hizo dar media vuelta en el aire, torciéndose la muñeca, haciéndolo soltar la liana. Reacciono rápido y con ambas manos se sostuvo de una liana gruesa que colgaba de la pared de metal, la velocidad con la que iba lo hizo deslizarse por esta uno cuantos metros antes de detenerse por completo. Jared se apresuró a bajar lo más rápido que pudo.

—¿Dylan estás bien? —preguntó Jared con preocupación mientras se acercaba.

—Sí... eso creo —musitó Dylan frunciendo el ceño, sentía sus manos calientes. Puso sus pies sobre varias lianas, levanto una de sus manos de la liana y volteo la palma hacia él. Estaba manchada de sangre fresca con pequeñas partes secas. La fricción que había hecho con la liana le había lastimado parte de su palma y al parecer también la había cauterizado. La sangre le impedía ver que tan grave había sido, aunque tener la mano manchada de sangre no era buena señal. Su otra mano estaba igual, un líquido rojo se escurría por la liana. Se sujetó de la liana con su brazo y tentó parte de su palma, no sintió ningún dolor. Tal vez la fricción le había quemado los nervios.

—Eso no se ve bien —comentó Jared, ya había bajado hasta donde estaba Dylan.—Tenemos que curarte eso —Se arrancó parte de la tela de su extraña capa y envolvió sus palmas— ¿Crees poder subir así?

—Sí, eso creo. No siento dolor.

Jared se extrañó al escucharlo —Bueno, vamos.

Se agarró de las lianas que estaban arriba de él y comenzó a subir, no sentía nada por más que apretaba las lianas, era como si su mano y su cerebro no reaccionarán ante la herida.

—¡Dylan! ¡¿Qué paso, estás bien?! —gritó Alex desde la cima del muro.

—¡Sí! —respondió Dylan mientras seguía escalando. Ya casi llegaba a la cima, Jared venía unos metros abajo de él.

Alex se acercó al precipicio al escuchar la voz de Dylan salir de ahí. —¿Qué paso? Escuchamos un grito cuando íbamos llegando a la cima. Timothy nos dijo que algo te había pasado.

—Me resbale y me lastime las manos, pero estoy bien. ¿Cómo es allá arriba? ¿La ciudad está del otro lado? —agregó Dylan alzado su mirada hacia arriba.

Alex negó con la cabeza —Es difícil de explicar, Velo por ti mismo —Le extendió la mano.

Dylan se sorprendió ante la respuesta de Alex. ¿No había ninguna ciudad? ¿Estaba destruida? ¿Había naves? ¿Qué había? Tomo su mano y subió lo último que le faltaba. Con su otra mano se recargó en el borde del muro para impulsarse, estaba frío.

No hicieron falta palabras para expresar lo que sentía al ver lo que había, su cara era más que necesaria. No había nada, más que un suelo de acero azulado, medio despintado, dejando ver el color original grisáceo del acero.

Heaven of death Fire rainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora