Heaven of death Fire rain

"Capítulo 25"

Dylan perdió la audición, solo podía escuchar un ligero pitido en ambos oídos. Había caído de cara contra el suelo. Frente a él había varios pedazos de vidrio regados por el suelo. Junto a estos estaba la lámpara totalmente destrozada. Todo el lugar se había inundado de una nube de polvo grisácea. El suelo, su ropa y la mayoría de su cuerpo estaban cubiertos por una fina capa de polvo. Una tenue luz azulada detrás de él, atravesaba aquella nube de polvo. Puso sus manos sobre el piso y se levantó lentamente. Mientras tosía por el polvo, dirigió su mirada hacia el origen de aquella luz azulada.

La pared donde estaban recargados los lavatrastos y la estufa había desaparecido. En su lugar había un agujero de gran tamaño. Por aquel agujero entraba aquella tenue luz azulada, había comenzado a amanecer. Había varios pedazos de metal regados por el suelo, probablemente eran los restos de los lavatrastos, lo único que había quedado entero era la estufa, la cual estaba volcada sobre el suelo.

Volteo hacia su izquierda y pudo ver a Alex recargado sobre la mesa de metal tosiendo por el polvo. Acaba de levantarse del suelo, tenía su rostro cubierto de un polvo grisáceo junto con el resto de su ropa y cabello.

Mientras metía uno de sus dedos en su oreja, para tratar de bloquear ese pitido que escuchaba, vio entre la nube de polvo una figura de gran tamaño que entraba a la habitación por aquel agujero en la pared. Era Jack. Sobre sus manos traía un papel amarillento enrollado, era el mapa que había usado anteriormente para enseñarles la ruta.

Se acercó a Dylan rápidamente mientras movía su boca y sacudía sus manos, pero él no podía escuchar nada. Le extendió el mapa enrollado con una de sus manos, mientras ponía su otra mano sobre el hombro de Dylan. Este seguía sin entender nada, pero lo agarró al ver la desesperación en el rostro de Jack. En cuanto Dylan agarró el mapa Jack salió corriendo hacia el agujero y se perdió entre la nube de polvo.

Dylan apretó el mapa con una de sus manos y caminó despacio hacia Alex, quien estaba igual de desorientado que él. Puso su mano sobre el hombro cubierto de polvo de Alex y este volteo a verlo. Abrió su boca y trató de decir su nombre, pero no escuchaba que ningún ruido saliera de su boca. Alex, al parecer sí lo escuchaba, estaba moviendo su boca mientras agitaba sus brazos. Tal vez le estaba respondiendo. Su audición empezó a regresar poco a poco, el pitido cada vez dejaba de sonar menos. La voz de Alex empezó a escucharse algo lejana.

—¡Dylan! ¡Necesitamos...!

—¡¿Qué?! ¡No te oigo!

—¡Qué necesitamos sa...!

—¡¿Qué!?

Su adición regresó a su estado natural de golpe.

—¡Que necesitamos salir! ¡Ya!

La voz de Alex resonó demasiado fuerte en su Cabeza. Podía escuchar disparos a lo lejos.

—¡Dylan, tenemos que irnos! ¡Ya escuchaste a Jack!

—¿A Jack? —preguntó Dylan mientras trataba de acostumbrarse al sonido que había vuelto de golpe.

—¡Si para eso te dio el mapa! ¡Vámonos!

Dylan volteó a ver el mapa que tenía apretado en una de sus manos. No había escuchado nada de lo que Jack le había dicho, pero Alex debía tener razón. No había otra razón por la que se lo hubiera dado.

—¿¡Y por donde nos vamos!? —preguntó Dylan.

Alex se quedó frío ante la pregunta —¡No sé! ¡Jack no dijo nada al respecto! ¡Debe de haber una salida o algo por el estilo! ¡Ayúdame a buscarla!