Heaven of death Fire rain

"Capítulo 19"

— NO! —gritó Dylan despertando de golpe.

—¿¡Dylan!? ¿¡Qué pasó!? —dijo Alex asustado mientras se levantaba y corría hacia él. El grito de Dylan lo había despertado.

Dylan estaba pálido y su respiración estaba agitada. Alex trató de hablarle, pero estaba perdido. Era como si estuviera en algún tipo de trance.

Poco a poco empezó a oír la voz de Alex. Trato de decirle algo, pero su voz estaba temblorosa, apenas y podía respirar bien. Podía sentir como su espalda estaba empapada de sudor, sus manos estaban frías y temblaban constantemente. Odiaba más las pesadillas que podía recordar que las que no.

Alex al ver que no podía hacer nada se sentó frente a él esperando a que aquel trance se le pasará. No podía hacer nada por el momento, aunque quisiera, estaba perdido por completo.

Dylan volteó a ver el cielo, mientras trataba de recuperarse. Estaba despejado, la luna llena estaba sobre ellos a su máximo esplendor. Su color blanco se veía más vivo que nunca. Las estrellas que estaban junto a esta parecían pequeñas luces blancas parpadeando. De alguna manera, aquella vista de la luna y las estrellas lo empezó a tranquilizar, tanto que cayó dormido mientras la observaba.

—Dylan.

—Dylan.

—Despierta, tenemos que irnos.

Dylan abrió sus ojos poco a poco, su vista estaba algo borrosa. Podía ver la silueta difuminada de Alex frente a él. Se sentó sobre las ramas y se talló los ojos mientras bostezaba. Su vista se aclaró y pudo ver mejor a Alex.

—Vamos —dijo Alex mientras le extendía su mano para que se levantara.

—Sí, sí, ya voy —agregó Dylan mientras agarraba la mano de Alex para pararse.

La luz amarillenta del amanecer atravesaba las ramas de los árboles. El parque alumbrado por aquella luz lo hacía parecer un lugar sacado de un cuento de fantasía, no un lugar donde alguna vez hubo una guerra. Mientras Dylan observaba el parque alumbrado por aquella luz, recordó el sueño que había tenido. Había podido sentir de alguna manera el dolor, pero no tenía sentido. Solo había sido un sueño. Aun así, lo que más le preocupaba era el hecho de que Alex lo había visto en ese estado. Nunca hablaba del tema porque le daba vergüenza, pero ahora tendría que explicarle a Alex porque había gritado como un loco la noche anterior.

—Agarra tu mochila, te espero en la fuente —dijo Alex mientras se colgaba su mochila y caminaba hacia las raíces por donde habían bajado.

—Sí, ya voy —agregó Dylan mientras sacaba su mochila de entre las ramas.

Mientras Dylan caminaba hacia las raíces, observó los detalles del lugar que no había visto el día anterior por falta de luz. La mayoría del suelo tenía varias grietas, unas pequeñas y otras grandes. Había una capa de musgo cubriendo las grietas y el suelo, al igual que pequeñas raíces. Las raíces por donde había bajado tenían un color café algo claro, al igual que el resto.

Dylan caminó entre los árboles tratando de no tropezar con las raíces y piedras que había. Llegó al claro donde estaba Alex esperándolo sentado junto a la fuente, junto a él estaba su mochila sobre el suelo. Alex tenía la mirada fija en el agua verdosa que había en la fuente.

—¿Qué tiene de interesante un agua verde? —preguntó Dylan mientras salía de entre los árboles.

—Pues no mucho, solo una cosa rara verde, que por cierto esta babosa y unas cuantas ranas —respondió Alex mientras volteaba a verlo.