"Capítulo 22"

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Se quedaron en silencio durante varios minutos. Alex fue el primero en moverse, se quitó la mochila para ponerla sobre el suelo. Se dirigió hacia la puerta para abrirla y poder alumbrar el interior del lugar. Salto fuera de la casa para revisar el perímetro, quería estar seguro de que la criatura se había ido. La poca luz que entró dejó ver el estado en el que estaba el interior, había una gran capa de musgo sobre todo el lugar, parecía una alfombra verde.

Dylan se acercó a la entrada y sentó al niño sobre el desnivel que había para bajar de la casa rodante. Se hincó junto a sus pies para revisar su pie lastimado, tal vez con la poca medicina que le había enseñado, su madre podría hacer algo para ayudarlo.

—¿Cómo te llamas? —le preguntó Dylan al niño mientras alzaba su pie derecho, para quitarle su tenis rojo.

—Me llamo Timothy —respondió el niño con voz alegre.

El entusiasmo del niño extraño a Dylan. No era el comportamiento que una persona normal, después de vivir una situación de muerte.

—¿Cuántos años tienes Timothy? —preguntó Dylan mientras terminaba de desamarrar su tenis.

—Tengo... siete —respondió Timothy mientras extendía sus dos manos con siete de sus dedos levantados.

Dylan se sorprendió con su respuesta, la primera vez que lo había visto parecía de 9 años. Era muy grande para tener 7.

—Timothy, todo va a estar bien —agregó Alex mientras se acercaba a ellos— No tengas miedo. Lo peor ya pasó o eso creo...

Dylan se levantó y golpeó el brazo de Alex al escucharlo decir esto.

—¡Ay! ¿Y eso por qué? —preguntó Alex mientras se soba el golpe.

—Por tu increíble manera de consolar a un niño —respondió Dylan mientras se volvía a hincar junto a Timothy— No ves que ya vivo una situación aterradora, como para que le digas qué crees que ya pasó lo peor. Lo vas a asustar más.

—No tengo miedo —agregó el pequeño Timothy con una sonrisa en el rostro— Esto ya ha pasado muchas veces, pero siempre corro con mi mami lo más rápido y sobrevivimos.

Dylan y Alex se voltearon a ver sorprendidos por lo que Timothy había dicho.

—¿Ya les ha pasado antes? —preguntó Alex extrañado.

—Sí, pero esta vez me separé de mi mamá —respondió Timothy cabizbajo.

Ambos se sintieron mal por Timothy ¿Cómo era posible que un niño de su edad estuviera acostumbrado a escapar de la muerte? Sabían que era algo normal en ese lugar y tal vez en todo el mundo, pero aun así era algo injusto para un niño de su edad.

—De hecho éramos más personas al inicio, bueno, eso me contó mi madre —dijo Timothy mientras acariciaba el musgo de la puerta.

—¿Dónde están los demás? —preguntó Alex.

—La mayoría fueron atrapados por los animales sombra —respondió Timothy. Su cara se llenó de tristeza.

—¿Y de dónde sacaron tu chamarra tan increíble? —preguntó Dylan con una sonrisa mientras golpeaba de nuevo a Alex. Estaba tratando de alejar el tema de la muerte de la mente de Timothy.

La tristeza del rostro de Timothy se esfumó ante la pregunta —Jack encontró un lugar que tenía muchas chamarras y cortó una por la mitad para mí —respondió mientras se la quitaba— Miren, tiene manchas como la de las ranas. Una sonrisa iluminó su cara mientras se las mostraba.

Alex se acercó a Timothy, este le enseñó cada mancha de verde oscuro que había sobre la chamarra. Dylan aprovechó el momento para revisar el pie de Timothy. Le quitó su calcetín y empezó a tentar su pie. Cuando llegó al tobillo, Timothy se quejó.

Heaven of death Fire rainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora