4. "Palabras que no debía decir".

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La mañana siguiente comenzó de una manera un tanto extraña. Para empezar desperté pensando en que estaba muy cómoda a pesar de estar en el piso, y que ninguna parte de mi cuerpo tenía frío, lo que, por supuesto, no era lógico. Intenté moverme hacia un lado, pero algo me lo impidió. Finalmente abrí un ojo, y la escena en la que estaba envuelta me dejó atónita.

Knox tenía su brazo en mi cintura, y mi cabeza descansaba en su hombro, mientras mis piernas estaban encima de las suyas.

Escuché un grito aterrorizado, y por poco pensé que había sido yo, hasta que vi a Violet con el horror grabado en su rostro.

—¿Qué mierda...?

Las palabras de Knox se cortaron abruptamente, viéndonos y luego mirando a Violet, quien seguía gritando con frustración.

—¡¡¡¿Estuve a punto de desnudarme frente a Archer?!!! —chilló, con una maraña en su cabello ceniza.

Knox y yo nos quedamos observándola, y me salí de su regazo de inmediato. ¿En qué momento de la noche habíamos terminado encima del otro? Oh por Dios, algo estaba mal conmigo, y con él también.

—A punto, sí. Lo completaste, no —aclaró Knox, recuperando la compostura y actuando como si nada.

—¡Voy a morir! —gritó ella, enterrando la cabeza en la almohada—. Auch, mi cabeza me está masacrando.

Me acerqué a la mesita y le tendí la aspirina y el agua, ignorando el ligero temblor de mis manos, que no tenía nada que ver con una resaca, solo con Knox. Lo que era peor.

—Gracias. ¿Hice alguna otra cosa de la cual deba avergonzarme? —murmuró, cerrando los ojos con pesar.

—No, eso fue todo —mintió Knox.

No mencionó que ella había llorado mientras nos confesaba que estaba enamorada de Archer y que él la veía de otra manera más fraternal. Fue bueno que no lo hiciera, porque si se lo hubiera dicho, lo habría asesinado, no de forma literal, aunque a veces fantaseaba con ello.

—No pienso salir de esta habitación nunca —resopló ella, luego sus ojos se abrieron con exageración—. ¿Acaso besé a Archer?

—En la mejilla —aclaré—. No es nada grave.

—Sí lo es, casi me desnudo delante de él y luego le di un beso en la mejilla. ¡No, no, no!

—Pudo haber sido peor —afirmé sentándome a su lado y conteniendo mi risa.

—Sí, pudiste haberte desnudado y haberlo besado en la boca —dijo Knox, sin ocultar su diversión.

Acaricie la espalda de Violet, dándole "apoyo".

—¿Creen que él va a pensar que estoy loca? —inquirió, mortificada de verdad.

—No —aseguramos Knox y yo al unísono.

La puerta principal fue abierta sin aviso, revelando a una Charlotte adormilada.

—Tengo mucho sueño —murmuró, arrastrando los pies hasta llegar a Violet y acostarse a su lado, abrazandola.

No pasaron más de dos minutos cuando ambas se quedaron dormidas de nuevo.  En silencio me escabullí hacia afuera, queriendo ir a buscar algo para desayunar. No sin antes dar una rápido parada en el baño, para cepillarme.

En el pasillo mi estómago gruñía mientras iba hacia la cocina, un rápido vistazo hacia atrás me mostró a Knox yendo hacia el lado contrario, y no me molesté en preguntarle hacia dónde iba, porque no me importaba.

Una vez en la cocina busqué en la despensa y conseguí los ingredientes para hacer el desayuno. La casa estaba en paz al tiempo en que prendía la estufa y me ponía el delantal que conseguí en un cajón.

El corazón de Knox © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora