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-Las lagrimas de un cuervo-

"Los demonios se hacen fuertes
con el miedo"

Volví a Niko de dioses, tenía un nudo en la garganta desde que lo vi, llevaba inquieta desde entonces, no terminamos de hablar, pues uno de sus consejeros le dio un comunicado urgente. Él dijo que nos volveríamos a ver, aunque yo no estaba segura de si quería volver a verlo, es decir, era un hombre muy atractivo, pero, no, no podía casarme con él, no debería de estar cerca de él siquiera, prefiero tentar a la muerte, a tener que volver a verlo.

Estaba sentada en un sillón del jardín, ya había hablado con Madre, ella no le importo el hecho de que Mazikeen me hubiera amenazado ni tampoco que la muerte estuviera vigilando mis pasos, a ella le importaba poco mi vida, pero aun así, tenía la necesidad de contárselo.

Pase la tarde en el jardín, pensando, imaginando mi futuro, seguía preguntándome todo, seguía cuestionando mis decisiones, si hubiese dicho que si a casarme ¿hubiera muerto? Si hubiera fingido no escuchar el pitido, ¿hubiese pasado algo?, cientos de preguntas, ninguna respuesta.

Estaba por dormirme cuando un guardia se posó en frente mía, se arrodilló y yo asentí, curiosa del porqué había venido, normalmente para comunicar las cosas iban a madre, no a mí, el joven estaba nervioso, muy nervioso, pero al final hablo.

-Alteza... ha llegado una carta, sellada por la Dama de la muerte y firmada por... el Rey de los muertos y profanos, para usted -suelta el aire que tenía retenido -. El mensaje ha sido escoltado por doscientos guardias, mi dama.

Le ordeno que se retire y analizo la carta, efectivamente estaba sellada por Selene, la abro y leo el mensaje:

"Querida Alexis, he oído que te escondes de mí en el castillo de mama, he oído que me tienes miedo, pues a llorar a mama has ido, pobre pajarito, sus plumas no le dejan volar, pobre criatura con miedo, que lastima das. Quiero verte antes de una docena en mis aposentos, quiero probar una Zafiro, la Zafiro heredera, ya te estoy saboreando, quiero que vayas tu solita, mis guardias te acompañaran, ven tranquila, todavía no te voy a matar, buen viaje, querida. "

Suspire, volví a leer la carta, "la Zafiro heredera" pensé durante un rato lo que había querido decir con eso, Zafiro heredera, mi hermana pequeña se debe casar con un Hombre Gris y Lituan estaba divorciada y reinaba en Quanda, por ello, sí, sería la Dama Reina, la emoción no me carcomía por ello, no era un título que deseaba, pensaba poco sobre ello, pero a lo mejor podía utilizarlo como ventaja, como privilegio, podía usarlo como una carta.

Aunque seguía sin entender por qué lo menciono, le di vueltas en la cabeza, intentando comprenderlo, a él que más le daba si era o no la heredera, ¿acaso le importaba? Pero ¿por qué le importaba? Al igual que antes, cientos de preguntas y ninguna respuesta.

Me levanté y me dirigí al que parecía ser el capitán, lo vi en Plaza Zina, era el que daba las órdenes y el que menos temía a Mazikeen, era un hombre alto, musculoso y con una sonrisa calmada, no parecía un asesino ni mucho menos el capitán de un ejército, cuando él me vio, hizo una reverencia Palot, al igual que el resto de hombres que se encontraban a sus espaldas.

-Buenas noches, mi dama -Sonríe -. Soy el Capitán Digory, consejero del rey y comandante de los ejércitos asignados, venimos desde Plaza Zina, escoltando un mensaje firmado por el rey para usted.

-Buenas noches, capitán. He leído y comprendido el mensaje -respiro lentamente y prosigo -. Aunque veo complicado que el consejo de Niko de Dioses, acepte que la heredera a dama reina, viaje sin supervisión a un reino contrario y considerado maldito.

Mazikeen #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora