24

179 7 14
                                    

-La dama de la literatura-

"No hay necesidad de venganza, ya no te pertenezco y ese es tu mayor castigo. "


- Ron Israel

—No creo que pueda hacerlo, es...es demasiada responsabilidad—mi voz adolorida inundaba la sala, mi garganta estaba al borde del desgarro, el pronunciar esas palabras me estaba rompiendo por dentro.

La mirada de advertencia de Mazk, no me paso desapercibida, pues él me había dejado claro, que le desagradaba que hablara en estos momentos, debido a mi sensible faringe, igualmente, quería expresarme, mi tercadez así lo había llamado él, era superior a mi instinto de supervivencia, le había puesto mala cara ante ese comentario.

—Debes hacerlo, tu hermana está ensuciando más aún tu imagen, que ya de por sí, era...bueno, ya sabes lo que hay — él no había tratado de disculparse más, unas simples palabras y había bastado para que yo volviese a caer en sus apreciadas garras y dejarle acceso directo a mi vulnerable corazón.

Ahora estaba incorporada, pues necesitaba cambiar de postura. Tantos días en cama, me estaban haciendo efecto. Mis músculos, muy adoloridos, me reclamaban un poco de movimiento. Reacia a ese plan, negué con la cabeza. No podía empezar una guerra contra mi hermana, al fin y al cabo ella seguía siendo mi familia, por mucho rencor que hubiera no podía enfrentarme a ella.

—N-no...no quiero una guerra.

—Ella ha empezado y debemos tomar medidas, ya lo sabes—Solté un fuerte y notorio suspiro, nuevamente una mirada acusatoria de su parte—, a mí tampoco me hace gracia tener que perder mi tiempo en estupideces como esta, porque vosotras dos os peleáis por mí.

Había tardado demasiado en subirse el ego.

—Por mí, como si te..lanzas a sus brazos —mentí con descaro, una fuerte tos vino de represalia.

—No te mientas a ti misma, querida—se levantó de su asiento y se acercó a mí, con una sonrisa pícara y desafiante—. La sola idea de que Lituan haya hablado conmigo ya te hace rabiar de celos, ¿verdad, pajarito?

—No me llames así—escupi mordiéndome el labio inferior con fuerza, ocultando mi sonrisa.

—¿Por qué, pajarito?

—No me gusta.

—A mí no me agradan muchas cosas de ti, y me conformo—solto sin vergüenza, pasándose una mano por el pelo—. Y cuando las personas tienen cosas que no me agradan, las quemo vivas y disfruto del espectáculo.

Su sonrisa burlona había cambiado el tono a una más maliciosa, cargada de resentimiento y burla, dejándome claro lo que podría hacer conmigo en cualquier momento. Mi orgullo no me dejó quedarme callada.

—Pues quémame entonces—dije forzándome a pronunciar aquellas palabras, mi respuesta pareció gustarle—. ¿Por qué no lo haces?

—Tenerte a mi lado, es mejor espectáculo, eres un gran entretenimiento, Alexis. ¿Lo sabías?

—Nunca nadie me habría descrito así.

Mi confesión no le dio satisfacción, ni repulsión, estaba neutral ante mi respuesta, como si buscara otra cosa de mí, a lo mejor le estaba aburriendo, sinceramente me gustaría complacerlo, pero mi dolor físico no me permitía casi moverme, estaba bastante débil, y aunque pudiera moverme, seguía siendo una tortura.

—Querida mía, debes salir de aquí, tenemos cosas que hacer—dijo cambiando de tema, obviando nuestra anterior conversación.

Asentí levemente, no podía negarme, tampoco quería hacerlo, por más que me doliera el cuerpo, había verdad en sus palabras, no podía mantenerme más tiempo aquí, debía salir al exterior, tomar un poco el sol, estaba pálida, el reflejo de la ventana me lo había chivado, estaba cerca de la desnutrición, pero tampoco tenía hambre, al menos no ahora, me ardía la garganta al pasar un poco de agua por ella, preferiría no repetir de nuevo esa sensación.

Mazikeen #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora