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¿Es domingo? No, es martes, juraría que es martes. Habla para sus adentros mientras se siente envuelto en esas espesas tinieblas de placer. Cierra los ojos y cabecea en el respaldo del sofá, indicando sueño y cansancio casi en mismas proporciones. Su interior se siente un poco más caliente y lleno, indicando el orgasmo del otro. Su cabeza cae y rápidamente es sostenida por el antebrazo del alfa. No entiende bien la posición, pero sus sentidos se agudizan y logra espabilar para no caer por completo.

Está mareado, tanto que comienza a sospechar que si no hubiera sido porque es recostado con delicadeza en el sofá habría vomitado.

Siente a Yoongi salir de él y apartarse con pasos decididos entre la cocina. Bosteza y el tacto suave del alfa es percibido en sus muslos. Son sobados con dedicación, como si quisiera ocultar con su tacto los cardenales esparcidos por éstos.

—Estoy cansado —habla compungido, bocabajo con el rostro pegado al sofá—. Danos a mi culo y a mí un turno libre —se lamenta y finge sollozar.

—Hoy es mi último día de celo.

—Bendita sea la Luna.

Ambos ríen y Jimin se siente relajado bajo el tocar de ese hombre. No sabe exactamente por qué, pero con su estancia en el departamento de Yoongi, descubrió que es demasiado cariñoso. Más de lo que aparenta. Pero no es explícito. Hace las cosas por instinto, lo juraría.

Ese hombre es sumiso, pese a ser un alfa. Lo comprueba cuando silenciosamente le da comida y espera aprobación, cuando le masajea los pies y le besa sus deditos al finalizar, también cuando lo limpia mientras está dormitando o demasiado cansado como para hilar una oración. Ese hombre es bueno, pese a lo que proyecta.

—Qué harás después de esto, Jimin —pregunta con una emoción palpable que lo hace regresar del mundo de los muertos. Jimin parpadea varias veces, intentando no enfocarse en el tono esperanzado que usó ese alfa con él.

—¿A qué te refieres? —siente las grandes manos pasearse por su espalda y destensarla.

—A tu muy probable embarazo.

—Ah... La verdad no tengo casi nada planeado —habla con un tinte ansioso que detecta el alfa—, me iré un tiempo de Seúl. No sé exactamente a dónde iré, pero será lejos de aquí, un lugar que me permita estar relajado.

—¿Dejarás los malos ambientes? —habla asombrado.

—Me alejaré de estos entornos hasta que nazca mi patito —comenta con una sonrisa tierna en el rostro—. Bunny me ayudará con el negocio en mi ausencia, confío en él. No puede parar una de las importaciones de opio más grandes de Seúl, los adictos me odiarían —ríe y nota como las manos cuidadosas de Yoongi masajean sus hombros.

—¿Cómo criarás a tu patito?

—Sólo sé que lo más alejado de toda esta mierda —ríe al sentir la respiración cálida del otro entre sus costillas.

—¿Y qué nombre tendrá?

—Aún no lo sé —luce apenado por tener pocas respuestas a un tema tan serio—. ¿Por qué tan interesado? ¿Le quieres enviar postales en navidad? —comenta sarcástico sin esperar realmente una respuesta.

Yoongi calla y continúa con su masaje en la espalda maltrecha de Jimin.

—Es que no te imagino de padre. No me tomes a mal, simplemente que todo tú es tan... no paternal —ríe para sí mismo—. Supongo que... si lo deseas, se dará.

—Así es mi estimado.

—Haré comida —avisa mientras se levanta y arroja una pequeña manta sobre el cuerpo desnudo de su acompañante.

😾

—¿Y tú qué haces cuando no estás en medio de toda esta mierda? —dice curioso Yoongi, el cual observa a Jimin recuperarse de una serie de orgasmos que no creyó posible tener. Jamás se había corrido más de tres veces seguidas.

—Mi cerebro aún no se conecta, hombre, déjame coger oxígeno.

El alfa ríe por el regaño y observa a Jimin acurrucarse contra una almohada, mirándolo directamente a los ojos entre la oscuridad.

—La verdad —comienza—, no tengo muchos pasatiempos... me gustaba bailar, pero ya no lo hago, también me gustaba dibujar, pero... ahora tampoco lo hago —ríe un poco nervioso al sentirse sin personalidad y sin nada aparte de su careta de maleante—. Eh... me gusta cantar.

—Tienes una muy linda voz, tus gemidos se escuchan muy bien —hace reír al otro y recupera confianza.

—Tampoco canto mucho —habla bajito mostrando pena.

—Mmm... ¿alguno de tus pasatiempos los sigues practicando? —comienza a dibujar círculos entre las costillas marcadas del omega, deseando que haya un poco más de carne ahí.

Y ahora no solamente su parte lobuna se siente reconfortada, sino también su parte humana. Ese hombre no lo hace sentir tonto o inútil. Siempre amable y cuidadoso de sus expresiones, siempre con palabras de confort para él.

—No tengo mucho tiempo libre... y la verdad nunca me consideré bueno en mis hobbies —usa un tono abochornado que hace sentir fulgor en el corazón a Yoongi.

—Deberías intentarlo de nuevo, y alejarte momentáneamente de todos estos ambientes tan... negros —se acerca y le acaricia los costados al omega, logrando hacerle cerrar los ojos y distraerle.

Jimin asiente, adormecido bajo la atenta observación del alfa.

—Ya me follaste por todo tu departamento —inicia una nueva plática y Yoongi le regala toda su atención.

—Falta el balcón —puntualiza como si ya lo hubiera pensado desde antes—, pero está haciendo mucho frío y... sinceramente no me gustaría que te vieran los vecinos siendo follado.

—Alfa territorial.

—A veces, todo depende de qué se trate —suelta una risa al final y el omega de Jimin se recuesta en ese sonido ameno—. Desde que estás aquí mi sueño ha mejorado —piensa en voz alta.

—¿Conoces el otro nombre de la amapola? —habla de su olor y Yoongi comprende por qué se ha sentido tan gratificado con la presencia y aroma de ese omega quisquilloso.

—Adormidera.

Jimin asiente y parpadea con sueño, Yoongi le imita y ambos se sumen en un dormitar conciliador y reparador para sus magullados cuerpos.

😾

¡Kitty quiere un bebé! «Yoonmin» - FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora