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Jimin ha descubierto varias cualidades de Yoongi, la mayoría sexuales, pero obviará eso. Al parecer su lobo alfa está tan reprimido que demostró ser sumiso ante el primer omega que encontró. Eso le pareció agradable, sobre todo porque es muy servicial y de cierta forma... cariñoso.

O eso supuso Jimin, él no es experto en alfas, a fin de cuentas, su historial de relaciones con alfas idiotas es más amplio de lo que le gustaría admitir. Yoongi sirvió el té; literal y figurativamente. Demostró ser diferente a los alfas en celo con los cuales convivió y también le hirvió un té de jengibre, atribuyéndole acciones favorables contra su dolor muscular. También le alegó que era falsa la creencia de que los omegas preñados no pueden consumir té.

Yoongi sabe mucho de cocina vieja, se percató cuando miró las especias y su habilidad para hacer toda clase de comida hogareña y tés supuestamente medicinales.

Descubrió que es más que un simple sicario, también además de manejar unos sembradíos de hongos a las afueras de Daegu, también es dueño de hectáreas de arroz y fresas en otros lugares distintos a su ciudad de procedencia. Jimin lo encontró lógico, la destreza con la cual ese hombre hablaba de hierbas y demás, le hace pensar que es realmente bueno y cuidadoso con las mierdas que exporta.

—¿Quién te cuidará mientras estés esperando a tu patito?

Jimin sigue sintiendo esa ligera preocupación proveniente del alfa.

—Mi patito y yo estaremos bien cuidados por mis cercanos —habla convencido, con una sonrisa que abarca su rostro y cierra los pequeños ojos, haciéndolo lucir infantil.

—Conozco... —comienza la oración calmo, para que no parezca que duda de los cuidados de Jimin—. Un amigo tiene una agencia de seguridad. Es clandestina, pero es muy buena. Su nombre es RM.

—He escuchado de él. Pensé que se había mudado al extranjero.

—Acaba de volver —sonríe para sus adentros, recordando la mueca de tristeza por videollamada de Namjoon al expresarle extrañar mucho a su omega y sus cuatro hijos y ser esa la razón de su regreso—. Se quedará aquí en Seúl, puedo decirle que te consiga gente.

—Mmm... No lo sé —muerde sus labios y recibe el platillo de cena. Jimin no puede distinguir exactamente qué es entre tanto vegetal cocido, juraría que es una versión alterada del bibimbap, puesto que ve más vegetales de los usuales—. Siempre hay alguien que me quiere asesinar, pero si me escondo y cuido bien, no necesitaré más gente.

—Piénsalo, Park Jimin.

—¿Oye, y tú qué harás con tu misión? Te mandaron a matarme. No deberías estar aconsejándome de medidas de seguridad.

—Evidentemente regresé el dinero, dije que tus hombres me hirieron y no pude finalizarlo.

—Eso... buen perro —halaga y Yoongi le regala una sonrisa alargada, esas que no expresan mucha felicidad—. Yo me encargaré de ese hijo de puta después —toma un gran bocado y Yoongi ríe. A él y a su alfa les agrada ver comer a ese enclenque omega.

—Iré a la tienda de conveniencia.

—¿Y me dejarás aquí, solo, en tu departamento? —inquiere extrañado—. Puedo incendiarlo y vengarme por quererme asesinar.

—Piensa en tu hijo, no puedes dejar a su padre en la calle, capaz algún día necesite un riñón o médula ósea —ríe mientras coge las llaves.

—Calla, bocazas.

—¿Se te ofrece algo?

—Neutralizador.

—Algo que sí quiera comprar.

¡Kitty quiere un bebé! «Yoonmin» - FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora