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¿Era tonto?

Un poco. Jungkook dice que demasiado. Después de prácticamente regañarlo como si fuera un niño, Jungkook se dedicó a pasearse por el departamento, caminando en círculos, hablando hacia Busan, buscando un nuevo hogar para su amigo-jefe. Después de poco menos de una hora, cuelga.

—Me debes una mamada, Park Jimin —ríe y hace sonreír a su amigo—. Hablé con una residencial, es la mejor de Busan, sólo falta hacer el depósito para la casa y podremos irnos.

—Como siempre, solucionando mis problemas, gracias, puedes irte, tienes el día libre —habla rápido, intentando evitar el tema de conversación que se quedó a medias en el automóvil después de recogerlo del departamento de Yoongi.

—No, tienes que contarme —toma asiento junto a Jimin en el sofá café que adorna la elegante sala del departamento.

—Pues nada, fornicamos —resume y Jungkook ríe alto.

—Cabrón, quiero detalles.

—Fornicamos mucho. Fin —se estira en el sillón y siente todavía sus músculos un poco contracturados.

—¡Jimin! ¡Hueles mucho a él! El departamento se apestó a cítricos desde que entraste, es como si te hubiera marcado con su olor —habla entusiasmado—. Quiero respuestas, Park.

—¡Bah! Omega cotilla —se queja mientras observa los ojitos brillosos de Jungkook esperando que cuente toda su odisea entre las sábanas de ese hombre—. Estuvo bien, él es un buen cocinero y sabe lavar la ropa.

—Obviamente, en su currículum ponía como dato extra que es bueno en las tareas del hogar —ríe al recordar que también puso "dos años de experiencia siendo niñero" y "experto en hacer crecer plantitas en cualquier entorno".

—Yo no leí su currículum.

—Evidentemente, tonto... ¿Y qué más? —alza las cejas, indicando curiosidad.

—No hay más.

—Mentiroso.

—Pues...

—¿Pues?

—Él fue amable, demasiado... Fue extraño... él fue lindo, ¿sabes? Muy servicial y ameno. Me tranquilizó —ríe nervioso—, mi omega se sintió consentido —Jimin se avergüenza al ver el rostro esperanzado de Jungkook conforme hablaba—. Quita esa cara.

—¿Y en qué quedaron?

—¿Quedar...?

—¡Sí! ¡Dime que se volverán a ver!

Jimin ríe.

—No quedamos para vernos de nuevo.

—¿Qué? —su expresión decayó y fue evidente—, pero... ustedes congeniaron, ¿no? —conforme habla su voz va haciéndose pequeña.

—No buscaba un alfa para mí, Jungkook, lo sabes. Los alfas son complicados y yo no carburo bien.

—Lo sé, pero... pensé que quizás... no lo sé —ríe nervioso—, pensé que tendrías una relación con el alfa padre de tu hijo.

—Pensaste mal.

—Mmm... ¿no te preguntó sobre el posible cachorro? Quizá quiera estar involucrado.

—No mencionó nada de querer ser padre.

—Mmm... quizá no lo dijo, pero puede ser que...

—Jungkook ya para con esto —pide lo más sereno que puede. No tiene muchas ganas de pensar.

—Pero... dices que a tu lobo le agradó...

—Ese tonto se embelesa por cualquier muestra de cariño, miró al primero que no nos golpeó y cayó ante él, no está acostumbrado —habla altivo mientras su lobo camina en círculos en su interior hasta recostarse hecho un ovillo, claramente entristecido y negándose a contestar. Sintiéndose aludido.

—Kitty...

—Mi omega estará bien, sólo está un poco... ¿obnubilado por ese alfa? —alza ambas cejas, buscando un término correcto—. Le cuesta creer que no lo traten como la mierda que es.

Jungkook siempre se ha molestado al ver como Jimin se refiere a su propio lobo, pero en ese momento no quiere discutir porque sabe que no llegarán a nada.

—¿Y no crees que justamente por eso valga la pena?

—No —contesta intentando convencerse a sí mismo.

Ambos callan y Jungkook decide ya no hablar sobre eso, puede aconsejar a Jimin, pero sabe que no lo convencerá de cambiar de opinión, no cuando es tan aferrado a sus ideas.

—Bueno, tú sabes lo que haces.

No, realmente no lo sabe, gruñe su omega interior con voz quejumbrosa y escondiendo el hocico entre sus patitas delanteras, negándose a comunicarse más.

Jimin no tenía muchas cosas planeadas, pero sí sabe que no quiere en su vida, y en este momento son problemas amorosos. Se sabía la pauta de la historia; se enamoraría como un idiota, su lobo caería por los encantos ajenos y después todo se desplomaría como siempre ha pasado en sus relaciones mínimamente serias.

Jimin detecta su olor, es ácido y logra extraerlo de sus pensamientos. Al parecer su lobo está entristecido. Sin embargo, lo ignora, no tiene tiempo para lidiar con su omega sensible.

—Nos iremos a Busan en un par de días, allá buscaremos un ginecólogo así que mueve tu costoso trasero y arréglate esas uñas porque ocupas verte glamuroso para empacar.

Después de una conversación amena sobre que no debe ignorar a su omega, Jungkook se retira a su hogar, el cual no está lejos del de Jimin. Realmente no era necesario que el menor se fuera, pero prefirió darle espacio a su amigo para que lidiara con sus sentires claramente confundidos.

Ya solo, Jimin se va a recostar a su habitación, observa los cortinajes blancos colgando del dosel de su cama, no puede evitar comparar su entorno y vida con la de Yoongi. Son muy distintos.

—Oye, mierda —se arrepiente al instante de llamarlo así, no es muy bueno dando palabras de aliento—, tienes que poner de tu parte... —suaviza su voz—. Quizá llevamos un cachorrito ahí... —susurra lo último y una sensación de inquietud lo abruma. Su lobo está llorando—. Mira... perdón por alejarte de ese alfa, pero era lo mejor a largo plazo... para ambos, ya no quiero que ningún alfa nos haga daño después. Nos cuidaré, nadie nos lastimará.

Su lobo se siente apaleado y desolado, como si fuera un cachorro abandonado. Y por primera vez después de mucho tiempo le comprende puesto que se siente igual. No puede seguir ignorándolo porque su llorar lo inquieta.

😾

¡Kitty quiere un bebé! «Yoonmin» - FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora