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Un ruido lo despierta asustado. Algo cayó en su sala, el sonido estridente logra hacer que rápidamente su cerebro espabile. Agradece tener la costumbre de cerrar su habitación con candado. Un miedo lo baña, siente a su omega ansioso emitir aullidos desesperados, intenta tranquilizarlo mientras pisadas más cercanas se escuchan. En pocos segundos está hurgando en el ropero para sacar un arma que tiene guardada. La única. La carga y la empuña.

Comienza a transpirar y escucha risas burlescas del otro lado de la puerta, lleva su mano al abdomen intentando darles sosiego a su lobo y a sí mismo. Está temblando, pero trota hacia su teléfono, logrando enviarle un mensaje a Jungkook en busca de auxilio. Es una frase simple, pero tiene que ser breve para hablarle a la policía.

«ayuda, alguien entró a la casa y tengo miedo por mi patito».

Corre hacia el baño y antes de cerrar escucha golpes contra la puerta de su habitación, sus piernas tiemblan mientras escucha el pitido en su teléfono, indicando la llamada, contestan rápido y comienza a decir sus datos en pocos segundos, la operadora le dice que se mantenga calmo, pero justo en ese momento escucha como la puerta de su habitación es derrumbada.

Se mantiene en línea, su lobo llora y Jimin sabe que si no estuviera embarazado podría cambiar a su forma lobuna e intentar huir de ahí. Aunque de todas formas eso hubiera sido muy riesgoso.

Un silencio se instala y Jimin teme lo peor. Ha estado antes en situaciones peligrosas, pero... antes no estaba esperando un cachorro. Camina lento hasta ocultarse en el lugar más remoto de del baño. Se coloca de cuclillas detrás de un pequeño mueble.

Entonces lo escucha, unos disparos con silenciador lo aturden y logran hacer caer la puerta. Uno... Dos... Son dos hombres. Jimin permanece en silencio mientras les escucha dar un par de pasos. No espera mucho, tiene que actuar. Apunta al primero que logra ver y dispara, matándolo en el proceso. Sabe que con eso dijo dónde se encuentra, pero está satisfecho de hacer caer a uno.

—Ahí está esa maldita perra.

Todo es demasiado rápido. Jimin dispara, la ansiedad lo hace maniobrar la pistola torpemente, sabe que un par de tiros dieron en el blanco, pero no ocasionaron ningún daño significativo. Las balas se acaban. Esquiva el cuerpo sin vida y siente como es jalado del cabello logrando hacerlo caer al suelo.

Está por levantarse cuando un golpe impacta en su nuca, haciéndolo marear y mirar borroso. Entre forcejeos agresivos, es sacado del baño y ahí es donde ve al tercer integrante. Sólo son dos, ambos van encapuchados, a juzgar por el olor áspero, son alfas.

—Ve esto —el que lo sujeta levanta la camiseta de seda que usa Jimin para dormir, logrando descubrirlo—, está preñado, ¿crees que nos den el doble de dinero si lo matamos en estado? —le pregunta burlón a su secuaz, mientras muestra el pequeño abdomen gestante.

—Déjenme —habla difícilmente debido a ser sujeto del cuello. Se sostiene en las puntas de sus pies descalzos—, por favor —ruega mientras siente su rostro mojado por lágrimas gruesas que descienden—, no me hagan daño.

—Quién diría que terminarías rogándome —habla el segundo y Jimin reconoce la voz. Es uno de sus exsocios, uno al cual despidió por malversación de fondos, ese hijo de puta le robó mucho dinero y lo tuvo que correr de sus negocios. Se arrepiente de no haberlo matado. Su padre abogó por ese hombre, el cual es uno de sus más grandes colegas.

Ambos unos totales hijos de puta.

—Jiwon, por favor... les pagaré el triple de lo que les acordaron, estoy esperando un cachorro —habla desesperado entre lágrimas, el nombrado se quita la capucha, dejando ver su rostro.

—Eso, quiero que ruegues como el malnacido que eres —guarda el arma y saca una navaja de uno de sus bolsillos.

Jimin piensa lo peor y decide usar lo último que le queda de energía para patalear contra el hombre que lo tiene cativo. Si lo hubieran querido matar desde el un principio, ya lo hubieran hecho. Esos hijos de puta quieren torturarlo antes.

Entre un forcejeo agresivo, el omega cae al suelo y siente como los dos alfas van por él. Honestamente se sorprende por tener tanta fuerza, hace bastante que no había estado implicado en una pelea, suele huir de éstas o terminarlas con palabras.

Cae al suelo cuando es jalado de un pie. Suelta patadas y siente como es sujeto de las manos por uno mientras el otro se encarga de apresarlo con los muslos a los costados de sus caderas.

¡No te muevas, puta!

Llora aún más. Su lobo se ve un poco afectado, pero no obedece, no cuando está en esa situación de peligro.

Un puño se estampa en su rostro, sus labios se parten permitiéndose manar sangre, otro puñetazo se estampa contra su órbita, haciéndolo ver rojo y borroso. Con su ojo bueno observa el filo de la navaja anteriormente vista.

El hombre que porta el arma se monta encima de su pelvis y lo retiene con sus piernas, antes de atacarlo escucha lo que tanto temió.

—Mátale primero el cachorro —sugiere el otro con voz jocosa, el que le sujeta las manos.

Comienza a hiperventilar, y su lobo llora desamparado, completamente fuera de sí.

—¡No, no, no, no! —grita entre lágrimas—, te daré todo lo que tengo, pero no le hagas nada a mi...

Patito...

Siente el filo de la cuchilla atravesar su abdomen y rasgar la piel. Boquea y Jiwon retrocede para tomar fuerza, empuña la navaja y vuelve a arremeter contra él. Jimin pierde la cuenta de la cantidad de veces en que su pequeña panza gestante es atacada por el filo del arma, sangre sale a borbotones y llora al sentir el dolor ocasionado por ese hombre.

Se retuerce, pero sabe que no puede escapar, va morir. Va morir y su cachorro se irá con él.

—Quiero follármelo antes de que se muera —comenta entre risas el atacante y apuñala nuevamente el abdomen maltratado del omega, deja el cuchillo encajado entre sus carnes, justo al lado del ombligo.

La sangre baña toda su piel, su corazón late acelerado y su lobo está en agonía. Una fina capa de sudor frío cubre su cuerpo y desiste de responder a los ataques.

Cierra los ojos para no ver lo que sigue. Es desprovisto de su pijama, pero no siente nada más, las voces irrisorias se vuelven lejanas, desconectándolo del plano y dejando de percibir cualquier estímulo externo. ¿Está durmiéndose? No, es algo más allá de simplemente dormitar.

😾

perdón😔👉👈

¡Kitty quiere un bebé! «Yoonmin» - FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora