Capítulo 22

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¿Por qué todo tiene que ser tan complicado con él?

El hecho de poder estar bien entre nosotros es una de las cosas que está resultando muy difícil de llevar a cabo. Nunca estamos bien o mejor dicho nunca hemos estado bien desde que nos conocemos.

Por una u otra razón acabamos mal.

Da igual lo que sea, siempre acabamos así y tampoco es que él ponga sencillas las cosas.

Sin embargo, a diferencia de las demás veces, esta es distinta. No me hace estar enojada si no que lo que me causa es cierto dolor. Me duele estar de esta manera y supongo que es por pasamos esa barrera, ese límite que había entre nosotros.

Desde mi punto de vista todo ha cambiado.

Lo que sucedió anoche para mí fue el mejor momento que hayamos compartido en todo este tiempo. Significó mucho y jamás podré olvidarlo.

Sí, obviamente porque fue mi primera vez y ese momento nunca se me va a borrar de la mente. Y ya no es simplemente por habernos acostado sino porque nunca me había sentido tan atraída y tener ese deseo como me ha pasado con él.

No he tenido apenas contacto con los hombres, pero al poder compararlo ahora como me sentía con Marco, ha sido totalmente diferente.

En este instante me encuentro perdida.

No sé cuál es el rumbo que tengo que tomar en este asunto.

Probablemente debería ir hablar con él para solucionar las cosas, pero por otra parte pienso que es mejor darle tiempo a que las cosas se calmen. Han pasado tantas cosas estos días que creo que ambos necesitamos procesarlo.

Después de abrir mi maleta y vestirme con mi ropa que traía en ella la cierro de nuevo. Busco mi bolso por la habitación y cuando lo encuentro ya estoy lista para irme rumbo a mi casa.

-No has desayunado -aparece de pronto la voz de Liam por el marco de la puerta cuando estoy dispuesta a irme. Este me observa y al darse cuenta de mi maleta sabe cuáles son mis intenciones -¿A dónde vas?

-A casa -mi voz no suena molesta ni nada del estilo.

Liam suelta un fuerte suspiro para luego acercarse hasta mí. Cuando lo tengo a pocos centímetros, desenlaza mi mano que está agarrando la maleta.

-No puedes irte todavía, aún no has desayunado.

-Se me ha quitado el hambre.

Su mano viaja hasta mi mejilla para acariciarla y luego la deposita entre mi rostro sosteniéndolo. Pega su frente junto la mía.

-Lo siento.

Me despego un poco para poder mirarle a sus ojos.

-No debí actuar de ese modo. Estaba cabreado y...

-¿Y qué Liam? ¿No te das cuenta? No se trata de lo que ha pasado antes sino de que siempre eres así conmigo. Nunca hemos tenido ni un trato agradable entre nosotros.

-Bella... lo siento de verdad, pero no te vayas. Quiero arreglarlo.

-Si cada día va a ser así...

-No lo será, te lo prometo.

-No prometas algo que no sabes si puedes cumplirlo.

-Entonces te lo demostraré.

Sus palabras suenan reales, como si las estuvieran diciendo de verdad, que así será y suenan más cuando me las dice mirándome a los ojos. Y en eso tiene razón, que la única manera es que me lo demuestre. Por eso pondré un voto de confianza en él.

Sr. MagnateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora