Capítulo 18

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-¿Y bien cuál es tu cifra?

-Veinte mil dólares.

Un silencio prolongado en el cual solo los latidos de mi corazón y el sonido de mis respiraciones se pueden escuchar a través de la otra línea. En la medida que pasa el tiempo la tensión se hace cada vez mayor al no oír una respuesta por su parte. Esto me hace pensar que probablemente haya cometido un error al precipitarme con la cifra. Sé que es una cantidad bastante grande. Por un momento se me pasa la idea de disculparme, pero luego ese pensamiento retrocede cuando finalmente su voz se digna a hablar.

-Hecho.

¿Eh? ¿He escuchado bien?

<<Sí, Bella te acaba de confirmar que trato hecho>>

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-¿Qué estás haciendo? ¿Te vas?

-Si... Tranquilo, solo por este fin de semana –digo viendo su rara expresión tras girarme hacia él.

-¿Y a dónde? Si se puede saber claro.

No. No se puede saber. Una vez más otra mentira que inventar.

-A casa de una amiga. Hemos quedado allí junto con mis otros dos amigos para pasar juntos estos dos días. 

Puede que sea mi impresión, pero cada vez noto que se me da mejor lo de mentir.

-¿Dónde vive? –continua intentando indagar más en el asunto.

-¿Me estás interrogando Logan? –me cruzo de brazos viendo cómo mi pregunta le causa cierto nerviosismo.

-No. ¿Es que lo parece?

-Un poco.

-Está bien –se rinde -Vale puede que si lo esté haciendo. Solo lo hago porque quiero saber dónde estarás por si te pasa algo.

-No me va a pasar nada. No tienes que preocuparte por mí.

-Eso no lo sabes, a menos que seas una vidente cosa que no lo eres. Asique no obviamente no lo sabes.

<<Si te enterases a donde voy realmente...>>

-Logan si algo me pasase serás al primero al que llame, ¿de acuerdo?

-Bella...

Su voz como si fuera una súplica hace sentirme hasta mal. Se está preocupando y yo mintiéndole en la cara. Odio esto.

-Vale. Te daré el número de una de mis amigas. ¿Con eso estarás más tranquilo?

-No, pero me vale.

Continúo empaquetando por donde me había quedado. He escogido por una maleta pequeña negra para guardar todas las cosas necesarias. Robert me envió un mensaje informándome que nos quedaremos en un hotel estos días ya que los eventos se van a celebrar en un recinto cerca de este y que alguien pasará a buscarme en un rato por lo que tengo que preparar ya todo deprisa. Lo que pasa es que no tengo claro que es lo que debo de llevarme. Que ropa es la adecuada porque nunca he ido a esa clase de fiestas. Doy por hecho que hay que ir arreglado, lo bastante elegante ya que esta clase de gente maneja demasiado dinero. Y eso es un problema. No tengo ropa o un vestido adecuado para estas ocasiones.

Miro de arriba debajo. De izquierda a derecha todo el armario rebuscando. Nada. No me gusta nada de lo que veo. La vibración del móvil suena comunicándome que me están esperando. Sin tener tiempo agarro dos o tres vestidos de los que tengo y que considero los más decentes. Empaqueto algunas cosas más y luego cierro la maleta para salir rápidamente de casa.

Una hora después el coche aparca enfrente de un lujoso hotel. El hombre que me acompaña me da una tarjeta negra que lleva escrito el número de habitación. En el acto le pregunto si la habitación es para mí sola o si es compartida a lo que me responde que es solo para mí quitándome un gran alivio de encima.

Sr. MagnateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora