Taehyung sonrió al ver los ojos de su niñero fijos en él. Sostuvo el micrófono con suavidad, sin despegar su mirada de Jungkook mientras seguía cantando para entretener a los clientes del Velvet. Le gustaba la forma en la que su niñero se mantenía por completo concentrado en su presencia, porque aunque no pudiese admitirlo, el pelirrojo se veía también sumido en la intimidad que los rodeaba aún entre todas esas personas.
Cuando al fin pudo bajar del escenario, relamió sus labios para calmar la ansiedad que lo invadió al ver a su niñero sonreírle a aquella joya de Hyung Sik. Caminó hacia él, rodeando la cintura de la pelinegra con brusquedad para atraerla a su cuerpo, sonriendo con burla al ver el temor en Jade.
—Estás perdiendo el tiempo, perra.
Jungkook suspiró. —También usted, Señor. Vamos.
El pelirrojo desvió su mirada hacia Jungkook, rogando porque las tenues luces del Velvet ocultaran en parte el sonrojo que cubrió sus mejillas ante la orden de su niñero. Asintió suavemente, liberando a Jade para dejarse guiar hacia la oficina.
Sentía la mano de Jungkook presionar su espalda, quemando incluso aunque se encontraba por sobre su ropa. Su corazón latiendo con fuerza ante el nerviosismo que sentía por no poder controlar sus emociones.
—Señor —el pelinegro llamó, deteniendo a Taehyung antes de alcanzar el lugar; procurando evitar que los vieran, tiró de su protegido hacia la bodega, empujando su cuerpo contra la puerta apenas ésta se cerró tras ellos.
—Ahh, tan rebelde... ¿Es que estás buscando que tu cuerpo aparezca flotando en el río Han?
Sonrió, deslizando su nariz por la mejilla del pelirrojo, presionando los labios luego sobre la comisura de Taehyung. —Probablemente mi cuerpo no aparecería en absoluto.
—Uhm... —movió su rostro, permitiendo que su boca encontrara la de su niñero, apenas rozándose—, eso sería malo, niñero.
— ¿Lo sería?
Tiró del labio inferior de Jungkook, deslizando su lengua lentamente por éste. Sus dedos se enredaron en su cabello, disfrutando por completo la forma en la que el pelinegro delineaba su cuerpo.
—Sería muy, muy malo.
Jungkook rió, tomando por fin el control de aquel juego para besar de manera correcta al pelirrojo. Profundizó el beso con ansiedad, forzando a Taehyung a enredar sus piernas a su alrededor para alzarlo. Al separarse, presionó su frente contra la de Taehyung, respirando profundo para recuperar el ritmo de su respiración mientras el pelirrojo movía lentamente sus dedos, enredándolos en su cabello.
—En verdad odio que te toquen, niñero. Esas perras no merecen siquiera acercarte a ti. Eres mío, no puedes simplemente ir por el Velvet dejando que esas putas te vean...
—Tú estás jodiendo mi cabeza, ¿Sabes? Incluso con esas ideas de mierda que te haces con las joyas de Hyung Sik, quisiera decirte que no hay alguien más que pueda tocarme.
—Eso me gusta. Que sepas que sólo yo puedo hacerte sentir de esta forma.
— ¿Qué justicia hay en que me ordenes evitar a otras personas, cuando ahora debo llevarte donde alguien más y entregarte a él? Cuando
sé que tras esa puerta, no puedo alcanzarte.1
Taehyung liberó su agarre, volviendo a poner sus pies en el piso, mas deslizando ahora sus manos con lentitud por el pecho de su niñero, arreglando su ropa con todo el cuidado que sus ganas de volver a fundirse en él permitían. Una sonrisa tiró de sus labios, pero sus ojos perdieron toda alegría en el momento en que volvió a enfrentar a Jungkook.
—Hice algo horrible, niñero. Así que incluso aunque pudieras romper cada uno de los muros que Hyung Sik alzó a mi alrededor, jamás podrías alcanzarme —habló con calma, dejando que el dolor de sus recuerdos se mitigara por la tranquilidad que sólo la cercanía del pelinegro le entragaba. Temeroso de perder aquel momento de lucidez, porque aunque dolía de forma desgarradora, jamás se sintió más cerca de lo que alguna vez fue como en aquel momento.
— ¿De qué mierda estás hablando?
—Hice algo horrible... Así que mi castigo es pertenecerle a la persona que me entregó el mundo —dijo en un susurro, besando de forma fugaz al pelinegro—, pero aún sabiéndolo... Aunque sé que no merezco volver a sentir algo así, yo realmente quisiera... En verdad quisiera poder quedarme por siempre en esta mentira que estás construyendo para mí. De verdad me gusta escucharte mentir para mí.
Taehyung se separó de su niñero, saliendo de la bodega para dirigirse hacia donde Hyung Sik debía estar esperando con impaciencia. Se detuvo antes de llegar, notando que Jungkook se mantenía impasible a unos metros de él, con su expresión indescifrable.
—No estás jugando... —Jungkook murmuró, sintiéndose ahogado al descubrir por primera vez aquello que había anhelado con angustia cada vez que se permitía poseer al pelirrojo. Los labios de Taehyung se curvaron, regalándole una sonrisa que desapareció tan rápido como llegó. Sus ojos, que siempre pasaban ente la burla y el enojo, brillaron fugazmente con emoción en aquel pasillo, emociones que él comprendía por completo pues eran un reflejo de las propias—, no es un juego...
Lo vio negar con suavidad, entregándole aquella reafirmación que se sintió abrumadoramente satisfactoria. —Ya no.
Desviando su atención de Jungkook, entró a la oficina de Hyung Sik sin volver a mirar atrás. Su corazón golpeaba contra su pecho incluso aunque ahora volvía a sonreírle al hombre que le había quitado y entregado todo a la vez.
Y pese a saber que su vida seguía ligada a Hyung Sik sin remedio, no pudo contener el alivio al recordar la expresión de Jungkook ante sus palabras. Así que esperó, anhelándolo como nunca antes, que su niñero comprendiera que aún en el mismo infierno del que eran parte, seguían siendo sólo ellos.
Sólo existimos nosotros, Jungkook. Nunca lo olvides, porque yo no lo hago.
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UNTOUCHABLE® [TAEKOOK]
ActionTodos siempre nos sentimos atraídos por lo prohibido, es como una ley. Lo prohibido puede darte satisfacción, paz, tormento o incluso llevarte a tu propia perdición. Fanfic Taekook Homosexual