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El felino y la tortuga llegaron a la alcantarilla. El más alto caminó hasta la habitación del menor, lo dejó en la cama y se escondió en el cuarto secreto mientras Mikey se tapó con las sábanas al escuchar voces en la entrada, mientras llegaban alcanzaron a oírlos.

Leo: ¿Mikey? -Dijo abriendo la puerta-

Mikey: ¿Hermano? -Actuó como si acabara de despertar-

Rapha: Esto es el colmo... ¿¡Nosotros patrullando mientras duermes!?

Donnie: Absurdo, en cualquier sentido.

Mikey: Pero chicos, yo-

Leo: Pero nada, haz algo productivo o le diré a Sensei que te encontramos así.

Mikey: ¿Y que quieres que haga? Ya hice mis deberes.

Rapha: Se me ocurre... ¡Un baño! Hueles horrible. -El temperamental se dio la vuelta y se fue-

Leo: Tiene razón, apestas.

Donnie: Y de paso limpia ese cuchitril que llamas habitación, estamos en un drenaje pero no somos animales inferiores. -El genio cerró la puerta abruptamente-

(...)

Media noche ¿Qué mejor hora para darse un baño qué esa? El problema era el silencio tan intenso que había entre el felino y el menor.

Garra: Lo de tu castigo... ¿De qué se trata?

Mikey: Tres semanas sin patrullaje, atrapado y recluido en mi habitación. -Dijo algo enojado-

Garra: Eso no suena tan malo.

Mikey: Se que estás pensando con la cabeza cachonda, pero ahora no estoy de humor.

Garra: Mmm ¿Quieres que te ponga de buenas? -Dejó de jabonar el brazo izquierdo del pecoso y se quitó la ropa-

Mikey: ¿Estás loco? -Susurró- ¿Si nos escuchan? O cuando te vayas dejas tus patotas por todo el piso. Me van a colgar.

Garra: No seas tan dramático -La tina era lo suficientemente grande para que ambos entraran- Aún no estoy satisfecho, lo de antes fue calentamiento.

Mikey: Si dejé que me dieran ese castigo fue para recuperarme de los efectos por tu maldito celo.

Garra: ¿Estás resistiendote? -El chico no dijo nada- Eso supuse.

Por un extraño instinto se dirigió al cuello de la tortuga, le resultaba adictivo el aroma que desprendía. 

Mikey: Me haces cosquillas. -Dijo entre jadeos, sin prestar atención al miembro del contrario, el cuál estaba despierto-

Garra: No puedo resistirme, hueles decente. -Otra vez su orgullo le impedía decir la verdad, el aroma lo traía loco-

Mikey: Mételo, ahora.

Garra: ¿Tú pidiendo qué te desgarre?

Mikey: Ni yo me entiendo -Volteó la cabeza en dirección a la puerta- Aprovecha.

El felino sin chistar hizo lo pedido, pudo sentir como el líquido que aún no había retirado lubricaba nuevamente su pene. Sonrió inconscientemente, de alguna forma le alegraba saber que ese pequeño mutante estaba bajo su control total, pero odiaba que sus instintos fueran quienes guiaran sus acciones, detestaba el celo... O así era.

El agua salía de la bañera por los rápidos movimientos de ambos cuerpos, uno que daba fuertes movimientos en vaivén mientras que el otro se aferraba a la espalda de quien las causaba.

Mikey: Muy, rápido- Ah~

Garra: ¿Qué puedo decir? Así es como te gusta. -Por tercera vez en la noche atacó el cuello del menor, esta vez tentado a decorarlo con una mordida, y estuvo a punto de hacerlo, una voz externa no lo permitió-

Leo: ¿Mikey? Llevas una hora en el baño. -Dijo tocando la puerta-

Mikey: Es que- Me estoy lavando bie- Ah -Se mordió la lengua para callar sus gemidos-

Leo: ¿Por qué hablas tan raro?

Mikey: ¡Me golpeé con la pared! Ya~ Salgo ¡A-auch!

Le resultaba imposible articular las palabras, más por los chupetones que hacía el contrario.

Rapha: Déjalo bobonardo, de seguro está jugando y solo inventa excusas.

Mikey: Y si que me divierto... -Dijo en voz baja aprovechando que el tigre había salido de la tina-

Leo: ¿Qué dijiste?

Mikey: ¡Qué ya salgo! -El contrario se secó con la toalla que había traído la tortuga y se puso su ropa- Ya se fueron... Y tú -Señaló al más alto- Se supone que debías limpiarme, no encuciarme el triple.

Garra: A veces las cosas no salen como uno quiere, pero para que no me reclames te juagaré y te llevaré a tu cuchitril.

Mikey: Bien. -Contestó a secas-

Siete de la mañana, hora en la que las tortugas debían estar desayunando.

Donnie: ¡Mikey! -Abrió la puerta de una patada-

Mikey: Cinco minutos más...

Rapha: De eso nada, se nos va a hacer tarde por tu culpa. -Jaló al pecoso de su pie hasta sacarlo de la cama-

Leo: ¡Si llegamos tarde al entrenamiento Sensei nos dejará más tareas!

Mikey: Tampoco era para que me sacaran así de mi cuarto... -Como pudo se levantó, las últimas noches no había dormido ni mucho menos descansando su cuerpo. Sus piernas temblaban de una manera impresionante, a tal grado que cuando dio el paso se cayó-

Donnie: Eres tan vago que ni tú cerebro está despierto todavía.

Rapha: ¡Tengo hambre! -Nuevamente agarró al menor del pie y lo arrastró por todo el camino hasta la cocina-

Leo: Ya fue suficiente, Mikey. -"¿Me regañas a mí en lugar del que me jaló por toda la guarida?" Pensó, eso le dolió al pecoso-

Donnie: ¡En pie! -Tomó al menor del caparazón para obligarlo a levantarse- No creas que te dejaremos seguir de sedentario.

Con su dolor salido del mismísimo infierno se agachó a los estantes inferiores para sacar los utensilios e ingredientes que necesitaba. Cuatro platos ejecutados a la perfección fueron puestos encima de la mesa justo cuando su padre entró.

Splinter: Buenos días, hijos míos -Los cuatro correspondieron al saludo- Miguel Ángel ¿Y tu plato?

Mikey: No tengo hambre, Sensei. -Evitó mirarlo a los ojos-

Rapha: De seguro se comió media alacena antes de irse a dormir ayer.

Donnie: Lógico, comer demasiado provoca que el cerebro busque relajarse, por eso se la pasa tragando y durmiendo. 

Sensei: ¿Estás seguro? -Hizo oídos sordos a sus hijos mayores-

Mikey: Sí, padre. -Su estómago se retorcía, clamaba por algo de comida, pero sus otras dololencias anulaban el apetito-

Leo: Maestro Splinter ¿Hoy qué haremos en el entrenamiento? -"Que lamebotas de tu parte, Leonardo" Pensó el menor de todos-

Sensei: Trabajaremos resistencia en la parte inferior del cuerpo. -Hubo silencio-

Donnie: Significa que haremos pierna.

Mikey: ¿¡Qué!?

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Bueno gente, se acabó el año... ¿Cómo les fue? Jaja.

Repito, me tomé demasiadas licencias creativas (Ya verán por qué lo recalco tanto)

Se me cuidan y gracias por leer.

Todo por placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora