𝑈𝑛𝑡𝑖𝑙 𝐼 𝐹𝑜𝑢𝑛𝑑 𝑌𝑜𝑢 •||• 𝑀𝑒𝑠𝑠𝑖 𝑥 𝑂𝑐ℎ𝑜𝑎 (TERMINADA)✅

☔ 42 ☔

El tiempo paro para ellos y ni sabían exactamente qué hacer ahora mismo, todo se detuvo y lo único que importaba eran aquellos chicos que se miraban fijamente a los ojos, el café en sus manos empezaron a temblar y ver qué la sorpresa estaba frente a ellos mismos.

—No pensé encontrarte por aquí — Memo muy apenado no sabía qué decirle.

—Ni yo sabía que estabas por aquí en Argentina — Leo aparto la mirada mostrando algo de nervios.

Se dieron cuenta que estaban en un asunto un poco incómodo por lo cuál debían hablar en otro lugar de Rosario, dónde nadie más se pueden enterar de un amor que tuvieron hace 2 años. Salieron de la cafetería en rumbo a estar en casa del argentino o alguno de los callejones cercanos a casa. No decían ninguna palabra para no tocar nuevamente los temas pero llegaría un momento en el que ellos debían hablado una vez por todas.

Terminaron por llegar a un parque que no había mucha gente a esa hora así que los dos se sentaron en la banca viendo algunos perros vagando el parque, los dos dieron un sorbo de café.

—¿Que te trae por aquí en Rosario? — Leo fue quien se atrevió a preguntarle sintiendo al menos un ataque de nervios.

—Bueno....uno de mis familiares vive por aquí y nos invitó a conocer su nueva casa, me ofrecí ir y termine conociendo el café donde estabas ahí mismo — por alguna razón Memo estaba mintiendo.

—Que genial que uno de tus familiares ha tenido una residencia por aquí, es bastante lindo... crecí aquí mismo.

—Me imagino, todo es hermoso la verdad y jamás podría quejarme de un lindo lugar como este.

Al parecer en estos 2 años que no se habían visto ni mandando mensajes a lo loco fue que todos tuvieron un cambio drástico en como pensar en las cosas, fue ahí mismo que tal vez la oportunidad aparecerá nuevamente en ellos mismos pero deben ir poco a poco aprendiendo.

Memo apeteció que iba a dejar temporalmente el fútbol para tomarse un gran descanso que duró casi 3 meses donde no se presentó en ningún partido, ni en las ligas Concacaf así que de suplente pusieron a Acevedo. También aprovecho para ir de viaje, renovar contratos, marcas y muchas cosas más, todo estaba bien al parecer.

—Termino mi era.

—¿A qué te refieres Leo?

—Si...me tuve que despedir del mundo del fútbol porque ya dí lo mejor para mí, fue una noticia que a muchos aficionados les había dolido pero bueno, hay muchas cosas que ahora quiero hacer como solo pasar días normales a lado de mis amigos sin tener la necesidad de lesionarme — miró su café que ya estaba a punto de acabarse. — En estos dos años también fuí al psicólogo para superar algunos problemas personales a igual que el trauma con mis anteriores parejas, nunca me había sentido más aliviado y alegre.

Fue ahí mismo que Leo estaba sonriendo más que nunca y que sus inseguridades o preocupaciones habían desaparecido por completo, se sentía seguro de si mismo y si alguien le volvía a lastimar ya no se iba a dejar así de fácil. Por su parte, Memo estaba demasiado feliz de que él por fin estaba superando todo lo que le había lastimado y que por fin viera el lado bueno a la vida pero, ¿que hay de si mismo?

Se preguntaba el alfa si de verdad ahora estaba a su altura y que ya lo había olvidado por completo...no, porque si ya lo olvidaría no estarían ahí mismo hablando que hicieron en estos dos años. Tal vez la realidad que él tenía fuera diferente, su corazón aún tenía espacio para Messi. Tiene miedo, de que Leo se enamore de alguien más.

Los dos terminaron sus cafés que fueron directamente a tirar los envases a la basura y fueron a caminar un rato alrededor del parque apareciendo un poco el clima cálido con un viento fresco, Leo amablemente le había enseñado un poco lo que ha vivido en Rosario cuando tenía buena memoria.

Habían pasado por callejones secretos, lugares que aún recordaba Leo con mucho amor y verlo así le traía mucha paz. Terminaron en llegar hasta su casa y viendo en la residencia tan grande. Un lugar lujoso pero muy solitario.

—Y bueno hemos llegado hasta mi casa, acogedor pero un poco vacía.

—Si...bueno, Rosario es demasiado hermoso para ser verdad, gracias por pintarlo de una manera más bonita.

Ambos sonrieron para volvería a sentir aquella choque eléctrico que sintieron, se dieron cuenta que les hacía falta un pequeño empujón para volverse a conocer una segunda vez. Decidieron terminar este pequeño recorrido.

Estaba a punto de decirse adiós pero Ochoa no lo iba dejar ir, quería aclarar las cosas una vez por todas. Podía ser un tonto pero no escaparía de algo que prometió.

—Vine a Rosario por ti, no por un familiar que tengo... — dijo apenado el mexicano.

Leo solo comenzó a reír levemente y mostrar un leve sonrojo.

—Ya lo notaba...era raro verte por aquí, habían tantas partes de Argentina que decidiste venir aquí, no te culpo. Así fuí cuando llegue a México. Te lo agradezco del como me hayas encontrado, fue una gran sorpresa para mí.

—Leo, yo quiero hacerte una propuesta.

—¿Cuál es?

Memo estaba un poco nervioso pero si quería resolver los problemas con el entonces debían iniciar de cero, se acercó mucho al Omega para tomar su mano y ponerla en su pecho. Sintiendo como los latidos del corazón aumentaban.

—Quiero volver a estar a tu lado, iniciar desde cero.

Fueron las únicas palabras que pudo decir Memo y ahora solo esperaba la respuesta del contrario, por su parte Messi estaba muy sorprendido que su sonrojo había aumentado, volver a iniciar las cosas con un buen comienzo.

—¿E-estas seguro?

—Iniciamos como amigos, después se verán las cosas como van progresando. Leo...nunca pude olvidarte desde la última vez que te ví.

Antonella había llegado a casa de su amigo cerca de la media noche, había tocado la puerta de su casa viendo que le abría su amigo. Se abrazaron fuerte para dejarla pasar.

Como buen caballero que era le había servido de cenar a su amiga y se ponían a platicar de como les había ido en su día, si fue bueno o malo.

Después de todo, Leo le dió la segunda oportunidad a Memo para iniciar desde cero, solo ellos dos entendían que había posibilidades de estar cerca de un amor.