Parte 17

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Hay muchas cosas en el mundo que pude haber hecho y uno de ellas no tenía por qué ser darle mi número a Rin.

El celular vibra por quinta vez en mi bolsillo, lo saco para apagarlo pero la curiosidad me gana, en la barra de notificaciones aparecen los mensajes apilados de Rin.

«¿Tienes mi camisa lista?»
«Quiero usarla hoy y no la encuentro»
«Dime que la enviaste a la lavandería y no la echaste a la basura.»
«¿Isagi?»
«Iré a tu salón y haré un escándalo»

Decido apagar mi celular por lo menos hasta que termine la clase porque ambos sabemos que no vendrá a hacer un escándalo, Rin no es de esos, mucho menos lo haría por una simple camisa, ¿no?

Bueno, pues si lo haría.

Está parado fuera del salón, tiene los brazos a cada lado de la cintura, como en jarras, y me mira con esos ojos intimidantes que puede llegar a tener. Ruedo los ojos tratando de restarle importancia, termino de apilar mis libretas, guardo pluma y lápiz con lentitud y me acerco a la misma velocidad a la salida, puedo notar la desesperación en su cara.

Mueve la pierna derecha con inquietud, como si de verdad estuviera sufriendo por no poder ponerse su camisa favorita, cuando llego, me escudriña con la mirada.

— ¿Qué? — pregunto de golpe. Tal vez mi voz sonó más irritada de lo que realmente estaba aunque no pienso retractarme y decirle que me perdone porque he sonado grosero, paso por su lado y no espero que me siga, pero lo hace porque vamos, ¿por qué más estaría esperándome si no fuera para molestarme?

— ¿Qué? —, como lo esperaba, me iguala el paso, se pone a mi lado y siento que se viene un sermón. —. Mi camisa, Isagi.

— ¿Tanto drama por una camisa? — inquiero. — puedes comprarte otra.

No sé por qué estoy molesto ni por qué le estoy respondiendo de manera seca y enfadada, nada nuevo pasó en mi vida como para irritarme o hacerme sentir molesto con el mundo, simplemente le respondo así porque me nace, es como si... no lo sé, ¿por qué estoy siendo así con él, de cualquier forma?

Siento que ya no camina a mi lado, me volteo para ver que se ha cansado y se ha ido pero está de pie, estático, como si le hubiera dado una bofetada o algo así. Su cara de incredulidad me dice que de verdad es su camisa favorita y me he pasado. Todos tenemos algo favorito, ¿no? Y es favorito porque precisamente le damos un significado especial que no le daríamos a cualquier cosa.

Eres bobo Isagi.

— ¿La tiraste? — Pregunta después de un rato, su voz me dice que no siente nada pero la mirada en sus ojos me dice todo lo contrario.

¿Cómo decirle que no la tiré pero que decidí lavarla yo mismo por pena a que los demás vieran el vomito, no leí la etiqueta y la dejé remojando en cloro?

— La tiraste. — afirma.

— No... — miro a otro lado, la ventana tiene gotas de rocio que resbalan por ella, quiero contarlas y ver cuantas hay pero Rin me interrumpe y se interpone entre las gotas y yo. —. ¡Te la pagaré! ¿Si? Es que... Dios, no la tiré, pero intenté lavarla yo mismo y... bueno...

— ¿Qué-pa-só? —. Sentencia.

— Yo... como que la decoloré, ¿un poco?

Alza una ceja.

— ¿Cómo?

— ¿Dónde la compraste? Te la compraré, estará nueva y... ya estaba fea, ¿sabías? Tenía unas manchas que no eran por el cloro que no se veían bien.

Rin rueda los ojos, bufando, seriamente molesto.

— ¡Es una camisa, Rin!

— Mi camisa. — refuta. —. Que utilicé para limpiar tu mierda.

Estúpido error, ¿intencional? [Rinsagi +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora