Estúpido error, ¿intencional? [Rinsagi +18]

Parte 24

RIN

— ¡No te atrevas!

Aryu me apunta con el dedo desde el otro lado de la sala, tiene en la otra mano una almohada como arma para defenderse de mí y la impulsa hacia atrás cada vez que me acerco. En otra situación esto me parecería absurdo, ¿ahora? No lo sé, lucho por descifrar mis sentimientos encontrados.

— ¡Tenías que hacer una cosa! — le grito —. Pero no, preferiste aconsejarme que me fijara más en mi corazón y esas mierdas.

Un paso adelante.

— ¡¿Y de cuándo acá me escuchas?! ¡Nunca me haz hecho caso y ahora resulta que soy el culpable de tus sentimientos hacia Isagi!

Retrocede.

— ¡Pues me hubieras dicho que me alejara!

— Repito, ¿de cuándo acá me escuchas? ¡Rin, me das miedo!

Pega un salto cuando rodeó el sofá y me dejo ir contra él, me lanza la almohada y la esquivo, la tomo y se la lanzo de vuelta, dándole en la cabeza. Se queja con un «ouch» y me enseña el dedo, después echa a correr en dirección a su habitación y yo corro tras él.

— ¡Abre! — golpeo su puerta con ambos puños cuando me la cierra en la cara —. ¡Aryu, sal! No te haré nada — digo con voz tenue —. Ya estoy tranquilo, ¿ves?

Alzo las manos como si pudiera verme e intento que mi voz suene de lo más normal.

— ¡Tienes voz de psicopata apunto de matar! —acusa.

Suspiro, cierro los ojos y trato de calmarme porque aunque abra la puerta, ¿qué voy a hacerle? No es como si de verdad fuese a estrangularlo. Recargo mi espalda contra la puerta y me deslizo hasta llegar al suelo y golpearme la cabeza repetidas veces contra la madera.

— Estoy jodido —hablo, ya más tranquilo —. Me gusta, Aryu.

Hay un silencio entre nosotros, solo puedo escuchar el tic tac del reloj viejo que cuelga de su pared, ese que nunca quita porque fue un regalo de su abuela. Me voy hacia atrás cuando abre la puerta de golpe, me sostengo con los brazos para no caer completamente y lo miro desde abajo.

— ups... no pensé que estuvieras sentado.

Me incorporo a la vez que él se sienta a mi lado, cruz las piernas de forma india y mira su habitación, como si estuviese buscando las palabras correctas para decirme.

— ¿Qué vas a hacer? — pregunta al fin. No es lo que esperaba que dijera pero tampoco está mal.

¿Qué voy a hacer?

—No sé —murmuro.

Aryu recarga la cabeza en la pared, su cabello ahora está trenzado y le cae sobre el hombro derecho.

— ¿Sabes lo que creo? — hace una pausa, me mira y le insto con las cejas para que hable —. Te estás perturbando demasiado por un gusto. Los gustos son eso, Rin, un gusto que se irá con el tiempo, no es como que estás enamorado y no sabes qué hacer sin él...

»solamente estás perturbado porque descubriste que te gusta un hombre, alguien de tu mismo sexo, cuando hace apenas unos meses antes de conocerlo follabas con mujeres.