Parte 19

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No se necesita tener dos dedos de frente para saber que soy un idiota.

Estoy molesto con Rin y él ni siquiera ha hecho nada, pero es que ese es el problema, ¡no hizo nada!

Literalmente nada.

Esta mañana me he despertado con ropa, el espacio a mi lado de la cama está vacío y tendido, como si nadie hubiera dormido ahí, la habitación está en total silencio, las paredes blancas sin ninguna pizca de suciedad se ríen en mi cara porque saben tanto como yo lo que quería.

Quería acostarme con Rin y no hizo nada.
Incluso tengo el vago recuerdo de haberle enredado mis piernas en la cintura para que no se fuera y se quedara a dormir conmigo, me abracé cual koala a él para que no pudiera irse hasta que me quedé dormido y supongo que se fue y me dejó solo. ¿Y si me vomitaba?

Vuelvo a repasar el recuerdo de mí abrazándome a él y entierro mis rostro en la almohada, la culpa y pena me llegan de golpe, la cruda moral también les hace compañía, me doy cringe, no quiero ni verlo a la cara porque debí parecer patético así que agradezco su ausencia.

Me paso la mano por el cabello, despeinándomelo aún más si eso es posible, me aclaro la garganta y me palmeo las mejillas para recobrar el sentido completamente, es cuando se abre la puerta y Rin entra, la empuja con el pie porque tiene las manos ocupadas con una charola para llevar el desayuno, de esas que se ven en las novelas, el olor de la comida llena la habitación, huele rico. Trago saliva, soy incapaz de verlo a los ojos porque sigo molesto con él pero estoy más molesto conmigo por estar molesto en primer lugar.

La puerta se cierra y Rin avanza, intento ponerme de pie para ayudar pero la cabeza me vuelve a sentar con punzadas que me atacan sin parar.

— Es mejor que te quedes sentado. —. Me dice.

Asiento en respuesta, de todas formas no tenía planeado intentar pararme de nuevo.
Llega a mi con cuidado y deja la bandeja sobre mis piernas, su mano roza mi muslo cuando la aleja y me molesto aún más porque ese simple tacto indirecto ha enviado toques electrizantes por todo mi cuerpo. Miro la bandeja, que tiene un plato con tostadas, un tazón pequeño con miel, huevos y un waffle con tocino encima, también una taza humeante de café.

— Te iba a preparar sopa, —. Comienza a decir. —. Pero me iba a llevar más tiempo que eso, así que espero te sirva de algo.

Miro de nuevo la bandeja, tomó los cubiertos y desenvuelvo la servilleta de tela, me la pongo en las piernas, cubriendo bien la sábana para que no se vaya a ensuciar, todo huele delicioso y parece delicioso, me llevo un bocado de huevo a la boca, es rico, luego trozo un pedazo de waffle con tocino, ese con las manos porque lo que menos quiero es estar batallando, el sabor contrasta perfectamente en mi boca, lo crujiente y salado del tocino le dan el toque especial al waffle bañando en maple, cierro los ojos, disfrutando su sabor y luego miro a Rin, que sigue parado a mi lado sin decir una palabra.

— Está delicioso. —. Digo con la boca llena. —. Gracias.

Asiente, lo veo esbozar una leve sonrisa de lado y no dice más. Se sienta a mi lado, saca su celular y comienza a teclear algo, lo sé porque el movimiento rápido de sus dedos me dicen que no puede estar haciendo otra cosa más que escribir, si fuera yo, el sonido del teclado sería lo que me delataría, me gusta escuchar el sonido de las teclas al escribir.

Carraspea la garganta, se pone de pie y se guarda el celular.

— Dejé ropa limpia en el baño, también hay un cepillo de dientes nuevo en la encimera, por si quieres asearte antes de ir a tu casa.

Asiento a todas sus palabras mientras le doy otra mordida a las tostadas de miel, levanto un pulgar en aprobación y cuando veo que se dirige a la salida, trago rápido.

Estúpido error, ¿intencional? [Rinsagi +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora