Desarrollo

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RIN


Perder nunca ha sido una opción para mí.

Mucho menos perder contra el loco pervertido con el que comparto habitación y aunque el resultado del partido haya sido un empate, fue como una derrota para mi, el muy tonto me bloqueó mis dos momentos de gol y no me dejó hacer mucho en todo el partido. Es un dolor en el culo incluso en la cancha.

— ¡Rin, Rin! ¿Vamos a comer algo?

Aryu me pasa el brazo por los hombros en un afán "amistoso" de querer quitarme el enojo.
— No tengo hambre — digo. — me voy a dar un baño.

Le quito el brazo de un manotazo.

— Como quieras, estaremos en la cafetería por si quieres comer.

Si no es en la cancha, en medio de un partido de fútbol, él no corre porque "perdería el glam", así que camina despreocupado hacia Tokimitsu, que lo está esperando del otro lado de la cancha con un par de botellas de agua. Me dejo caer sobre el pasto, sintiendo la humedad en el mientras todos los demás comienzan a irse.

Todos excepto uno.

— Buen trabajo, Isagi. Eres un dolor en el culo cuando te lo propones.

La voz es de Sae y no puedo evitar sentirme molesto al saber que él y el pervertido se conocen y que, incluso, le felicita el trabajo que ha hecho hoy.

— No fue nada, jugué a divertirme, solo eso.

Ruedo los ojos, comenzando a irritarme por el notable deje de soberbia en la voz del enano.

— Definitivamente, si hubieras jugado a ganar, ellos estarían llorando. Oh, ¡Rin! — intenté hacerme chiquito, juro que invoqué a todos los espíritus para pasar desapercibido ante los ojos de Sae, cosa que resultó imposible por cierto. Me giro a regañadientes, encontrándome con la mirada burlona del enano y con Sae, que agita la mano para que vaya con ellos.

Idiota, como si no supiera que le alegra mi derrota.

Me pongo de pie nuevamente y me acerco a ellos.

— ¿Qué pasa? — pregunto.

Sae sonríe. — ¿Qué pasa? Quiero presentarte a la próxima estrella del fútbol japonés. — pasa un brazo al rededor de Isagi y lo atrae hacia él. — Este es...

— Isagi Yoichi. Lo conozco, ahora me retiro, adiós.

— Hey, no seas así, hombre.

— Tranquilo Sae, está bien.

¿Ya comenté cómo habla Isagi con Sae? Parece otro.
Ni siquiera sé si habla así con todos y es que conmigo es demasiado tosco o qué, pero nunca le he escuchado ese tono de voz al hablarme. Parece un idiota.

Me alejo de ellos sin mirar atrás, no tengo interés en hablar con ninguno de los dos. De camino a las duchas consigo una botella de agua, también comienzo a quitarme los guantes de las manos y saco la ropa de estudio una vez que entro a los vestidores, ahí, me quito la ropa y la dejo a un lado, sobre la cesta de ropa sucia, enciendo la ducha y me meto en el agua, sintiéndola recorrer mi cuerpo. El agua está tibia, es ideal para el clima que hace hoy en Japón, especialmente diría que de no ser por los guantes, los dedos de las manos se nos caerían apenas comenzar a correr.

Cierro los ojos cuando comienzo a enjabonarme el cabello, la espuma baja con lentitud por mi cuello hasta la línea de mi espalda y continúa el recorrido, en mi mente aparecen Sae e Isagi, el recuerdo de ellos saludándose tan amistosamente en la cancha, bromeando y abrazándose como si se conocieran de toda la vida es lo único que inunda mi mente y por más que quiero pensar en otra cosa no puedo.

Me molesta de sobremanera tener que pensar en ellos, de hecho me molesta su relación porque, a todo esto, ¿cuál es su relación? Sae nunca me ha hablado de ese dolor en el culo y en el tiempo que he ido a sus partidos de fútbol antes de entrar a esta escuela, jamás había escuchado hablar de Isagi. No pueden ser tan cercanos, ¿o si?

jjajaja estás loco, ¿cómo puede ser así?

El eco de voces riendo y cuchicheando llegaron a mi como balde de agua fría, sacándome de mis pensamientos. Volví a la realidad y continué con el baño, ahora pasando a lavarme bien el cuerpo.

Te lo digo, lo he visto.

— No creo... a Isagi le gusta gustarle a todo el mundo.

¿Isagi? Genial, ahora no solo lo tenía en el pensamiento sino que también escuchaba de él en las duchas.

Pienso lo mismo, va por ahí dándoselas de santo pero cuando sabe que alguien quiere con él, sale a relucir su verdadera identidad.

— Mi novia quiere con él.

— ¡Buagh! ¿Qué le ven?

— ¡Lo sé! Te apuesto que el tío es gay.

«pues sí que es gay» pensé. O por lo menos es bisexual.

Terminé de ducharme, me envolví la toalla al rededor de la cintura y me dispuse a salir, mi lado del vestidor está del lado donde ellos no pueden verme, así que no se detendrán de echar el chisme mientras yo me estoy cambiando.

¿Jugará este torneo?

— Yo creo... es el consentido del entrenador.

— mmm, ¿y si se lo está dando?

— Nooo...

Suspiré pesadamente, fingí tener un ataque de tos y golpee las puertas de los casilleros a mi lado para hacerles saber que estaba ahí y que les había escuchado, poco después sus parlanchinas voces dejaron de escucharse y quedé en silencio nuevamente.

Estúpido error, ¿intencional? [Rinsagi +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora