Parte 22

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ISAGI

Espacio para que dejen sus: "ya llegué" xd

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Digamos que me gusta Rin.

Para empezar no es ningún secreto que me gustó desde que lo vi anotar un gol de larga distancia, su figura, la forma en la que todo pasó tan rápido que los jugadores se quedaron estáticos sin posibilidad de hacer algo, el cabello volando con el viento y su fría forma de celebrar su propio gol llamaron mi atención de sobremanera.

También la forma en la que me veo atraído hacia él en cualquier situación ya sea buena o mala, lo nervioso que me pone saber que estoy cerca de él y la innegable sensación de cosquilleo por todo mi cuerpo con un solo toque suyo, pero no es amor.

No es amor lo que siento y no es amor lo que siente él por mí, así que no debo engañarme y caer por alguien que no tiene ni la más mínima intención de caer por mí.

Tampoco debo dejar que sus ojos esmeralda me hipnoticen de la forma en que tratan de hacerlo justo ahora: lo tengo frente a mi, me mira como si quisiera decirme algo pero luego se arrepiente, inspira y saca el aire, a juzgar por la situación podría decir que está nervioso, pero es algo meramente imposible, en este tiempo conociéndolo no le he visto ponerse nervioso ni un segundo.

— ¿Estás bien? — Habla al fin, el cabello lo lleva de forma diferente esta vez, lo tiene echado hacia atrás y supongo que es debido al calor que está haciendo, tiene un parecido a Sae de esa forma pero es algo que no pienso decirle en voz alta.

— Si. ¿Tú estás bien?

Asiente, da un paso adelante y yo retrocedo dos.

— Ten tu ropa — Le entrego la bolsa en la que he echado su ropa limpia —. G-Gracias por lo de la otra vez.

Toma la bolsa, asiente y no se molesta en revisarla, se relame los labios con inquietud y da otro paso adelante.

— ¿Quieres pasar? Es tarde y no creo que sea buena idea regresar a la universidad ahora.

Ruedo los ojos, poniendo los brazos en jarras.

— ¿Y gracias a quién estoy aquí? — Inquiero —. Me hiciste venir a dejarte la ropa, ¡te dije que mañana podría dártela!

Suelta una risita traviesa.

— Si querías verme solo tenías que pedirlo — Continuo. He bajado el tono de mi voz y sin notarlo lo he dicho con un leve tono de coquetería que, obviamente, ya no puedo deshacer.

— Tus orejas se ponen rojas cuando te pones nervioso.

Me llevo las manos instintivamente a las orejas, como si con el tacto pudiera notar el color en ellas, aunque no debo hacerlo, el simple calor que las envuelve cuando le digo algo así me hace saber que es cierto.

— ¡Estás nervioso! — Me apunta con el dedo sin dejar de reír.

Frunzo el ceño. — No lo estoy. Estoy cansado, es diferente.

— Bueno, con más razón, Isagi. Quédate.

Sonó más a una petición que a una orden, paso saliva porque su cercanía me está quitando el aire.

Estúpido error, ¿intencional? [Rinsagi +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora