18. Consume

117 20 10
                                    




3 de noviembre, 2032 
Caitlyn.

Lamentaba la manera en la que todo había resultado, puede que no fuera la única. Sí, había recuperado a Caleb, pero había perdido a Ferro, también a Shirley — él había sido el más afectado de entre todos los involucrados. Ahora que Ferro estaba siendo cuestionado por las autoridades, Shirley había quedado expuesto, sin nadie que le cuidara las espaldas. Los gamberros de Adam, lo golpeaban en los pasillos, decían que también en los baños, y quién sabe dónde más. Había llegado a odiar a Isaac Shirley, pero nadie merecía recibir ese trato. El director intentaba protegerlo, pero no podría vigilarlo a todas horas. Caitlyn no supo qué lado tomar, lo que sabía es que no estaba de acuerdo con lo que hacían los del Skull & Gold, no es lo que Caleb querría. 

Durante esos días intentó de pasar tanto tiempo con su novio como le era posible, aunque no servía de nada. Desde que regresó era otra persona. No comía, a menos que lo obligasen. No se duchaba, ya habían pasado días desde su última ducha, y su compañero de dormitorio pidió que lo trasladasen a otro lado, ya no soportaba su hedor. Se negaba a salir de su habitación, permaneció en la misma posición por varios días, tirado en el suelo. Parecía más un caparazón vacío y roto que un ser humano. Una barba de hace varios días le cambió completamente el rostro, su pelo estaba enredado en caracolas y tenía el aliento de un oso. 

Se sentía frustrada por su actitud, pero qué tan egoísta podía ser para pedirle que volviera a ser el mismo después de todo lo que había pasado. Acumulaba estrés como si fueran piezas coleccionables, al ir a las clases que ambos tenían en común para luego pasarle los apuntes, o hacer que los leyera.

Ahora que su hijo había regresado, los Thorpe decidieron que era hora de volver a casa, nada los retenía en Eldridge. Amelia le extendió una invitación para pasar juntas la tarde, se encontrarían en los jardines para merendar. Aprovecharía la oportunidad para hablar con ella, tal vez podría convencerla de que no fuera tan cruel con Shirley. 

Aparte de ella, Adam era quien más tiempo pasaba con Caleb.     Nunca entraba en su dormitorio, pero le daba cartas a Caitlyn para que se las leyera. Lo entendía, a ella también le dolía verlo en ese estado. Dejó las cartas sobre la cama y lo vio antes de salir por la puerta.

—Sé cómo te sientes —su voz cruzó a través de la habitación, pero Caleb parecía ajeno a sus intentos de comunicación—. Has pasado por algo terrible, y estás asustado. Pero, Caleb... yo te necesito. Necesito que vuelva mi novio, y salir con él a montar a caballo. Odio estas paredes, odio verte así —no hubo una respuesta de su parte, tampoco la esperaba—. Si sigues ahí, te lo ruego, vuelve.

Su silencio penetró su armadura emocional, dejando una herida fresca y húmeda sobre su pecho, donde su corazón latía, y lo seguía haciendo, por él. Cerró la puerta tras ella, no quería que la viera secarse las lágrimas de los ojos. Pasó los dedos por su cabello, un poco del mismo se le quedó entre las manos. Estaba tan agotada, sus fuerzas terminarían acabándose en algún momento. Para entonces pensó en lo mucho que le apetecía tener un momento para ella, sin tener que recordar que tenía un novio drogadicto y deprimido. No podía estar bien si él no lo estaba, sentía esa amarga sensación de culpabilidad. 

Los jardines de Eldridge eran exquisitos, el jardinero daba lo mejor de sí para mantener sus terrenos en la mejor forma, incluso en otoño. Encontró varios aros de plata clavados sobre el césped, junto a los mismos caían las hojas de los árboles muertos y corrientes de aire frío que la helaban los tobillos. Una pelota verde pasó muy cerca de su pie, la habría hecho caer si no la hubiera esquivado, a esta le siguieron chillidos y quejas que provenían de Heather Sterling. La chica alzó una vara de madera, en señal de protesta, lo que hizo que Amelia estallara en risas.

Killing van Thorpe. (#PGP2024) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora