30. Man vs self

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23 de enero, 2033
Caitlyn.

Desde su última sesión de terapia había tenido tiempo de reflexionar lo suficiente como para replantearse cada una de sus acciones desde que llegó a Eldridge. De acuerdo con su psicólogo, su relación con Caleb no era más que una extensión del mismo vínculo que la unía a su padre. Y es que Caitlyn había estado cuidando del inspector Williams desde que era pequeña, tomando el manto de su padre como la cabeza responsable y madura de la casa a una edad temprana. De acuerdo a la teoría de Erick, Caitlyn se enamoró de Caleb porque lo vio vulnerable y quiso cuidar de él. También aseguraba que todas sus futuras relaciones románticas serían igual. Era un destino cruel, ser condenada por querer proteger a tus seres queridos. 

Veía los puntos de su teoría, en cierto modo, estaba de acuerdo con él, pero eso no lo hacía menos doloroso. Y si al menos eso fuera todo, también estaba el tema de su trastorno disociativo, ahora debía vivir cuestionando cada paso que daba, sin tener la certeza de si era realmente ella la que hacía la llamada, o eran sus otras múltiples personalidades. 

¿Todo lo que había vivido había sido cómo espectadora? ¿Acaso todo lo que hacía era parte del plan de alguien más? ¿Era siquiera ella misma la que se cuestionaba en esos momentos? Siempre creyó saber la respuesta, pero ya no estaba tan segura. 

Todavía no recordaba lo que había sucedido en la noche que Adam murió, y tener lagunas mentales nunca era una buena señal para una persona con sus dolencias. Hubo instancias en las que culpó al alcohol, pero no tenía idea de cuánto había bebido esa noche, y Haley se había encerrado en su propio mundo como para confirmarle a Caitlyn sus sospechas. 

Debía resolver este misterio, a como diera lugar, por su propia sanidad. 

En la policía seguían sin haber nombrado a un culpable, pero de buena fuente sabía que todo apuntaba al círculo más cercano de Adam: su prometida, con la que aparentemente tenía una relación perfecta e ideal. Su mejor amigo, alguien que era como su mano derecha, pero que no estuvieron en buenos términos al final. También el chico al que mandó a prisión injustamente. Su fuente no había dado detalles para respaldar sus motivos para sospechar de Amelia o Vernon, pero Ferro era una figura con fuerza de motivo. Habían encontrado el ADN de Adam en sus puños la noche que murió, habían tenido una pelea horas antes. No creía que Ferro fuera capaz de cometer un asesinato en sangre fría, pero si algo había aprendido de Eldridge, es que no tenía que confiar en nadie.

Eldridge estaba bajo fuego, el prestigio del internado estaba colgando de una cuerda muy fina. La credibilidad de la institución comenzaba a devaluarse, después de todo, uno de sus alumnos más populares había sido brutalmente asesinado. Los mismos internos se sentían inseguros dentro de aquellas paredes, y más de uno pidió ser trasferido a otro lugar. No podía culparlos, ella también lo consideró en un momento. 

Poner distancia entre ella y Caleb puede que fuera lo que necesitara para poder recuperarse del breve noviazgo que tuvieron, que, aunque efímero, logró desgastarla en demasía. « Es el efecto de los chicos Thorpe, una vez llegas a conocerlos de verdad, desearás nunca haberlo hecho. » ¿Acaso Caleb se arrepentía igual que ella? No tenía cómo saberlo, no habían hablado desde el funeral. 

Iba de salida, debía reunirse con Agnes para el final del día para intercambiar pensamientos sobre el caso Thorpe, compartir las pistas que habían encontrado y dar con un resultado juntas. Colaborar con su madrina le traía recuerdos del caso de Rafael. Agnes Seawright podría ser una mujer peligrosa, no tomaba precauciones a la hora de conseguir lo que quería, y era muy efectiva con sus métodos, por muy inmorales que fueran estos. 

Se detuvo a mitad de camino a la entrada del castillo, en el pasillo donde estaban las armaduras en guardia. Esas armaduras pertenecieron a los guardias y caballeros que una vez sirvieron a la familia de Dos Sicilias, como tributo por su valentía y servicio, sus armaduras fueron conservadas a lo largo de todo el castillo. Muchos contaban que los fantasmas de estos caballeros seguían rondando por el castillo, y que uno de ellos pudo haber matado a Adam. Esto último era una tontería, pero algo llamó la atención de Caitlyn. A los pies de cada armadura había una placa dorada con el nombre de su portador, Ser Wymond, y su espada Traición. Los brazos de la armadura estaban unidos, como si estuvieran sujetando la empuñadura de la espada, pero esta no estaba en su sitio. Miró a su alrededor, todos los otros monumentos tenían sus espadas, pero esta no.

Killing van Thorpe. (#PGP2024) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora