Capitulo 8

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La casa de Bakugou era bastante grande, destacaba a la vista y tenía un estilo elegante moderno que atraía a todos los vecinos. Cuando Midoriya detuvo su bicicleta en la entrada admiro parte de un bello jardín decorado con rosas y jazmines.

—Entra —le ordenó el cenizo cuando vio la expresión tonta del pecoso en la entrada — ¿Acaso no quieres tomar un poco de agua antes de seguir, tonto? También podrías pasar al baño.

—Oh...—bajo la cabeza el de pecas notando que tenía la camisa de la preparatoria llena de sudor —Sí, gracias, pasaré entonces.

Bakugou-kun es mucho más amable de lo que imaginé.

El de ojos esmeralda dejo la bicicleta a un lado de la puerta. El de quirk explosivo le advirtió que si llegaba a tocar una sola flor del jardín, su madre lo haría papilla. Fue una advertencia bastante severa, por lo tanto, la tuvo en cuenta y se ocupó de que la bicicleta quedará en un lugar que no lastimara a las flores.

—El baño es la primera puerta escaleras arriba. Deja los zapatos y ve —indicó el mayor —Estaré en la cocina. Te daré algo de comer también antes de que te vayas.

—Pero...—intentó oponerse el de pecoso, pensando que sería demasiado pedirle al de quirk explosivo que hiciera eso.

— ¡Sin quejas! Ve al baño y vuelve.

Izuku decidió seguir las indicaciones sin otra objeción más. Dejo sus zapatos y con las medias puestas, paso al interior de la enorme casa. No pudo ver mucho ya que subió rápidamente al baño del que hablo el de ojos rojos. Paso rápidamente y se lavo lo mejor que pudo. El verano no le afectaba demasiado a no ser que estuviera deshidratado o enfermo. Tenía la cara algo roja debido al calor, pero con un poco de agua fría se le pasó. Una vez termino, salió del baño y volvió a bajar la escalera. Siguiendo pequeños sonidos, encontró la cocina de la casa y a Katsuki, que estaba sacando de la heladera lo que parecía ser helado.

—Siéntate, ya te sirvo —le ordenó el de ojos rojos —Tengo solo de chocolate, ¿importa?

—No, no importa —se sentó en una banca que estaba en la isla de la cocina —Gracias, Bakugou-kun.

El cenizo le pasó un tazón de helado de chocolate al pecoso y se sirvió una pequeña porción para él. Generalmente, no comía el postre antes de la cena, pero debido al calor y que estaba de buen humor, no le pareció mala idea comer helado. Y al de ojos esmeralda parecía gustarle mucho, por las expresiones que hacia y la manera en que el helado desaparecía de su tazón con rapidez.

En lo que pensaba en que las mejillas del pecoso se parecían a las de una ardilla, la puerta de su casa siendo abierta se escuchó y el cenizo escucho las voces de sus padres llegando.

— ¡Katsuki! ¿Has traído a un...amigo?

El entusiasmo de la voz de Mitsuki Bakugou fue disminuyendo ante la vista del muchacho de cabello verde revuelto y ojos esmeralda que estaba sentado en la isla de su cocina, usando el mismo uniforme de Yuei que su hijo. Se quedó con la boca abierta un segundo, experimentado un sentimiento de dejá vú y el de pecas se preguntó si se veía extraño o algo para ella. Aunque también le parecía increíble lo parecida que era a el cenizo, ¡prácticamente eran como dos gotas de agua!

—Amor, ¿estás bien? —le tocó el hombro Masaru a su esposa que se quedó con la mirada perdida en el joven.

—Sí, sí. Perdón —se despertó la rubia del pequeño shock que tuvo, acercándose al pecoso y mirándole con atención —Me recuerdas mucho a una amiga mía de la secundaria, ¿me dirías tu nombre?

—S-Soy Izuku Midoriya, señora —se presentó algo nervioso el de ojos esmeralda por la atención intensa que estaba recibiendo.

—Midoriya...hum, ¿eres hijo de Inko y Hisashi Midoriya? —interrogó la mayor.

¡Alerta! ¡Héroe enamorado! [DekuBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora