¡Alerta! ¡Héroe enamorado! [DekuBaku]

Lo que es una relación con un héroe.

Izuku se lo esperaba. Es decir, era obvio, sin importar que tanto pudieran planear una cita y que prevenciones tomarán al respecto, si a Katsuki le salía una emergencia en su trabajo, tenía que ir a hacer su trabajo.

Claro que eso no le quitaba que se sintiera triste y decepcionado en el sillón de su nuevo departamento, con el pastel en la mesa que parecía recordarle su soledad y las latas de cerveza sin abrir a un lado, escuchando el último audio de su novio pidiendo perdón por no poder llegar a celebrar su mudanza. Por razones evidentes, el de pecas contesto que no pasaba nada, no importaba que hubieran planeado esa celebración por quince días, ni que le hubieran suspendido a sus amigos y padres la visita al departamento ya que él quería que el de quirk explosivo fuera el primero en verlo todo acomodado y amueblado. Estaba todo bien, porque él comprendía que el trabajo del cenizo era salvar vidas y detener criminales y eso llevaba cierto nivel de sacrificios.

Y ese dolor que sentía ahora en su pecho venía en todo el combo que era una maravillosa relación con un héroe de enorme rango y prestigio.

Midoriya se guardo sus lamentaciones muy dentro de sí mismo, se estiró de su sillón solo para tomar una lata de cerveza y abrirla en silencio. Se la bebió de golpe para olvidarse también que hacía más de dos meses que no tocaba a Bakugou ni lo besaba más de lo necesario y que sentía que su pene sufría un colapso cada vez que veía las fotografías en foros de su novio con su sensual traje y sonrisa vencedora.

Oh, la miseria. Estaba realmente deprimido. Y para colmo mañana no tenía que trabajar, ya que planeaba quedarse con Bakugou todo el día, dormir hasta tarde y salir a algún sitio por la noche a modo de cita. Pero el cenizo se había ido a una misión de emergencia en Sendai, no volvería hasta dentro de dos o tres días mínimamente. Mejor llamaba a su jefe en la empresa de tecnología en la que estaba y le decía que prefería ir a trabajar. El hombre seguramente estaría muy contento, era el único de todo el personal que podía mantener a raya a Hatsune —que había ingresado hace poco por recomendación de un profesor de Yuei— con sus locos fármacos que la tenían obsesionada últimamente.

El de pecas no sabía si que su amiga se hubiera vuelto fanática de la medicina era mejor que su apasionado amor por la robótica. Al menos sus pastillas no explotaban pero los efectos secundarios eran discutibles.

Bien, lo vería mañana. Se levantó con suma pereza del sillón para guardar el pastel en su nueva heladera —regalo de sus padres— y las latas de cerveza que le sobraron, aunque se llevó una hasta su recamara.

El departamento que estaba alquilando no tenía nada fuera de lo común, era de un buen tamaño para dos personas, con un dormitorio amplio y un armario, una cocina junto con una sala de estar que daba con el balcón y un pasillo que terminaba con un baño simple. Quedaba cerca de su trabajo y la universidad donde estaba sacando una maestría en ingeniería, además de que la agencia de Endevador estaba cerca y por lo tanto, pensó que el cenizo podría pasar muchas noches en su departamento.

El de quirk explosivo no le había comentado hasta ahora que tuviera planes de mudanza y como la casa donde estaba era grande, el de ojos esmeralda creía que quería seguir con sus padres un tiempo más. Así que, quería que su departamento fuera un lugar dónde pudieran ser íntimos como pareja sin preocupaciones.

Claro que esa intimidad no podría pasar a no ser que se vieran pero bueno, para el caso, su departamento ya estaba listo.

El de pecas se metió a su dormitorio, dejo la lata de cerveza sobre la mesita de luz al lado de su cama y se sentó en el colchón. Saco del cajón de esa misma mesita una caja con una llave. Tenía pensado proponerle al cenizo que la tuviera, para que pudiera usar su departamento incluso cuando él no estuviera y pensará en su futuro juntos. Sin embargo, pudiera ser que se estuviera adelantando un poco.