t w e n t y

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–¿Por qué no me dijiste que estabas metido en esto Justin?

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–¿Por qué no me dijiste que estabas metido en esto Justin?.

–Porque esto no tenía nada que ver con los hombres de Bob. –Busque en el sofá dos armas escondidas. –Pensé que los habían matado a todos o que se habían ido del país, no deberían estar aquí y no entiendo ni una puta mierda.

–¿Por qué Salvatore no te dijo nada de esto?.

–No lo sé. –La mire. –No se había comunicado conmigo por protección, la policía aun puede estar escuchándome, ellos están investigando.

–¿Por qué no me dijiste que habías hablado con Salvatore?.

–Porque no hable con Salvatore, no quería meterte en esto Claire y por supuesto no quería que te secuestraran de nuevo.

–Bueno genio, lo hicieron de nuevo.

Comenzaron a escucharse disparos cada vez más seguido. El estruendo metálico resonaba en mis oídos, cada detonación enviando escalofríos por mi espina dorsal. Los gritos de pánico se mezclaban con la música atronadora del club.

–Quiero que te quedes aquí. –Jale de su brazo. –Entra en el baño, no te muevas hasta que vuelva por ti.

–No Justin, estamos juntos en esto. –La arrastre hasta el baño mientras ella se sacudía. –Ellos quieren dinero ¿No tienes suficiente para darles?.

–No creo que sea lo único que quieran, ellos aun te están buscando, te secuestraron y no me contactaron, quédate aquí, volveré.

–Justin.

–Volveré, lo prometo. –La tomé de las mejillas y luego la besé.

Corrí hacia la entrada del club, cada paso resonando en mi cabeza como un eco distante. Afuera, el caos se había apoderado por completo de las calles. La multitud se agolpaba en todas direcciones.

Puñetazos, empujones y gritos llenaban el espacio, convirtiendo el lugar en un campo de batalla improvisado. De repente, el sonido ensordecedor de disparos resonó desde la distancia, haciendo que mi corazón diera un vuelco en mi pecho. Instintivamente, giré la cabeza hacia la dirección de mi oficina, de donde provenían los sonidos de balas. La urgencia me impulsó a correr de regreso, ignorando el caos que se desataba a mi alrededor.

–Claire.

Cuando llegué a mi oficina, el miedo se intensificó al encontrar la puerta entreabierta y un rastro de caos en su interior. Esperaba ver a Claire escondida o a alguien apuntándole con un arma, pero ahí estaba Simón, en el suelo.

Muerto.

–Tenemos que irnos, ahora. Creo que tenemos que buscar a mi padre y matarlo para que cierre la puta boca. –Cargó el arma.

–¿Por qué lo mataste? Quería interrogarlo.

–Dijo que me están buscando muchas personas porque Bob nunca me mató, están ofreciendo una recompensa.

Jesse [+18] | JUSTIN BIEBERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora