Justin, 24 años. Vancouver, Canadá.
Llevaba casi una hora de pie en el pasillo de productos femeninos, mirando fijamente las filas interminables de cajas de colores sin entender nada. Toallas, tampones, con alas, sin alas, flujo ligero, moderado, abundante... Era como si estuviera leyendo un idioma completamente desconocido. Me pasé una mano por el cabello, frustrado. ¿Por qué demonios había tantas opciones?
—¿Puedo ayudarte? —La voz de una chica interrumpió mi confusión. Levanté la vista y vi a una empleada de la tienda, mirándome con curiosidad.
—No, no gracias —susurré, aunque claramente necesitaba ayuda.
Ella no pareció convencida y se acercó un poco más.
—¿Son para tu hermana? —preguntó con amabilidad. —¿Es la primera vez?.
—Son para mi novia, pero no me dijo cuál tipo le gustaba.
Ella asintió como si escuchara eso todo el tiempo.
—¿Le gustan las nocturnas o las otras?
Fruncí el ceño, confundido.
—Quiero tampones.
—Hay con aplicador y sin aplicador. ¿Te dijo cómo es su flujo?
—¿Su qué? —susurré, completamente perdido. La chica intentó no reírse y señaló una caja.
—Mira, estos son normales, con aplicador. Si es su primera vez usando tampones, probablemente sean más cómodos. —Asentí y tomé dos cajas, entregándoselas.
—Dos de estos.
—Está bien.
—¿Tienen chocolate aquí?
—En la registradora tenemos algunos. —Asentí. Miré alrededor, aún sintiéndome fuera de lugar.
—Necesito cosas que usen chicas, de todo tipo —añadí, sin saber bien qué pedía.
—¿Qué cosas? —preguntó con una sonrisa divertida. Tomé aire, sintiéndome aún más torpe.
—No lo sé, un perfume o algo.
—Por este pasillo. ¿Te dijo si tiene alguna fragancia favorita?
—No.
—Dulces, florales... —sugirió.
Negué. No tenía idea.
—Este es dulce, es el que todas las chicas se llevan.
—Está bien, ese —acepté sin pensarlo demasiado. Ella asintió y me mostró otra sección. —Un desodorante de chica —murmuré.
—¿El que sea? —Asentí. Me mostró uno y simplemente lo tomé sin pensarlo demasiado.
—Ella necesita rasurarse y esas cosas —dije después de unos segundos.
—Por acá —dijo, guiándome.
Pasamos por los estantes de rastrillos, cremas y lociones, y fui tomando lo que ella me iba señalando. Finalmente, cuando sentí que había reunido suficiente, la miré, sintiéndome aún más inseguro.
—¿Crees que necesite algo más?. —Ella me miró y negó con la cabeza.
—¿Se va a mudar contigo?
—Algo así —murmuré.
—¿Shampoo, acondicionador?
Dudé un momento antes de asentir y tomar los que ella me recomendó. Cuando finalmente llegué a la caja con los brazos llenos de cosas, sentí que había pasado por una prueba de supervivencia. Nunca pensé que comprar cosas para una chica fuera tan complicado, pero por alguna razón, hacerlo por ella se sentía bien.
Salí de la tienda con las bolsas en las manos y subí al auto. Durante el camino de regreso, mi mente no dejaba de dar vueltas. No entendía por qué sentía una extraña satisfacción al haber comprado todas esas cosas para ella. No era solo el hecho de ayudarla, era algo más profundo que no lograba descifrar.
Aparqué frente a la casa y bajé con todo. Cuando entré por la puerta , ella estaba allí. Sentada en el sofá frente al televisor, rápidamente se incorporó de un salto cuando me escuchó, como si hubiera estado tratando de permanecer despierta hasta que regresara, pero se hubiera quedado dormida frente al entretenimiento sin sentido en la pantalla.
La miré, viendo aún más de sus largas piernas porque sus pantalones cortos se subieron mientras ella yacía en el sofá. Una de las correas de su camiseta se soltó y cayó por su hombro.
Se pasó los dedos por el pelo para apartarlo de la cara y se puso de pie, el sueño le pesaba en los ojos. El maquillaje había desaparecido de su rostro, pero sus ojos seguían siendo mucho más brillantes aquí en casa que en la mansión.
—¿Qué estás haciendo despierta?.
—Quería asegurarme de que regresaras a casa. —Se puso de pie y se subió la correa por el hombro antes de cruzar los brazos sobre el pecho.
—¿Y si no lo hiciera?
Tenía una mirada en blanco, como si no supiera qué decir
—Habrías salido de aquí libre. —Murmuré.
—No, eso no es lo que hubiera hecho.
La miré por un momento, sintiendo algo extraño en mi pecho, pero no dije nada. Solo tomé una de las bolsas y se la extendí.
—¿Qué es esto? —preguntó con curiosidad.
—Lo que necesites —respondí simplemente, sin atreverme a mirarla demasiado tiempo, antes de caminar a mi habitación y meterme en la ducha.
—Actúas como si no confiaras en mí, pero sé que lo haces.
—Sabes que haría todo lo que esté en mi poder para salvarte. Ya te lo he demostrado.
Me detuve frente a ella y la miré fijamente, mis ojos se movían de un lado a otro mientras la miraba a los ojos, viendo la inocencia de su mirada, la forma en que me miraba como si yo realmente importara. Ninguna otra mujer me miró de esa manera... como si realmente me vieran.
Para todos los demás, yo era solo una billetera gorda y un hombre poderoso. Solo era una cara bonita con un cuerpo fuerte. Yo era el premio final. A ella no le importaba nada de eso. De hecho, odiaba todas esas cosas sobre mí. A ella le gustaban las partes más profundas de mí, las cosas que hacía en secreto que nadie sabía.
Ella estaba quieta, esperando que yo hiciera algo o dijera algo. Yo también.
—Estás de mal humor.. ¿Por qué?
—Noche de mierda.
—¿Qué pasó? —No dio un paso atrás a pesar de nuestra proximidad, pero mantuvo sus brazos sobre su pecho, su respiración más rápida de lo normal, como si mi cercanía hiciera que su corazón latiera un poco más fuerte.
—Se escapó una chica —respondió con un tono tenso, sus ojos fijos en el suelo como si no quisiera mirar mi reacción. —Mientras estábamos vendiendo con Christian. Alex apareció como loco. Tuvimos que salir a buscarla a medianoche, y ni siquiera sabemos cómo se fue tan rápido.
—¿Está muerta?.
—Peor. Alex se está encargando de ella.
*
Okay, guys. We're back. Did you miss us? 'Cause we missed you...
Hace tiempo les dije que tenia esta mini escena escondidita. Estoy corrigiendo de nuevo esta Fanfic, por que me las imprimo y las tengo en formato físico. Así que corregí esto y lo agregue en la historia
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Jesse [+18] | JUSTIN BIEBER
Fiksi PenggemarDespués de 22 años viviendo bajo una organización, Justin descubre su identidad. Jesse Bieber Su vida da un giro de 180° después de enamorarse por primera vez de Claire Miller. Honor y Lealtad las palabras que ha escuchado toda su vida, ahora esta d...
![Jesse [+18] | JUSTIN BIEBER](https://img.wattpad.com/cover/329555373-64-k383701.jpg)