Jesse [+18] | JUSTIN BIEBER

t w e n t y - f i v e

La única razón por la que me desperté tan temprano fue porque mi teléfono estaba sonando en la mesita de noche. Entrecerré los ojos para mirar fijamente a la pantalla, apenas entendiendo el nombre.

Luca

—¿Hmm?.

Me froté los ojos para quitarme el sueño y miré el despertador. Eran las nueve de la mañana, horas después de que normalmente estaría despierto.

Me di la vuelta y miré a Claire, que aún estaba profundamente dormida. Su pelo estaba por todas partes, y su mano seguía extendiéndose hacia mi estómago.

—Siento molestarte, imagino que no has dormido mucho.

—Vete a la mierda Luca.

—No me dejaste dormir, me pareció justo tener que despertarte a esta hora, te espero abajo.

—¿Ahora?.

—Si, ahora. –Corto la llamada.

Puse el teléfono en la mesita de noche y me aseguré de que siguiera durmiendo. Quería que descansara todo el tiempo que necesitara para que pudiéramos volver a follar cuando estuviera bien descansada.

Me puse una sudadera y una camiseta antes de hacer la caminata desde el tercer piso hasta la entrada. Luca estaba de pie en jeans y camiseta, con las manos en los bolsillos y los ojos en la pintura de mi madre en el camino.

–¿Todo bien?.

–Encontré a alguien que tiene información sobre quien busca a Claire. Hablemos en la parte de en frente.

Nos trasladamos al gran porche y a la glorieta llena de árboles. La puerta había sido cerrada y bloqueada después de que Luca entrara en su Ferrari rojo brillante y ruidoso, era el coche perfecto para llamar la atención.

–¿Qué pasa?. –Le pregunté, queriendo terminar con esto rápidamente.

–Anoche oí una charla. Aumento la recompensa para quien entregue a Claire, hay muchos idiotas buscándola.

–¿Quién?.

–Le dicen Ghost. –Solté una risita.

–Que nombre más estúpido.

–Tengo un mal presentimiento sobre él, Justin. Es una sensación en mis huesos, sabes.

–Debe ser alguien que conocemos o alguien de la organización, no pueden buscarla con tanto entusiasmo solo por haber escapado de la mansión.

–La mantuvieron viva por mucho tiempo, cuando estuvieron en casa de Vittorio se corrió la voz rápidamente, estoy muy preocupado.

–Nunca has sido intimidado por nadie, Luca. ¿Por qué estás asustado ahora?.

–Porque eres mi familia. –Dijo enloquecido. –Porque desde que trajiste a Claire y comenzó a llevarse bien con Alessa, forma parte de la familia, ella es de la familia y no puedo permitir que nadie le haga daño.

–Luca, ella estará bien. No le tengo miedo a nadie. Es sólo un imbécil que se arrastra en las sombras.

–Se rumorea que le paga a todos los policías y detectives...

–Como si no hiciéramos lo mismo aquí.

–Pero están amenazando a los policías de maneras que nosotros nunca hacemos...como amenazar con matar a sus esposas e hijos. Es de otra clase, Justin. Tal vez respete el código, pero tal vez no. Deberías cuidar tu espalda.

–Siempre lo hago.

–Deberíamos hablar con papá de esto.

–No hay nada que preguntarle. Todo lo que has oído es un rumor. Y la mayoría de las veces, los rumores siguen siendo rumores. Papa tiene demasiados problemas como para seguir dándole más.

–Entiendo lo que dices. –dijo Luca con calma. –No quiero subestimar a este tipo.

–No le tengo miedo, y tú tampoco deberías tenerle miedo, Carter

Cuando regresé a mi habitación, había una bandeja para el desayuno en la sala de estar. Un plato había sido devorado, y sólo quedaban unas pocas migajas. Ella se había bebido un vaso de leche tibia.

–¿Dónde estabas? . –Salió del dormitorio con una de mis camisetas. Verla con mi camiseta siempre la hacía lucir más sexy.

Caminé hacia el dormitorio, con las manos ansiosas por quitarle la prenda de vestir que llegaba hasta las rodillas. Agarré el material y se lo pasé por la cabeza, revelando su cuerpo desnudo y sus bragas blancas.

–No importa.

–Te fuiste muy rápido. –Mis brazos rodearon su cintura, y la guie a la cama.

–Luca quería hablar conmigo.

–¿Todo bien?. –La llevé a la cama, con la parte de atrás de sus rodillas tocando el colchón.

–Nada de lo que tengas que preocuparte.

–Esa no es una buena respuesta...

–Está preocupado por los hombres que están cobrando recompensa para encontrarte.

Todo el color desapareció inmediatamente de sus mejillas.

–¿Significa eso que aun vienen por mí...? –En cuanto vi el miedo en sus ojos, deseé no haber dicho nada.

–No. Y aunque lo hicieran, no tienes de qué preocuparte. Estás a salvo aquí.

Mi mano se envolvió alrededor de su cuello, y la apreté hasta que pude sentir su pulso latir contra mí. No quería que tuviera que preocuparse de nada. Mientras fuera mía, ningún otro hombre la tocará. Yo era el único hombre que ella tendría entre las piernas.

–No sabes quién me está buscando, quizás...

–No me conoces lo suficiente. Con Salvatore aquí, estamos a salvo. Estás a salvo conmigo. Te lo prometo.

Sus ojos se movieron de un lado a otro mientras miraba los míos, su respiración aún seguía acelerándose. Mi mano ahuecó su mejilla, y presioné mi boca contra la de ella, lo suficientemente cerca como para besarla.

—Claire. —Sus dedos se enrollaron alrededor de mi muñeca. —No pienses más en ello. Y nunca pienses en eso cuando estés conmigo.

Las puntas de sus dedos se tensaron en mi muñeca, y sus ojos se volvieron firmes. Me miró con un nuevo rayo de esperanza, como si finalmente creyera la promesa que le acabo de hacer. Se levantó de puntillas para besarme.

—¿Quieres una tercera ronda antes de que se despierten todos?. —Asintió y mordió mi labio.