–¡Despierta cabrón!. –Christian se lanzó sobre nosotros.
–Christian. –Claire gruñó. –Lárgate de aquí. –Se escondió en mis brazos.
–¿No le dijiste?. –Negué. –Hijo de puta, no pienso esperarte todo el día.
–¿Aún no se levantan?. –Alessa se recostó sobre Claire. –No los podemos esperar todo el día.
–Es lo que acabo de decirles mon cheri. –Ellos se besaron.
–Van a follar en nuestra cama Claire.
–¿Qué es lo que Justin no me dijo?.
–Ustedes vienen con nosotros a nuestra luna de miel. –Claire me miro seria. –Nos vamos a Mónaco. –Alessa chilló. –No te preocupes, es un regalo para ti por volver de la muerte.
–Alessa. –Christian la miro. –Bebé te dije que no le dijeras eso.
–Pero es cierto. –Claire sonrió. –Mi chica volvió del cielo. –Besó su mejilla. –Tus bolsos están preparados, solo deben levantarse. –Ambos salieron del cuarto y Claire se cruzó de brazos.
—Iba a decírtelo, pero con todo el sexo que tuvimos, se me nubló la cabeza. —La besé. —No te enojes, Alessa quería hacerte un regalo de bodas.
—Se supone que nosotros le regalamos algo a ella.
—Sabes que ella es así.
**
Nuestras cosas ya estaban en mi auto cuando bajamos. Christian y yo habíamos organizado la mayor parte del viaje. El y Alessa se irían en un auto y nosotros nos iríamos en otro.
Salvatore tenia una enorme propiedad con dos casas en Mónaco, así no molestaríamos a los recién casados y ellos no nos molestarían a nosotros durante la noche.
Debíamos conducir por cuatro horas, durante el viaje vi que Claire tenía una mano sobre el regazo. Se la cogí y la mantuve sobre su muslo, siendo romántico, como ella quería. Ella me apretó suavemente la mano y las comisuras de sus labios se elevaron en una sonrisa.
Cuando llegamos, atravesamos la verja y aparqué el coche en la rotonda de la entrada. Había una fuente en el centro, con agua saliendo de la parte superior para caer pulverizada como gotas de lluvia.
Claire contempló la escena, con las puntas de los dedos presionadas contra la ventana.
—Este lugar es increíble.
—Me alegro de que te guste.
—¿Por qué nunca vinimos aquí con Bob?.
—¿Crees que a Salvatore le hubiera gustado que un cerdo como ese se quedara en una de sus casas?. —Arrugó su nariz y luego negó.
—Me hubiera encantado quedarme aquí.
Me bajé del coche y cogí nuestras bolsas del maletero. Ella se reunió conmigo, cogió sus propias cosas y se las colgó del hombro, preparándose para entrar en la casa.
—Claire, ven aquí. —Alessa sonrió. —Te enseñare el nuevo yate.
—¿Nuevo yate?.
—Déjalo. Ve con ella. —Agarré las bolsas y me las colgué al hombro. Ellas corrieron juntas hacia la parte trasera de la casa, Christian se veía igual de ridículo que yo.
—Bienvenido a la vida de pareja.
—Nunca antes había estado tan feliz. —Suspiro sonriendo. —Me hace tan feliz verlas juntas.
—A mi también.
Llegué hasta la puerta e introduje el código de seguridad antes de que pasáramos al interior. El lugar estaba inmaculado porque las doncellas seguían limpiando el polvo cada semana. Estaba preparado para recibir visitantes sin previo aviso.
Llevé nuestras bolsas al dormitorio principal y después volví a la sala de estar donde estaba la entrada al porche. Giré todos los pestillos y abrí las puertas de par en par. Al borde de la arena estaba el mar, de color azul turquesa. Las olas llegaban hasta la orilla, transportando los sonidos melódicos del agua rompiendo contra la playa. Sobre nuestras cabezas resonaban los sonidos distantes de las gaviotas. Mar adentro, en la lejanía, se divisaban yates majestuosos y embarcaciones de pesca.
—Es precioso Justin. —Claire rodeo mi cintura con sus brazos y me besó. —¿Vamos a nadar?. —Acaricie su cabello.
—Todo lo que tú quieras. —La besé suavemente.
Unos minutos después ella nadaba por el agua y miraba a los peces que se arremolinaban alrededor de nuestros pies. Concentrada en la belleza de su mundo, lo examinaba todo como si se tratara de una piedra preciosa.
Cuando acabó, se acercó a mí nadando y me envolvió la cintura con las piernas. Me echó los brazos al cuello y vadeó el agua conmigo.
—El agua está buenísima. —El pelo mojado se le pegaba a la piel y tenía los ojos manchados por el maquillaje, pero consiguió que hasta eso resultase atractivo.
—Lo está. —Nada se podía comparar a las cálidas aguas del Mediterráneo. La gente viajaba desde todas partes del mundo sólo para verlo.
Ella apretó la cara contra la mía y me besó, con nuestros cuerpos flotando sobre las olas. Su boca sabía a sal, pero yo me deleité con el fuerte sabor. Daba igual a qué supiese, yo la quería en mi lengua.
Ella extendió la mano por debajo del agua y me quitó el bañador para dejar libre mi miembro.
—Hazme el amor.
—¿Aquí?. —Murmure contra sus labios y asintió. —Claire, estas jugando con fuego. —Ella soltó una risita. Unos segundos después un chapuzón nos hizo alejarnos y quito su mano de mi bañador.
—¿No se supone que nosotros somos los recién casados?.—Christian sonrió. Di un salto y me lancé sobre el para hundirlo. —Uuhh.. Nosabes lo que acabas de iniciar.
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Jesse [+18] | JUSTIN BIEBER
FanfictionDespués de 22 años viviendo bajo una organización, Justin descubre su identidad. Jesse Bieber Su vida da un giro de 180° después de enamorarse por primera vez de Claire Miller. Honor y Lealtad las palabras que ha escuchado toda su vida, ahora esta d...