t h i r t y - o n e

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El tiempo transcurría lentamente en la sala de espera del hospital. Mientras esperábamos a que Christian despertara, la tensión y la ansiedad se acumulaban en el aire. Alessa seguía aferrada a mi brazo, su rostro reflejaba una mezcla de miedo y determinación.

—¿Adónde crees que se llevaron a Claire?.

—No lo sé. —Susurré. —Salvatore está rastreándola, apenas tengan una ubicación iré por ella. —Ella negó con la cabeza, su expresión reflejaba el mismo temor que sentía yo.

—Estoy tan asustada. No sé qué hacer, no sé cómo enfrentar esto —confesó, con su voz quebrándose. —No quiero perderlo. —La sostuve con cariño, tratando de transmitirle fuerza y ​​apoyo en ese momento de debilidad.

—Él estará bien Alessa. El cabrón está tardando más tiempo para despertar es todo. Es un chico muy fuerte, no te preocupes. —le aseguré, con determinación en mi voz.

El tiempo parecía arrastrarse con una lentitud tortuosa mientras nos aferrábamos a la esperanza de que Christian se recuperara pronto. De repente, noté un cambio en la expresión de Alessa.

Sus ojos se abrieron con asombro y su mano se aferró con fuerza a mi brazo. Siguiendo su mirada, vi cómo los párpados de Christian comenzaban a parpadear lentamente, como si estuviera emergiendo de un profundo sueño.

Un suspiro colectivo de alivio escapó de nuestros labios mientras observábamos con atención cada movimiento de Christian. Lentamente, sus ojos se abrieron y su mirada se posó en nosotros, confundida y aturdida.

Amore mio, ¿estás bien? —preguntó Alessa, su voz temblorosa por la emoción. Acaricio su mejilla y le dio un par de besos en su mejilla. —Gracias a dios.

Christian parpadeó varias veces, como tratando de enfocar su visión. Finalmente, su mirada se posó en Alessa y en mí, y una pequeña sonrisa se formó en sus labios.

—¿Qué... qué pasó? —preguntó, su voz débil y cargada de confusión.

—Tuviste un accidente, cabrón. Estás en el hospital, pero estás a salvo ahora —Respondí, con alivio evidente en mi voz.

Christian asintió lentamente, como si estuviera procesando la información. Parecía débil y cansado, pero también había una chispa de determinación en sus ojos.

—¿Dónde está Claire? —preguntó, su voz más firme esta vez. —Voy a matarla. —Cerró sus ojos. —Esto duele como la mierda, casi me saca la pierna. —Alessa me miro preocupada. —¿Cómo está ella? Tenías razón nunca usa el puto cinturón, tuve que sostenerla. —Trago saliva. —¿Por qué esta tan callada?.

—No está aquí, pero está preocupada. —Tragué saliva, luchando contra la angustia que sentía al ocultar la verdad a mi hermano. Alessa asintió, agregando su apoyo a mi historia.

—Si, luego de meter sus dedos en mi pierna debería estar preocupada.

—¿Por qué lo hizo?.

—Creo que quería que pensaran que estábamos muertos. —Asentí.

—¿Puedes recordar algo?. —Susurré. —¿Cómo eran los autos? ¿Cómo eran ellos?. Christian frunció el ceño, como si estuviera luchando por recordar.

—No lo sé... todo fue tan confuso —respondió, su voz todavía débil.

—Justin, no deberías....

Christian frunció el ceño, como si estuviera luchando por recuperar un recuerdo lejano. De repente, su expresión cambió, se volvió más oscura, intento levantarse y lo sostuve.

—Estaba junto a mí, estaba sosteniendo mi mano. —Gruño. —Tengo que ir por ella.

—No Christian...Shhh...Tranquilo, estas herido, no tienes que moverte.

—¡Suéltame!. —Soltó un grito. —Estaba con ella, estaba cuidando de ella, ella sostuvo mi mano hasta que ellos...

—Estamos aquí contigo, amore. —dijo Alessa, su voz suave y reconfortante.

—Justin, tenemos que irnos de aquí. —Intento levantarse y soltó un grito.

—Christian.

—No, Alex...Alex está vivo...Alex.

El impacto de la revelación resonó en la habitación, dejando a Alessa y a mí conmocionados. El nombre de Alex trajo consigo un torrente de recuerdos oscuros y dolorosos. Mis manos temblaban mientras luchaba por procesar la impactante revelación, y Alessa se apresuró a acercarse a Christian, tratando de calmarlo.

—Christian, cálmate, por favor —dijo Alessa con voz suave, intentando contener la ansiedad que se apoderaba de su rostro.

Pero Christian estaba exaltado, su respiración agitada y su mirada llena de angustia. No podía culparlo; el regreso de Alex traía consigo una tormenta de emociones y recuerdos dolorosos. Justo en ese momento, la puerta se abrió y entró un médico, su presencia calmada y profesional destacando en medio del caos emocional que llenaba la habitación.

—¿Qué está sucediendo aquí? —preguntó el médico, notando de inmediato la tensión en el ambiente.

Alessa se apresuró a explicar la situación, mientras yo me quedaba paralizado en shock, incapaz de articular una palabra coherentemente. Mis manos temblaban y mi mente se sentía nublada por el impacto de la revelación. El médico asintió con comprensión, evaluando rápidamente la situación. Sabía que Christian necesitaba ser calmado urgentemente antes de que su estado emocional empeorara.

—Christian, necesito que te calmes. No ayudará a Claire si te pones así —dijo el médico en tono firme pero compasivo, acercándose al lado de la cama de Christian.

Con manos expertas, el médico sacó una pequeña botella de calmantes y administró una dosis a Christian. Poco a poco, la tensión en el cuerpo de Christian comenzó a disminuir, y sus párpados comenzaron a pesar.

—Tranquilo, Christian. Todo estará bien. Solo necesitas descansar —dijo el médico con voz tranquilizadora, mientras Christian se dejaba llevar por el sueño reconfortante inducido por los calmantes.

—Justin, ¿qué vamos a hacer? —preguntó Alessa, su voz temblorosa por la ansiedad y el miedo.

Esto es culpa mía. Todo es mi maldita culpa.

La miré, sintiendo el peso abrumador de la responsabilidad sobre mis hombros. Teníamos que actuar, teníamos que encontrar a Claire antes de que fuera demasiado tarde.

—Tenemos que buscarla. Tenemos que encontrarla antes de que sea demasiado tarde. —Respondí, mi voz llena de determinación. Alessa asintió, su expresión reflejando una mezcla de determinación y miedo.

Alex tenia a Claire, la rabia comenzó a agitarse en mi cuerpo, mis manos comenzaron a temblar mientras todo a mi alrededor comenzaba a girar. Alex estaba vivo y acababa de quitarme a mi Claire.

No sabía cómo iba a encontrarla, pero estaba seguro de una cosa. Iba a quemar todo el maldito mundo hasta encontrarla, y no me importaba quién se quemará.

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¡SEGUIREMOS CON LA PROXIMA Y ULTIMA PARTE!

¡SAVING BABY!

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Jesse [+18] | JUSTIN BIEBERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora