t w e n t y - e i g h t

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—Te dije que no te puedes esconder de mí. —Solté un gruñido. Claire chillo y se lanzó al agua. Hice lo mismo que ella y nadé hasta que encontré su cintura, cuando salimos la acorralé contra el yate.

Una de mis manos se deslizó por su cuerpo, deteniéndose en la curva de su trasero, antes de deslizar dos dedos por debajo de la parte inferior de su bikini y comenzar a acariciarla. Estaba un poco excitada.

—Justin. —Advirtió. Seguí frotando sus pliegues y clítoris, sumergiéndola ligeramente en el agua de modo que se sintiera menos expuesta.

—Sigue nadando —Le dije mientras frotaba su clítoris en círculos lentamente. Sus ojos se movieron hacia mí con incertidumbre. —Nadie puede vernos. Pero si quieres que pare, lo haré.

No dijo nada y seguí tentándola hasta que pude sentir que se tornaba más resbaladiza. Las patadas de Claire se volvieron menos coordinadas y siguió tragando agua cuando gemía.

—Gírate.

Su brazo se cerró alrededor de mi cuello a medida que flotaba sobre su espalda en mis brazos. Empujé la parte superior de su bikini a un lado con la boca y tomé uno de sus pezones rosados mientras desliza un dedo dentro de ella. Claire dejó escapar un gemido asombrado.

—¿Se siente bien? —pregunté contra su pecho y luego lo atraje hacia mi boca, mi pulgar girando en su coño.

—Sí —susurró, con los ojos fijos en mi cara a medida que chupaba su seno. Entonces desvió la mirada con timidez.

—Mírame. Me excita si me ves darte placer.

Claire sonrió lentamente, su respiración tornándose más profunda, y su excitación aumentó rápidamente. Sus músculos comenzaron a temblar mientras sus dedos en mi cuello se apretaron, y entonces, se tensó con un hermoso gemido.

—Sí —gruñí, moviendo mi dedo más rápido y chupando su pezón una vez más. Mi propia excitación palpitaba a través de mi cuerpo, convirtiendo mi traje de baño en una prisión incómoda para mi polla.

Cuando Claire se relajó, alcé la cabeza y besé su boca. Me dio una sonrisa embriagada de sexo. Seguí provocando su coño incluso a medida que soltaba su cuerpo y ella se cernió ante mí. Siempre era muy sensible después de su orgasmo, así que esto le traía placer adicional.

—No puede ser, no puede ser. —Una voz chillona nos sorprendió a los dos. Claire rodeo mi cuello con su brazo y se escondió en mi pecho. —¡Están aquí!.

Hacia nosotros se acercaba un yate. En la cubierta estaba mi peor pesadilla, Fiorella. Sus ojos brillaban con esa mezcla de arrogancia y desprecio que siempre había detestado.

Su risa resonaba por encima del murmullo de las olas, y su figura elegante, enfundada en un vestido blanco que ondeaba con la brisa marina, parecía aún más imponente bajo el sol del atardecer.

Mierda.

—¡Prepárense chicos!. —Sacudió una champaña en el aire.

El yate se detuvo a unos metros de nuestra embarcación. Fiorella, con su habitual aire de superioridad, descendió con gracia y se acercó. Cada paso suyo resonaba en el silencio incómodo que se había instalado entre nosotros.

—¿Qué hace ella aquí?.

—Créeme que no lo sé. —Nadamos hasta la plataforma. Al subir Claire estiro su mano, la ayude a subir y rápidamente se cubrió con una toalla.

—Le diré a Alessa que...

—Si.

—¿No vas a ayudarme guapo?. —Fiorella se acercaba en un bote. Estiro su mano y contra mi voluntad, la ayude a subir. —El tío Tore me dijo que habían comprado esta maravilla, pero no había tenido la oportunidad de verlo.

Jesse [+18] | JUSTIN BIEBERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora