Mi sol y libertad [Rhaenyra Targaryen]

Primer encuentro

Viserys Targaryen, tenía un fuerte dolor de cabeza y una gran incomodidad en su pecho, pues su preciosa hija, su niña. La pequeña princesa que había tenido con su hermosa Aemma había sido mancillada por un alfa.

Todo por culpa de su hermano menor, quien buscaba aprovecharse del estado Omega de Rhaenyra para unirse de una manera más permanente al trono de hierro. Pero, lo único que había logrado era hacerlo enfurecer y exiliarlo.

Mientras tanto, su pequeña niña no le había dicho el nombre de aquel alfa que se había atrevido a tocarla, aprovechándose del pre-calentamiento que inicio por culpa de Daemon al llevarla a la calle de la seda.

Provocando que las espectativas de Rhaenyra por tomar un conyugue se volvieran casi inexistentes, dejando solamente en sus posibilidades unas nupcias a Leonor Valeryon quien a pesar de ser alfa había rumores de preferir alfas también y Arianne Martell quien de acuerdo a sus informantes necesitaba contraer nupcias lo más rápido posible para asegurar su posición y por lo que sabía por su amada Aemma quien fue amiga de Davos Martell, el hombre haría lo que sea para ayudar a su familia.

Ciertamente los dos jóvenes eran buenos aliados políticos que podrían proteger a Rhaenyra, pues las dos casas tenían la mayor parte del oro de los reinos. Con la diferencia de que los Valeryon dominaban el mar, mientras que los Martell dominaban el comercio.

"Otto ¿Cuál cree que se la mejor opción para Rhaenyra?" Cuestionó él hombre.

"Si su majestad me permite hablar con honestidad, creo que la princesa Rhaenyra debería contraer nupcias con la princesa de Dorne". Contestó el hombre con seriedad "Como reino, permitiría una base más sólida con Dorne, limando las asperezas surgidas en el periodo de unificación logrado por Aegón el conquistador".

Cuando el rey estaba por continuar, la conversación se vio interrumpida por la presentación de Davos Martell.

"Lord Martell, consorte viudo del príncipe Maron Martell. Padre de la princesa regente de Dorne Arianne Martell".

Al entrar los dos hombres que se encontraban en la habitación se quedaron callados viendo al hombre Omega parado ante ellos, que para desconcierto de Otto lograba desprender un aire sofocante.

Davos Martell después de salir de los aposentos de su hija, se dirigió a la sala de reuniones del rey para cumplir con su petición de encontrarse con él. Lo que realmente desde su perspectiva era un gran golpe de suerte, pues la agenda preparada por Hightower para que el rey tuviese reuniones privadas con cada una de las casas más importantes de poniente, coincidiera con el día después de lo pasado entre la princesa y el joven Strong, parecía un regalo otorgado por los siete para proteger a su niña.

Estando frente al rey, se sintió un tanto incómodo por su delicado olfato, pues por lo que podía sentir en las feromonas del hombre Targaryen iniciaba a tener un olor peculiar, que podía relacionar con frutas que inician el estado de putrefacción. Mientras que Hightower exhalaba un olor a papel y rosas.

Evitando ser descortés el hombre de Dorne se inclino antes de hablar con voz tranquila "My rey, me siento honrado de estar ante su presencia".

"Lord Martell, tome asiento". Escucho decir a Otto con una voz condescendiente.

Asintiendo se sentó en la silla izquierda al lado del rey, quien le dedicó una sonrisa mientras le miraba fijamente.

"Lord Martell, me complace el que estén aquí, celebrando conmigo la buena fortuna del reino" comento el hombre de ojos violeta.

"Gracias su majestad, es un honor para nosotros poder asistir a tan importantes celebraciones".

"Lord Martell, deseo atender con usted un tema que me tiene intranquilo, respecto al futuro compromiso de mi hija Rhaenyra con alguna de las grandes casas de Westeros". Dijo Viserys con la mirada un tanto perdida.