Noche de amor

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Cómo ustedes queridos lectores lo han pedido, llegamos al capítulo de una noche de pasión de las protagonistas de esta historia, si no te gusta el smutt, te recomiendo saltar este capítulo y esperar al siguiente. De lo contrario tendrán que leer bajo su propio riesgo (+18).

Arianne dejó que su alfa tomara el control, extendiendo su aroma como un garrote, lo que propicio que Rhaenyra perdiera la fuerza en la piernas cuando la potencia de éste la tomó por sorpresa. Sin esperar a que la otra joven se recuperara, La alfa la puso en la cama, vertiendo la pasión que había estado conteniendo, los largos días sin su presencia, la desesperación de haber partido sin una palabra suya.

En un instante Rhaenyra se sacudió, luchando contra ella, luchando por el dominio, buscando la sumisión mientras luchaban con los olores en la habitación. La Omega se encontró luchando por mantenerse en control, dirigiendo toda su energía hacia su alfa que estaba bastante cerca de ella, pero por alguna razón le pareció tan lejos.

Arianne se sentía por fin tan cerca, tan cerca de su Omega que podía saborearla. Sabía que Rhaenyra era indomable e inquebrantable, como los dragones de la historia de Meria y tenerla así debajo de ella le traía una gran satisfacción, pero parecía que su linda esposa no se rendiría sin luchar. Prueba de ello es que su querida princesa la estaba provocando con su aroma, luchando con ella, luchando por recuperar su poder, pero eso no era algo que fuese a pasar esa noche. Finalmente se sentía completa con todo al alcance de sus manos, lograría tener lo que había anhelado desde el momento que conoció a Rhaenyra Targaryen, en este momento por fin era suya para tomarla como quisiera amarla como quisiera, aún si eso significará arder juntas. Toda ella era suya, y todo lo que tenía que hacer era luchar por ello.

Desde la primera vez que la vió había algo que ella deseaba. Algo que deseaba con todas sus fuerzas. Algo que le había parecido imposible aún cuando eran un matrimonio, algo que incluso unos minutos antes. Era imposible porque era una beta y jamás podría reclamar a una Omega por más que quisiera. Pero ahora todo era distinto, Arianne ahora estaba viva. Estaba caliente como el sol que tocaba a Dorne y por un momento sintió fuego de dragón. Sentía la pasión encarnada que había estado contenida en un recipiente desde el momento que aceptó a esta Omega como su esposa. Que era una diosa hecha carne.

Su alfa nunca la dejaría ir, no mientras estuviera tan cerca que casi podría devorarla, con esos ojos violetas furiosos por la sed que estaba segura la princesa también sentía por ella. Era una Martell y quería tenerla solo para ella, dónde pertenecía, juntas. Así como el Sol pertenecía al cielo y los dragones eran uno con los Targaryen.

Rhaenyra soltó más feromonas, dejando a la jóven alfa, respirando fuertemente como un caballo luego de una larga caminata.

"Soy completamente tuya Arianne, no existe nadie más para mí que tú. Tómame como quisiste desde el momento en que me viste, como yo quise que lo hicieras desde el momento en que llegaste del campo de batallas. Demuestrame como has conquistado las tierras de todos tus enemigos y conquistame" La voz de la peliblanca era alta y rica, llena de las primeras notas de su calor que pronto llegaría.

"Me estas provocando mi sol, y no sé si podré contenerme ahora que te necesito tanto" dijo la alfa en voz baja, acercando más su rostro al de la otra mujer.

"Hazme tuya entonces, es lo que he deseado desde que llegamos a Dorne" dijo Rhaenyra, con lágrimas brotando de sus ojos otra vez. "Quiero ser una sola contigo, quiero que todos esos Omega vean que soy tuya así como tú eres mía."

Mi sol y libertad [Rhaenyra Targaryen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora