Rhaenyra, al poner un pie en tierra dorniense, sintió el peso del viaje en cada fibra de su ser. El cansancio se reflejaba en sus ojos, antes llenos de chispa, ahora estaban algo velados por la fatiga acumulada durante días sin dormir cómodamente por la travesía en el barco. El viento cálido del sur acariciaba su rostro, pero no lograba disipar la sensación de agotamiento que la envolvía.
Caminar por la costa al bajar del barco le brindaba una visión de Dorne más amplia, y aunque la belleza del lugar se desplegaba ante ella con sus paisajes exuberantes y colores vibrantes, sus pensamientos aún se mecían en la marea de la travesía agotadora. Los sonidos del puerto, mezclados con los murmullos de la gente local, resonaban en sus oídos de manera difusa, como si estuviera experimentando el mundo a través de un velo de fatiga.
El sol, aunque gentil en su calor, parecía más intenso de lo habitual, como si Dorne misma le diera la bienvenida con su abrazo cálido pero desafiante. Rhaenyra anhelaba la comodidad de un lecho sólido, pero sabía que aún había asuntos que atender antes de que el descanso reparador llegara.
"Es tan diferente a Desembarco del Rey, pero de una manera tan hermosa", comentó Rhaenyra, admirando los exquisitos detalles de la ciudad. "Hay una vitalidad aquí que nunca experimenté en la capital. Es como si cada rincón contara una historia única."
Arianne sonrió, disfrutando de ver la reacción de Rhaenyra. "Dorne tiene su propio encanto, ¿verdad? La mezcla de culturas, las tradiciones vibrantes y la pasión que impregna todo. Espero que te sientas cómoda aquí."
Rhaenyra asintió, con los ojos un poco más brillantes que antes. "Me siento realmente curiosa por descubrir más de este lugar. Y, por supuesto, estoy ansiosa por conocer y aprender sobre las costumbres dornienses."
Arianne le tomo de la mano y la apretó con suavidad. "Te llevaré como primer tarea a conocer todos los lugares especiales de Lanza del sol, y estoy segura de que te enamorarás de Dorne. De momento espero que puedas disfrutar del festejo que nuestra gente ha preparado para nuestra llegada"
Las calles de Lanza del Sol se iluminaron con una explosión de colores y celebración mientras el pueblo dorniense preparaba una gran bienvenida para Rhaenyra y Arianne. Decoraciones festivas adornaban los edificios y las plazas, con estandartes ondeando en honor a la unión entre las casas Targaryen y Martell.
La gente se congregaba en las calles, vestida con atuendos vibrantes y joyas relucientes, listos para participar en el festival que marcaba la llegada de las dos princesas. Música alegre resonaba en el aire, mezclándose con risas y el bullicio de la multitud. Los vendedores ambulantes ofrecían delicias culinarias y artículos festivos, creando una mezcla tentadora de aromas.
A medida que avanzaban por las calles, Rhaenyra y Arianne eran recibidas con vítores y aplausos. La gente extendía sus manos, ofreciendo flores y pequeños obsequios en señal de aprecio para darles la bienvenida. El sol cálido de Dorne iluminaba la escena, creando un ambiente festivo y acogedor.
El desfile continuaba con actuaciones artísticas, danzas exóticas y representaciones teatrales que narraban historias de unidad. Lo que no esperaba era ver dragones Targaryen representados en carrozas ricamente decoradas, destacando la conexión única entre las dos casas reales.
Las carrozas que formaban a los imponentes dragones de los Targaryen parecían una exhibición artística que dejaba a Rhaenyra asombrada pues nunca se imagino que los majestuosos compañeros del rey Aegón y las reinas Visenya y Rhaenys fueran retratados de tal manera. Cada carroza estaba hábilmente diseñada para representar a los dragones icónicos de la Casa Targaryen, acompañados de los simbolos de la Casa Martell.
La carroza de Balerion el Negro era la más grande y estaba en una postura central. Su cabeza, estaba realmente detallada con escamas relucientes y ojos brillantes, con los movimientos de bailarines parecía que se erguía hacia el cielo. Pero no solo eso en lo que parecía el pecho del dragón se ostentaba un símbolo Martell de manera majestuosa. Pues entre las relucientes escamas rojas y negras, se destacaba el emblema del sol y la lanza, sus alas extendidas a lo largo de la carroza, mostraban su imponente envergadura y las llamas que adornaban las alas de Balerion también incorporaban tonos cálidos y dorados, fusionando la esencia de los dragones Targaryen con la rica cultura y el resplandor del sol de Dorne. Mientras la carroza avanzaba, el símbolo Martell resplandecía con fuerza, un recordatorio visual de la alianza que se estaba forjando entre la Casa Targaryen y la Casa Martell.
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Mi sol y libertad [Rhaenyra Targaryen]
RomanceLa princesa Rhaenyra Targaryen se ve obligada a contraer nupcias con la princesa de Dorne en contra de su voluntad y por órdenes de su padre. La princesa Arianne Martell luego de la trágica muerte de su padre y hermano. Se ve obligada a fingir ser u...