Mi sol y libertad [Rhaenyra Targaryen]

Promesas

Arianne Martell, cabalgaba con determinación por el camino polvoriento del Paso del Príncipe. Después de conocer y tener evidencia de un posible ataque de las casas vasallas de los Tyrell la población que estaba cerca de aquellas tierras estaba inquieta. Sabía que debía actuar rápidamente para evitar que la situación se desbordara y se convirtiera en un conflicto civil entre la Casa Fowler, los ciudadanos y los Yronwood.

El viaje por tierra a través del Paso del Príncipe era peligroso. Las montañas que rodeaban el paso eran traicioneras, llenas de precipicios y escondites para bandidos que huian. Sin embargo, Arianne no podía permitirse el lujo de tener reservas al respecto. Su gente dependía de ella, y su deber era protegerlos a toda costa.

Mientras su comitiva avanzaba lentamente por el estrecho sendero, Arianne repasaba en su mente los pasos que debía seguir al llegar a su destino. Primero, debía reunirse con los líderes de todas las casas nobles de la región y apelar a su sentido de lealtad hacia Dorne. Luego, tendría que organizar a las tropas y preparar las defensas en caso de que los Tyrell decidieran avanzar.

Una brisa fresca soplaba entre las montañas, trayéndole un momento de calma en medio de sus pensamientos. Recordó las palabras de su padre, el príncipe Davos, quien siempre le había enseñado a pensar antes de actuar, a usar la diplomacia antes que la lanza. Arianne confiaba en su capacidad para negociar, pero también sabía que debía estar preparada para cualquier eventualidad.

La comitiva llegó finalmente a la pequeña ciudad fortificada que marcaba la entrada a las Marcas. Arianne descendió de su montura con elegancia, seguida de su escolta personal Tyanne. Las calles estaban llenas de murmullos y miradas preocupadas. La llegada de la princesa regente no pasó desapercibida para nadie, y rápidamente se corrió la voz de que Arianne Martell había venido a salvarlos.

En el salón principal del castillo los guardianes del Paso del Príncipe, en el Dominio del Cielo los líderes de las casas nobles ya estaban reunidos, esperando su llegada. Arianne entró con porte regio, su presencia imponente llenando el espacio. Al ver sus rostros tensos, supo que tendría que elegir sus palabras con cuidado.

"Amigos y leales súbditos de Dorne", comenzó, su voz resonando con autoridad, "he venido aquí porque sé que enfrentamos tiempos difíciles. Los rumores de un ataque de los Tyrell han sembrado el miedo entre nosotros, pero os pido que no perdáis la calma. Dorne ha enfrentado amenazas antes, y siempre hemos salido victoriosos gracias a nuestra unidad y determinación."

Los líderes asintieron, algunos con alivio y otros con cautela. No sé anduvo con rodeos e inicio aunque sabía  que no todos estarían de acuerdo con ella, pero confiaba en que su liderazgo inspiraría a la mayoría.

Pues la situación requería tanto astucia como fuerza.

"Lo primero que debemos hacer", comenzó Arianne, "es fortalecer nuestras defensas. Los muros de nuestras fortalezas y ciudades deben ser reforzados. Utilizaremos piedra y madera de las montañas cercanas para reparar cualquier sección debilitada. Quiero que los carpinteros y albañiles trabajen día y noche hasta que estemos seguros de que nuestras defensas pueden soportar cualquier asedio. Para ello necesito que la casa Fowler nos ayude"

Se volvió hacia Lord Yronwood, pues su fortaleza era la más cercana a la frontera. "Lord Yronwood, tu casa nos ayudará con nuestra primera línea de defensa. Nos apoyaremos en su lema "Nosotros protegemos el camino" así que quiero que movilice a sus mejores hombres para patrullar los senderos y pasos montañosos. Deben estar atentos a cualquier movimiento enemigo y reportar de inmediato cualquier actividad sospechosa."

Sin embargo, no era todo lo que debía hablar con Yronwood pues aunque era una casa vasalla, sus antepasados nunca habían estado de acuerdo entonces tenía que manejar la situación con sumo cuidado y tratar con cuidado el asunto de los Yronwood.