Diario

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Al ver la mirada expectante de Rhaenyra, Arianne no tuvo más remedio que iniciar con el relato de lo que había sucedido en aquel entonces a Maraxes y su jinete.

"Te contaré la historia, pero necesito que estés dispuesta a escuchar sin que me interrumpas". Comento la Martell con voz segura.

"Está bien, trataré de no interrumpir". Contestó de manera firme la Targaryen.

"En serio Rhaenyra, necesito que escuches. Porque lo que sabes al respecto tiene cierta verdad, sin embargo, no es la verdad absoluta".

Al escuchar aquello la Omega se encontró desconcertada "¿Qué quieres decir?" Cuestionó confundida.

"Lo mejor será iniciar con lo que tu pueblo sabe al respecto". Dijo Arianne para luego pararse "Para que veas que no miento quizá lo mejor será contarte la historia y después deberás leer esto" al decir aquello entre los libros que tenía Rhaenyra en su habitación sacó uno, que parecía un cuento.

"Necesitará de mi sangre para poder abrirse". Con sumo cuidado tomando una navaja de no había visto en su escritorio la joven Martell derramó unas gotas de sangre en el libro.

Con el contacto de la sangre, la portada del libro comenzó a vibrar con una energía misteriosa. Lentamente, las letras antes rojas se volvieron doradas en la cubierta comenzando a brillar con una intensidad cada vez mayor, iluminando la habitación con un resplandor cálido y dorado.

Las hojas del libro, antes arrugadas y descoloridas, comenzaron a transformarse ante los ojos asombrados de la joven Martell. Una corriente de energía mágica recorrió cada página, restaurando su antigua gloria y revelando antiguos símbolos y escrituras ocultas.

A medida que la sangre se absorbía en las páginas, los dibujos y las ilustraciones cobraban vida, bailando ante sus ojos con una vitalidad renovada. Las imágenes antiguas se movían y cambiaban, contando historias olvidadas y revelando secretos ancestrales que habían permanecido ocultos durante siglos.

La portada del libro, ahora brillando con un resplandor dorado, comenzó a transformarse aún más. Grabados en relieve emergieron de la superficie, mostrando la figura de un dragón. Cada detalle estaba meticulosamente tallado, como si hubiera sido creado por manos divinas.

La joven Targaryen observó maravillada mientras el libro cobraba vida ante sus ojos, llenando la habitación con una atmósfera de misterio y maravilla.

"Ten, aunque está aún incompleto pues faltan algunas partes, pues mi sangre solo puede hacer esto".

Cuando Rhaenyra recibió el libro su mirada estaba llena de admiración y agradecimiento, reconociendo el poder y la dedicación que había sido necesario para traerlo a la vida. La joven Targaryen, observo la portada brillante y las páginas llenas de promesas y secretos, tuvo una idea audaz.

"Quizás lo que falta puede revelarse con mi sangre también", murmuró para sí misma, contemplando el libro con determinación en sus ojos. Se sintió impulsada por una corazonada, una sensación de que su sangre podría ser la clave para desentrañar los misterios que aún quedaban por descubrir en las páginas del libro. Después de todo por lo que podía ver la magia que contenía era de los Targaryen.

Decidida a seguir adelante, la joven Omega se preparó para ofrecer su propia sangre al libro. Con un gesto firme, tomó la navaja y, con sumo cuidado, dejó que unas gotas de su sangre cayeran sobre las páginas del libro, uniéndose a la sangre de la joven Martell que ya había sido derramada.

A medida que la sangre se absorbía en las páginas, un aura brillante y roja envolvió el libro, llenando la habitación con una sensación de anticipación y poder. La joven Targaryen sintió un estremecimiento recorrer su cuerpo, sabiendo que había desencadenado algo extraordinario con su acto.

Mi sol y libertad [Rhaenyra Targaryen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora