Entrenamiento

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Perspectiva del pasado

Rhaenys para su sorpresa y en contra de todo lo que pensó que pasaría después de su recuperación, se encontró disfrutando de caminar por el palacio, claro que acompañada de sus guardias. Mientras se encontraba caminando por el pasillo buscando el camino a Maraxes escucho a un hombre decir.

"¡Mi princesa! No importa cómo lo piense, ¡que tengamos aquí a la reina dragón es algo que podemos utilizar a nuestro favor! ¡Sabes cuánto nuestro pueblo odia a los Targaryen! "

Escuchar que mencionaban su nombre hizo que sintiese curiosidad por lo que estaban hablando y la respuesta que daría la mujer que era su captora.

"Nadie en el consejo entiende porque le está dando tantas libertades y este cuidando al dragón en lugar de descubrir como domarle, la mujer es una prisionera no un invitado de alguna grande y noble casa dorniense. Lo que deberíamos estar haciendo en estos momentos es pensar en un tratado con los Targaryen. Como mi princesa regente nunca he cuestionado sus decisiones, pero está vez sus acciones son absurdas ante todo Dorne".

Rhaenys no entendió como la mujer que le había derribado y se comportaba ante ella con tanta fortaleza, admitía que le faltarán el respeto de tal manera. Ella y sus hermanos nunca permitiría que un simple asesor por lo que podía inferir le hablase así.

Mientras tanto los guardias que se encontraban acompañando a la reina Targaryen, encontraron que tal vez los rumores del palacio eran ciertos y su princesa había sido embrujada. Pues recordaban que cuando fue coronada en medio año con su fortaleza había logrado someter a todos los nobles castigando a cualquiera que se atreviese a cuestionar sus acciones, por eso cuando escuchaban a la mujer delante de ellos ser condescendiente y grosera con su princesa, sin recibir castigo alguno comenzaron a circular rumores de que la princesa había encantado a la joven Martell. Por supuesto, nadie se atrevió a mencionar nada frente a la princesa, pero dada la seriedad del asunto fue ampliamente conocido por todos los nobles, aunque muchos descartaron casualmente esos rumores, diciendo que no tenían ni pies, ni cabeza tales cosas.

"No solo eso, permite que esa mujer déspota y vanidosa, le hable como un igual ". Se escuchó al hombre decir de manera tan despectiva como si estuviera mirando un simple insecto.

Lo que escucho Rhaenys Targaryen realmente le pareció absurdo, era una ofensa para su estatus como reina.

Aguantando las ganas de entrar a la habitación escucho a la princesa Martell por fin hablar "No tienes derecho a opinar sobre mis decisiones respecto a nada Arthur como tu princesa parece que te he permitido muchas concesiones, el que hayas sido mi amante en algún momento no te da permiso de hablar sobre mis asuntos como mujer y mucho menos como princesa. Tus únicas obligaciones no incluyen rebajarse a escuchar chismes, como los otros criados y hablar sobre mi."

Debido a la conmoción por lo dicho por la princesa, el hombre parecía que ni siquiera pudo presentar un argumento adecuado ante sus palabras anteriores.

Sin embargo, la princesa no había terminado sus argumentos "Informaré a los criados del palacio para que cuiden de tus cosas y vayas con tu familia, no tienes que preocuparte por nada. Como prometí cuando acordamos ser amantes cuidare de ti y no te faltará nada, pero tú presencia ante mi ya no será necesaria".

Después de que escucho decir eso a la princesa, Rhaenys continuo su camino hasta Maraxes. Cuando llegó se encontro a su dragón quien estaba acostado en el mismo lugar de la última vez.

Nunca le había visto así, tan tranquilo a pesar de tener cadenas en la cola y las patas parecía completamente en paz. Se sintió muy inquietante ver que sus ojos estaban fríos dirigidos a ella.
Lo que le hacía frustrada, pues quería huir y Maraxes parecía no tener intención de irse.

Mi sol y libertad [Rhaenyra Targaryen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora