Mi sol y libertad [Rhaenyra Targaryen]

Compromiso

Sin esperar a ver si Tyanne y los demás sirvientes le seguían Arianne se encontró caminando de manera rápida para buscar a su padre, pues por lo que había dicho la princesa era más que un hecho el que su compromiso estaba formalizado. Lo que no le sorprendió pues cuando Davos Martell de proponía algo no había nada que le impidiera hacer su voluntad, su padre el príncipe Maron desde que podía recordar nunca le había negado nada excepto hacerla a ella su heredera.

Estaba tan concentrada en sus pensamientos que no contaba con que su paso se vería interrumpido cuando un cuerpo colisionó con el suyo, provocando que cayera en el suelo.

"Me disculpó" escucho decir a una voz suave, para luego extenderle una mano para ayudarle a levantarse.

Estaba por rechazar a la joven cuando se dió cuenta con quién se había encontrado. Una joven alta, delgada, con ojos violetas y rizos que terminaban hasta su cintura. Aquella chica no podía ser nadie más que Lady Laena Velaryon, pues por lo que sabía de acuerdo a las descripciones de su padre no había otra mujer con rasgos Targaryen aparte de la princesa Rhaenyra y la hija de Corlys Velaryon.

"Quien se tiene que disculpar soy yo, Lady Velaryon. No estaba prestando atención a dónde me dirigía". Contestó la joven beta, para después tomar la mano extendida y comenzar a levantarse.

Después de levantarse intento recuperar su mano, sin embargo, la joven no lo permitió pues en lugar de dejarla ir sujeto su mano con más fuerza "Dejémoslo en que nadie tiene la culpa, y fue una cuestión de los dioses de que tuviésemos un encuentro de este tipo". Comentó la chica Valeryon.

Luego de dichas palabras la joven Martell para su gran desconcierto sintió sus orejas calentarse, y agradeció a la Madre Rhoyne tener el cabello suelto y que Tyanne no la hubiese alcanzado aún.

"Aún así me disculpo, ¿Me permite?" Cuestionó Arianne tratando de soltarse del agarre de la joven, para después preguntar "¿No sé ha hecho daño?"

Al notar esto la chica Velaryon sonrió para después decir "Lo siento" y soltar su mano. Pero, al contrario de sus palabras su expresión mostraba que jugaba con ella "Estoy bien".

"Me alegra escucharlo". Contestó la chica Martell pensando en que debía irse, pues el estar a solas con un Omega sin sirvientes solamente le causaría problemas. "Entonces me retiro"

"Espere" hablo nuevamente la mujer omega "No se ha presentado mi Lady. Usted parece saber mi nombre, pero me ha negado de dicho privilegio".

El escuchar aquello en cierta forma le agrado a la joven beta, pues desde que habían llegado a Desembarco del Rey lo único que habían recibido cuando no estaban cerca del Rey Viserys eran miradas despectivas y ligeros murmullos acerca de su cultura y creencias por parte de la mayoría de las casa en Westeros, pero no sé atrevían a más por el poder que Dorne ejercia. Los únicos con quiénes había podido hablar con tranquilidad fueron los Stark.

"Una disculpa mi Lady, no era mi intención ofenderla ni tampoco esconder mi identidad, mi nombre es Arianne Nymeria Martell, princesa regente de Dorne".

"Así que tú eres la joven de la que hablan Lady Stark y Lady Arryn". Contestó la peliblanca con una sonrisa como si hubiese descubierto un gran secreto.

"Si me disculpa, necesito retirarme para encontrar a mi padre". Dijo Arianne ignorando la clara provocación.

"Claro, nos vemos después princesa Arianne". Contestó la joven Omega para después agregar "Soy Laena Velaryon"

"Un placer Lady Velaryon". Inclinándose la joven dorniense se dirigió al destino que tenía en mente.

Mientras eso sucedía Rhaenyra Targaryen se encontraba desconcertada por lo último dicho por la princesa de Dorne, pues no esperaba aquella contestación. No era que le sorprendiera saber que un alfa tuviese intimidad con alguien antes de que fuese a desposarse, pero a excepción de su tío Daemon nadie se había atrevido a hablar con ella sobre la virtud y menos de una forma tan natural.