Mi sol y libertad [Rhaenyra Targaryen]

Miedos e inseguridades

Arianne cabalgaba de regreso a Lanza del Sol, con el sol de Dorne reflejándose en su armadura y en la lanza dorada que llevaba consigo. La victoria en el Paso del Príncipe había sido un logro significativo, y aunque su cuerpo estaba cansado, su espíritu estaba elevado. La batalla había sido dura, pero su pueblo había demostrado su valentía y lealtad.

Mientras avanzaban, la noticia de su triunfo se había extendido rápidamente por las tierras de Dorne. Los mensajeros habían llevado la buena nueva a cada rincón del reino, y el pueblo se preparaba para recibir a su princesa regente con festejos y celebraciones.

A medida que se acercaban a Lanza del Sol, Arianne pudo ver a lo lejos las calles llenas de gente. Los habitantes de la ciudad se habían reunido para darle la bienvenida, y la atmósfera estaba cargada de entusiasmo y gratitud. Banderas y estandartes ondeaban al viento, y las risas y cantos resonaban en el aire.

"¡Princesa Arianne!" gritó un niño, corriendo junto a su caballo. "¡Gracias por protegernos!"

Arianne sonrió, inclinándose ligeramente en su montura para acariciar la cabeza del niño. "Es mi deber y mi honor proteger a Dorne," respondió con calidez.

Cuando la comitiva llegó a las puertas de la ciudad, una multitud jubilosa la recibió con aplausos y vítores. Arianne levantó su lanza dorada en señal de agradecimiento, su corazón hinchado de orgullo y amor por su gente. Avanzó a paso lento, permitiendo que los ciudadanos la vieran y sintieran la cercanía de su líder.

Las calles estaban adornadas con flores y guirnaldas, y la música llenaba el aire. Los comerciantes ofrecían sus mejores productos, y los niños corrían con banderas diminutas de la Casa Martell. Arianne se detuvo en varias ocasiones para hablar con los ancianos, agradecer a los artesanos y escuchar las historias de los guerreros que habían quedado atrás para defender sus hogares.

Finalmente, llegó al gran patio del palacio de Lanza del Sol, donde la esperaba una ceremonia oficial en su honor. Los líderes de las casas nobles de Dorne se habían reunido para felicitarla y expresar su gratitud. Arianne desmontó de su caballo con elegancia, entregando las riendas a un joven escudero.

El príncipe consorte Davos se adelantó, acompañado por su hermana y otros miembros de la familia real. "Arianne, has hecho un trabajo magnífico," dijo Davos, su voz llena de orgullo. "Tu liderazgo y valentía han salvado a Dorne una vez más."

Arianne inclinó la cabeza en señal de agradecimiento. "Gracias, padre. Pero este triunfo es de todo nuestro pueblo. Sin su valor y determinación, no habría sido posible."

La hermana de Davos, Mara asintió con una sonrisa. "El pueblo de Dorne tiene la suerte de tener una líder como tú, princesa Arianne. Hoy celebramos no solo la victoria, sino también la unidad y la fuerza de nuestra gente."

El patio se llenó de aplausos y vítores nuevamente mientras Arianne subía al estrado preparado para ella. Desde allí, podía ver a Rhaenyra entre la multitud, su rostro iluminado por una mezcla de orgullo y alivio. Arianne sintió un nudo en la garganta al ver a su esposa y se prometió que haría todo lo posible por tenerla en sus brazos al finalizar el día.

"Ciudadanos de Dorne," comenzó Arianne, su voz clara y resonante. "Hoy celebramos una gran victoria, pero también celebramos nuestra unidad y nuestra determinación. Hemos demostrado que juntos somos invencibles. Agradezco a cada uno de ustedes por su valentía y apoyo. Esta victoria es para todos nosotros."

Los vítores se elevaron nuevamente, y la música llenó el aire mientras la celebración continuaba. Arianne descendió del estrado y se dirigió hacia Rhaenyra, que la esperaba con una sonrisa cálida.

"Rhaenyra," dijo Arianne, tomando las manos de su esposa, para luego besarlas con suavidad "Me perdí tanto tu sola presencia"

Rhaenyra olvidando el suplicio que había sufrido durante días, al ver a su esposa frente a ella la abrazó con fuerza, susurrando al oído de Arianne. "Estoy tan orgullosa de ti. Y tan feliz de que estés de vuelta, sana y salva."