Descubrimientos

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"Toma asiento" escucho decir a Rhaenyra que para su desconcierto mostraba una ligera cara de molestia.

¿Qué podría haber hecho que molesto a su esposa?, No recordaba hacer algo así ¿Quizá estaba molesta porque le había dejado sola en el palacio durante mucho tiempo?

Después de todo aunque Rhaenyra no la quisiera, ella era lo único que conocía de manera formal desde que llegaron a Dorne. Tendría que organizar todo para darle el tiempo que se merecía y no se sintiera sola.

La joven Targaryen al notar que su esposa no parecía decir nada se decidió ella a iniciar la conversación "Necesitamos hablar seriamente".

"Por supuesto, escucharé lo que tengas que decir ¿Hay algo que te moleste?, ¿Deseas cambiar tus aposentos o algo en ellos? No te preocupes por tu intimidad mis aposentos están en otra área".  Dijo Arianne queriendo darle la libertad de no estar en su presencia, pues era obvio que para la Targaryen era incómodo encontrarse en su presencia después de que hablara con honestidad sobre su atracción por ella.

Escuchar aquello en lugar de darle  tranquilidad a la Omega le molestó, pues pensó que probablemente ahora que estaban en Dorne la princesa Arianne probablemente iría a los brazos de alguna de sus tantas amantes y no queriendo que estuviese con otro Omega que no fuese ella, para evitar que la posición de su hijo se viera afectado dijo "No estoy de acuerdo con eso, como tú esposa lo correcto es que nuestros aposentos sean los mismos".

Aquella respuesta desconcertó a Arianne pues en todo su tiempo en Poniente su esposa nunca mostró intención de querer dormir con ella así que dudando pregunto  "¿Estarás cómoda durmiendo conmigo? No me malinterpretes, para mí sería realmente un placer verte despertar cada mañana, pero no sé si tú te sentirás bien conmigo sin tener la privacidad que te pueden dar estás habitaciones".

Sintiéndose cada vez más molesta por la negativa del alfa Rhaenyra contestó "Si no quieres dormir conmigo, solamente dilo. No es necesario que seas tan cortez con mis sentimientos".

"No, no es eso Rhaenyra. Solamente estoy sorprendida y deseo darte la salida si en realidad estar conmigo no es lo que deseas. Realmente no quiero imponerme en tu espacio. Por eso te di estás habitaciones". Intento calmar el alfa al notar que la Omega la veía con molestia.

"Si no estuviese segura de lo que te estoy diciendo, no lo habría mencionado en primer lugar. No soy alguien que diga cosas que no siente o piensa". Respondió de manera contundente Rhaenyra.

"De acuerdo, si tus deseos son esos se hará como lo pides ¿Deseas que me quede aquí o te parecería mejor estar en mis aposentos?" La alfa comento tratando de comprender el cambio en la actitud de su esposa.

"Hoy estoy realmente cansada así que lo mejor será que nos quedemos aquí. Mañana podremos quedarnos en tus aposentos". Comento la Omega mientras se paraba de la cama para tomar uno de los frascos con aceites que le recomendaron los maestres ponerse en su vientre para evitar dolor.

Al ver de la manera tan delicada en la que Rhaenyra se ponía los aceites en el vientre, Arianne sintió su corazón acelerarse no podía creer que aquella mujer tan encantadora fuese su esposa, claro que había estado en las atenciones de muchos Omegas hombres y mujeres, pero nunca se había sentido tan encantada por ninguna o por lo menos no como se sentia perdidamente atrapada por Rhaenyra Targaryen. En estos momentos realmente deseaba ser alfa para poder tomarla y marcarla como suya, así cualquiera que la viera tendría el conocimiento de que era su otra mitad.

"Eres hermosa" soltó sin más, pues sentia que si no decía aquello se quedaría con una gran opresión en su pecho.

Si eso sorprendió a Rhaenyra no lo demostró pues continuo aplicándose aceite en el vientre.

Mi sol y libertad [Rhaenyra Targaryen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora