Mi sol y libertad [Rhaenyra Targaryen]

Nunca doblegado

Perspectiva del pasado

El dolor la envolvía como una manta pesada, arrastrándola lentamente desde las profundidades de la inconsciencia. Con cada respiración, una oleada de conciencia comenzaba a inundar su mente, aunque permanecía atrapada en la oscuridad.

Finalmente, los párpados pesados se alzaron, revelando una habitación borrosa y desconocida. La confusión se apoderó de ella mientras intentaba orientarse en medio de la bruma de la conciencia.

"¿Dónde estoy?" murmuró, su voz apenas un susurro en la quietud de la habitación.

El sonido de sus propias palabras resonó en sus oídos, dispersando lentamente la niebla que envolvía su mente. Entonces, vio a la figura de pie junto a la cama, con una expresión que no podía descifrar.

Al principio, solo pudo distinguir los contornos borrosos de la silueta, pero a medida que su visión se enfocaba, el rostro de su enemiga cobró forma. Era una mujer hermosa, con rasgos delicados que contrastaban con la frialdad en sus ojos.

"Te encuentras en un lugar seguro, por ahora" dijo la mujer, su voz resonando en la habitación con una calma inquietante.

La mujer herida luchó por incorporarse, sintiendo cada músculo protestar por el esfuerzo. La sospecha se arremolinaba en su interior mientras miraba a su enemiga con cautela.

"¿Qué estoy haciendo aquí?" preguntó, su voz tensa con desconfianza "¿Qué piensan hacer conmigo?, ¿Dónde está Meraxes?"

La mujer hermosa le ofreció una sonrisa que no sabía cómo interpretar.

"Digamos que tengo un interés realmente personal en tu bienestar" respondió, su tono enigmático dejando más preguntas que respuestas. "En cuanto a tu precioso dragón, digamos que también se encuentra bien".

La mujer herida frunció el ceño, luchando por entender las motivaciones detrás de las palabras de su enemiga. ¿Qué juego estaba jugando ahora?

"No me digas que de repente te has convertido en mi salvadora "dijo, con sarcasmo goteando de cada palabra.

La mujer hermosa se encogió de hombros con indiferencia, pero había algo en ella que sugería algo más.

"Digamos que tengo mis propias razones para querer que sobrevivas un poco más, al menos por ahora" respondió, antes de girarse y desaparecer por la puerta, dejando a la mujer herida con más preguntas que respuestas.

Mientras la habitación volvía a sumirse en el silencio, la mujer herida se quedó preguntándose qué juegos estaba tramando su enemiga y qué papel tenía ella en todo esto.

Observó cómo la figura de la princesa Martell se desvanecía por la puerta, dejándola sumida en un mar de pensamientos turbulentos. La mención de "razones personales" para su bienestar la dejó intranquila, especialmente considerando la historia tumultuosa entre Dorne y la conquista.

Se apoyó débilmente contra las almohadas, su mente girando mientras trataba de encontrar una explicación lógica para la presencia de su enemiga en ese momento crucial. La idea de que Meria Martell la había salvado por el poder que poseía gracias a su dragón cruzó por su mente, pero rápidamente la descartó.

"¿Qué es lo que realmente quiere de mí?" se preguntó, sintiendo el nudo en su estómago crecer con cada pensamiento oscuro que surgía.

Entonces, una verdad incómoda comenzó a tomar forma en su mente. Si Meria Martell había intervenido para salvarla, era más probable que fuera por razones estratégicas que por un cambio súbito de corazón. Y si eso era cierto, significaba que sus hermanos no tardarían en venir por ella.