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En la cocina

—¿Y si te follo lo harías por mi?

El calor subió por las mejillas de Mycroft y su cuerpo tembló un poco

—¿Qué?

—¿Lavarías los trastes?

Greg se acercó a Mycroft y este tragó saliva, la emoción que crecía en su pecho se sentía tan bien que no se movió, solo dejó que su pareja estuviera frente él y que lo tomara de la cintura con sus fuertes brazos. Greg lo besó, sus labios chocaron con mucha suavidad y poco a poco la intensidad fue subiendo; su manos estaban acariciando el cuerpo del otro y sus lenguas bailaban con sincronía entre sus bocas, algunos gemidos y suspiros se escaparon muriendo entre las paredes de la cocina, sus ojos estaban cerrados tratando de concentrarse en las sensaciones y el placer que estaba provocando a su cuerpo.

Era de noche, la luz del cuarto iluminaba con intensidad , las cortinas estaban cerradas y todo a excepción de los ruidos de la pareja era silencio, el frío empezaba a molestar pero ninguno de los dos se preocupó por encender la calefacción ¿De que serviría si sus pieles ya estaban calientes con besos y roces?

Con torpeza Greg intentó desabrochar los botones del chaleco de Mycroft, ni siquiera lo hizo en orden pero lo importante es que la prenda quedara fuera, después del chaleco fue la camisa y dejó al descubierto el pecho blanco del hombre, con esta bella vista Greg no se resistió a tocar sus pezones un poco y acariciar sus costados.

—Greg —Hablo Mycroft, su voz sonaba más aguda y baja de lo normal —Creí que los haríamos en nuestra habitación

—Tengo algo mejor para ti Myc

Greg tomó la mano de Holmes y lo llevo hasta la pequeña mesa que se encontraba en el centro de la cocina. Mycroft puso sus palmas sobre la madera y se inclinó hacia enfrente levantado sus trasero para Greg, el acarició todo lo que podía ver, sus manos apretaron sus glúteos fuertemente sobre la tela de su pantalón arrancando algunos suspiros ansiosos. Una de las manos de Mycroft se movió con anticipación y desabrochó su bragueta, sus dedos rozaron su erección y se arqueó un poco más.

Con fuerza Greg bajó los pantalones de pelirrojo, los dejó caer sobre sus tobillos, su vista regresó a Mycroft y sus pupilas se volvieron enormes, su amor estaba usando bragas y medias con encaje de color rosa. De pronto el cambio de temperatura abrazó las piernas de Holmes quien cerró los ojos con algo de vergüenza, se supone que su ropa interior era una sorpresa para más tarde en su dormitorio, pero ahora había sido descubierto, su corazón latía sumamente rápido pero nada salió de su boca esperando alguna reacción de Greg. Unos segundos después pudo sentir como su pareja jugaba con los bordes de la prenda, jalándola y estirándola para luego soltarla y que regresará a su lugar.

—Me sorprendes amor

Todo se sentía un poco incómodo pero la pasión y la lujuria estaban reemplazando esos sentimientos devastadores. Con pasos rápidos Greg se caminó a dos extremos de la cocina y recuperó dos cosas importantes para la noche, el delantal que usaba para cocinar y un pequeño frasco de aceite de oliva.

—Ponte esto cariño

Mycroft se levando de su posición para mirar y como si todavía fuera posible, su rostro de volvió aún más rojo, pero no protestó. Se quitó los zapatos y pateó el pantalón lejos, se puso el delantal pero antes de amarrar los cordones de la cintura Greg los tomó y los apretó para que el delantal quedará lo más ceñido posible a su cuerpo.

—Si estuviéramos casados me gustaría que me esperaras en casa así todos los días. Amaría encontrarte preparando la cena con esas medias

—Si... Si, quisiera esperarte en casa, después de limpiar cada rincón

Smuttober (Mystrade) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora