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Abrazos dulces

El día que Mycroft regresó de vacaciones a la escuela y sus compañeros lo señalaron como la persona gorda de la clase, no pudo evitar llorar apenas calló la noche.

El día que bajó de peso y entró a la universidad notó como nuevamente sus compañeros murmuran sobre su altura y su delgadez flácida, poco agradable, tal vez también lloro un poco esa vez.

El día que se dió cuenta que el mundo jamás sería amable con alguien como el, selló cada parte de su corazón y se entregó al estudio y el trabajo para olvidar el dolor que se enterraba tan profundo en su ser, no hay más lágrimas, no hay más sollozos, porque todos se los llevaron las personas equivocadas.

Entonces en medio de la adultez como un absurdo cuento infantil, apareció en la vida de Mycroft un hombre ruidoso, con un vocabulario horrible, poco elegante y sumamente atractivo llamado Greg Lestrade, al principio solía ser muy molesto, bastante coqueto para el gusto de Holmes pero poco a poco ese corazón bondadoso capaz de sanar las heridas más profundas se fue abriendo paso y sin pensarlo y esperarlo sintió que lo necesitaba, así como un árbol necesita del sol y el arcoiris de la lluvia.

...

El día que Greg regresó llorando a casa directo a los brazos de su madre porque se había lastimado el brazo y la herida no dejaba de sangrar, tuvo que recibir puntos que le recuerdan todo el tiempo que los accidentes pasan y a veces suelen ser menos dolorosos con un abrazo, un beso y un pay de manzana de la persona correcta.

El día que Greg estuvo internado en el hospital porque le habían disparado en el brazo y la pierna izquierda odia admitir que lloró un poco porque detesta los hospitales y la única forma de irse a casa era en compañía de alguien que pudiera cuidarlo y su esposa estaba bastante entretenida con algo o alguien aquel día. Entonces llovió no solo en Londres también en su cansado corazón.

El día que se topo de frente con la persona más peculiar que alguna vez conoció supo por primera vez experimentar la sensación de quedarse sin habla, solo podía pensar "que ojos tan bonitos" mientras el dichoso hombre hablaba y hablaba sobre Sherlock, dinero e información, como fuera, Greg sabe perfectamente que no puso atención y que la mirada de desprecio que le dedicó se la tenía bien merecida.

Sus tormentosas vidas se vieron entrelazadas como un perfecto hilo se de seda que viaja entre la aguja, cosiendo la tela de sus recuerdos y memorias compartidas. Cada cena, cada toque, cada beso, cada particula vibrante de si mismos fundida por la pasión y el anhelo de amar son un perfecto monumento de eternidad.

El día, un día, cuando Mycroft derramó lágrimas eternas por no querer mostrar su cuerpo desnudo a su querido amor recibió por fin consuelo, la angustia se desvaneció como humo y la comodidad se asentó de un golpe que lo llevó de vuelta a la realidad.

Greg besó a Mycroft, acarició su cuello con su nariz y boca arrancando suspiros llenos de exigencia y sus manos cautivadora retiraron capas de ropa, años de inseguridades, solo para revelar un cuerpo salpicado por pecas que no se resistió a acariciar.

Con cada roce los suspiros ahogados de Mycroft eran expulsados, llenos de gozo y el placer que golpeó sus cabeza para dejarlo bastante desubicado se sentía maravilloso, era ceder el control ante el hombre de sus sueños.

Las manos de Greg viajaron hasta su miembro, primero dando toques burlones y luego caricias firmes de arriba hacia abajo, podía sentir como con a cada segundo se volvía más duro, si otra mano fue directo a sus testículos y la reacción fue inmediata cuando Mycroft arqueo la espalda y apretó las sábanas entre sus puños. Greg continuó hasta que la palma de su mano se humedeció por el el pre semen expulsado, fue entones que se atrevió a agacharse y dar una larga lamida por la longitud.

Mycroft tenía la visión nublada por lágrimas de satisfacción, había pasado tanto tiempo de haber hecho algo así que su cuerpo era más sensible de lo normal así que cuando la boca de Greg tocó su pene sus piernas se contrajeron hacia arriba e intento cerrarlas, pero Lestrade reaccionó rápido y las mantuvo en su lugar mientras continuaba con su tarea. Minutos después Greg tomo a Mycroft por completo en su cavidad bucal, desde la base y aguanto un poco en esa posición para luego subir y bajar con rapidez, apunto de correrse Mycroft se alejó y detuvo a Greg empujándolo hacia atrás e intercambiando posiciones. Con determinación Holmes desabrochó la ropa de su amante para sacar su miembro erecto y húmedo por la excitación, se inclinó a su derecha y sacó de su mesita de noche un lubricante que roció sobre ambos haciéndolos estremecerse por la sensación de frío, luego junto sus penes y comenzó a frotarlos juntos, las manos de Greg fueron a sus caderas manteniendo un firme agarré.

Los gemidos y gritos que se escucharon por un tiempo se mezclaban con besos y suspiros, algunas palabras de adoración, elogios, alimentaban el alma de cada uno.

Finalmente fue Mycroft quien se corrió primero salpicando su propio vientre, seguido de Greg quien con un ronco gemido dejó ir su semen que se escurrió entre sus miembros, el cansancio los tomo por sorpresa así que con el cuerpo tembloroso Mycroft removió las cobijas de su cama y dejo que ambos se acurrucan debajo de ellas abrazados. Durante un tiempo todo fue silencio hasta que Mycroft se acomodó un poco mejor en la cama y se sentó, llamando la atención de Greg quien lo miró con dulzura.

—¿Qué te paso aquí cariño? —Preguntó Greg tocando una cicatriz descolorida debajo de la axila derecha de Mycroft con su dedo indice y medio, suavemente.

—Me apuñalaron, no imaginas cuanto duele

—En realidad si —Exclamo seguro mientras retiraba la sábana sobre el dejando ver una cicatriz similar en su torso —El dolor es una perra

Mycroft río sin muchas ganas de reprender a Greg por su lenguaje poco agraciado, dejando que sus ojos admiraran la piel recién descubierta.

—¿Herida de bala? —Preguntó Mycroft tocando otra la cicatriz

—Si, casi muero. También tengo una en la pierna y algunos rasguños pequeños que me hizo Sherlock cuando lo conocí, se negó a ir al hospital y tuve que llevarlo a la fuerza

—Me disculpo por mi hermano

—No pasa nada Mycroft, el necesitaba ayuda

El pelirrojo sonrió suavemente antes de hablar de nuevo —¿Tienes tatuajes? Pareces la clase de persona que fue rebelde en su adolescencia

—Solo uno, en la espalda baja

—¿Qué es?

—Oh, es algo vergonzoso, es una letra M, estaba enamorado de una chica llamada Marian en ese entonces, pero fui demasiado cobarde para tatuarme su nombre completo, ahora está descuidado y ha perdido su color, pero por ti estaría dispuesto a retocarlo y que escribieran el restante de Mycroft

Holmes soltó una carcajada sincera que contagió a Greg en el momento.

—¿Sabes Mycroft? Yo amo tus pecas, son las marcas más bonitas de todo tu cuerpo y resaltan tanto incluso entre todas las cicatrices que puedo ver

—Nunca habías dicho algo tan lindo

—Perdoname, lo haré todos los días a partir de ahora.

...

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Smuttober (Mystrade) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora