Los últimos esfuerzos

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El sacrificio de la militar no había sido en vano, pues mientras ella se enfrentaba contra aquellos cerdos, les daba tiempo a las tres féminas de alejarse de aquella emboscada y poder buscar la manera en como escaparse.

Las tres corrían con todo lo que les daba sus cuerpos. Satsuki llevaba en sus manos una escopeta cargada, lista para matar al que se cruzará, mientras que Ragyo y Ryuko permanecían delante de ella "abriendo camino". Ese bosque no era tan grande ni tan denso, pues después de casi una hora ya veían el final y unas luces que daban a entender que estaban por llegar a un lugar civilizado.

Ryuko: Miren... ¡Estamos llegando a algún lugar...!

La rebelde se distrajo tan solo segundo, tiempo suficiente como para pisar mal y tropezarse. Un quejido de dolor se escuchó de ella, pero al momento de que quiso ponerse de pie no pudo y cayó de rodillas.

Ragyo: ¡Hija! (No espero a nada y la tomaba en brazos) ¡No podemos parar!

Retomaron el camino, pero con cada paso que daba la mayor hacía gimotear de dolor a Ryuko, era evidente que algo no estaba bien. Satsuki no dijo nada, tan solo pensaba en llegar a donde estaban las luces. Para fortuna de las féminas no les tomó mucho más llegar a su objetivo, el cual se trataba de una gasolinera, era a la cual quería llegar la militar a descansar. La azabache bajaba su arma por un momento, analizando el sitio y notaba como algunos autos estaban en ese lugar.

Satsuki: ¡Vamos a ese 4x4!

De nuevo levantó su arma y se fue acercando al coche que había elegido, y al ser tanta la desesperación procedió a "pedir prestado" el vehículo del pobre diablo que al verla se puso pálido y alzó sus manos.

Satsuki: Necesito su coche caballero... (Mira como tira las llaves) Excelente, ahora larguese

Ni bien el tipo salió corriendo todas se subieron. Ragyo colocaba a su hija en los asientos de atrás, luego tomaba las llaves y se subía al asiento del piloto para manejar. La azabache en cambio se trepaba al asiento del copiloto y le pasaba la bolsa con las armas a su esposa para que no estorbaran.

Satsuki: Listo ¡Vamos vamos...!

La mayor encendió el motor y sin más aceleró a tope, haciendo que aquel auto blanco saliera como alma que lleva el diablo. Para ese punto no importaba si alguien se daba cuenta del robo, lo que importaba era huir de sus perseguidores.

Satsuki: Ryuko, en la bolsa está la radio... Pide auxilio

Ryuko: ¡Voy! (Mete su mano en la maleta y sacaba de inmediato la radio militar, la prendía y empezaba a pedir auxilio) ¿Alo? ¿Alo? ¿Alguien me escucha? Fuimos emboscadas... Perdimos a Lala... Necesitamos ayuda de emergencia, nos está persiguiendo la gente de Richards ¡AYUDA!

Lola: ¡¿En dónde están?! ¿Cuál es su posición?

Extrañamente se le escuchaba tranquila a Lola, en realidad no era extraño para una militar de ese calibre comportarse así. Obviamente se sentía horrible por la pérdida de su amada hermana, pero ese no era el momento de llorar, tenían que salvar a sus compañeras.

Ryuko: ¿Posición? Aaaah... ¡¿Dónde mierda estamos?!

Su madre, Ragyo, procedía a girarse y le hacía una seña para que le pasará la radio. La rebelde no demoró en pasarle el aparato.

Ragyo: Lola estamos yendo por...

De inmediato comenzó a decirle por dónde estaban y el camino por el cual estaban yendo, por suerte la fémina sabía de memoria las vías principales de ese basto país.

Lola: ¡Entendido! Nos veremos en... (Le procede dar una ubicación)

Ragyo: Entendido, nos encontraremos ahí en breve, corto

Amor de hermanas (fanfic de Kill la Kill) [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora