Amor de hermanas (fanfic de Kill la Kill) [+18]

El verdadero terror

Habían pasado ya dos días desde que Rei había casi matado a Ryuko, está última aún permanecía en estado de coma en el hospital, además Satsuki no se había apartado de su lado en ningún momento, solamente lo había hecho para ir al baño, pero de ahí nada más. Para Mako la historia era un tanto diferente, debido a que se encargaba de hablar con todos y en realidad ella había contactado con medio mundo para dar aviso de lo que había sucedido, y como es obvio todos estaban horrorizados, todos incluso Nonon. Además estaba hablando con la policía sobre lo que había sucedido, estos a su vez le informaron que no tenían datos de la agresora tan solo unas imágenes de ciertas cámaras de seguridad. Mientras Mako hablaba con los oficiales, Satsuki acariciaba dulcemente la frente de Ryuko, en su rostro se veía dolor por el hecho de tener en ese estado a la persona que más amaba.

Satsuki: Vuelve...te...te necesito... (decía con la voz entre cortada y con lágrimas en sus ojos) perdóname...no estuve para protegerte...

La pobre seguía lamentándose por el estado de su pequeña, cuando a sus oídos llego la voz de los policías y con una mezcla de incredulidad e ira les escuchaba decir que no tenían pistas sobre esa tal Rei, ¿acaso eran estúpidos?, si su apariencia era muy llamativa. Con furia se levantó de su asiento y salió de la habitación, se acercó a los oficiales y tomando uno del cuello lo estrelló contra la pared.

Satsuki: No sirven para nada, ¡Malditos cerdos!...

Oficial 1: Señorita Kiryuin, tranquilícese por un momento... (decía el oficial mientras la imponente Satsuki lo mantenía contra la pared).

Satsuki: ¡No lo pienso hacer! Inútiles de mierda...(suelta al asustado oficial) Bueno creo que tendré que hacer las cosas por mi misma...Mako ¿los chicos vienen en camino?

Mako: ¿Los muchachos? (pregunto con cierto tono despistado) Ah si si, ya se encuentran en camino hacia aquí, estoy segura de que llegaran en la noche, eso me dijeron ellos...

De pronto un sonido distrajo a todos, al principio no sabían de que se trataba pero era al parecer del teléfono de Satsuki, esta con cierta rapidez sacó el teléfono de su chaqueta y vio de que se trataba, era un mensaje y para ser exactos era un vídeo. Al comenzar a reproducirlo se dieron cuenta de que se trataba de Rei, al parecer era un pequeño "saludo" por parte de ella.

Tres horas antes y mientras salían los primeros rayos de sol, Rei continuaba caminando por aquella carretera, hace mucho no veía alguna gasolinera o algún tipo de refugio para poder descansar y asear sus heridas, la verdad estaba cansada pero no podía detenerse, ya que como era obvio las autoridades ya estarían en su búsqueda así que seguía caminando. De manera imprevista escucho el sonido de un automóvil y al poner un poco de atención, vio que se trataba de una patrulla, por lo que Rei miró rápidamente al suelo, como tratando de esconder su rostro y mientras hacía esto metía su mano por debajo de su chamarra y tocaba levemente una Glock que estaba en su cintura. Al principio pareció que iba a resultar por que solo se escuchaba el sonido del motor y más nada, a lo que la peli-naranja comenzó a tranquilizarse, pero al estar muy cerca de ella se escuchó como frenaba lentamente y de un momento a otro la sirena de la patrulla comenzó a sonar. Rei rápidamente alzó la mirada y notó como los dos oficiales que estaban dentro del vehículo preparaban sus armas, las cuales eran unos sub-fusiles, sin perder tiempo Rei salió corriendo del camino, dejó caer su maleta para poder correr más rápido y se adentró al bosque que se encontraba en los bordes de la vía y mientras sacaba su arma para poder defenderse de esos cerdos. Los policías al ver esto se bajaron rápidamente del auto y con mucha agresividad salieron en su persecución.

Oficial: ¡No corras hija de puta!...

Ni bien dijo esto, el oficial abrió fuego en contra de la prófuga y al sentir que las balas volaban a su alrededor, Rei se cubrió tras uno de los árboles y acto seguido devolvió los disparos, dando de lleno en la cabeza al oficial que no estaba disparando, haciendo que sus sesos salieran de su cabeza como si de alguna especie de pasta roja se tratara.