Amor de hermanas (fanfic de Kill la Kill) [+18]

La cosa que acechaba entre los árboles

¿?: LB2669 despierte... tiene trabajo que hacer.

LB-2669: Mmmm dime Liv, es más fácil de recordar y decir.

Aquel experimento se encontraba sentada en una especie de sofá y a su alrededor estaban unos cuantos doctores vigilándola a través de varios monitores. Se podía ver que en sus brazos estaban conectados algunos sueros y otras sustancias. Los soldados japoneses y mercenarios veían a esa mujer con cierto recelo pues su actitud era un tanto terrorífica y extraña. Para hacer más tenebroso o extraño al ambiente, "Liv" se encontraba escuchando una pieza de música clásica y de tanto en tanto sonreía, como si aquello le diera cierta felicidad. 

Liv: Mmmm magnífica pieza de arte, no espero que sus mentes ignorantes entiendan la perfección de cada partitura pero al menos deben tener la certeza de lo afortunados que son al ser oyentes de esta hermosa música.

Lucifer: Ya basta de tonterías debemos salir de cacería, prepárese LB-2669  

Liv: ¿Cacería? (Lentamente la mujer abría los ojos y mostraba una pequeña sonrisa) Ya era hora, me estaba aburriendo de estar aquí y para ser sinceros... (Se levanta y arranca de sus brazos los sueros, haciendo que varios hilos de sangre se deslizaran por sus miembros) ya quería probar a Rei... 

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La noche lentamente iba cayendo en aquel tétrico bosque y para ese momento Satsuki había estado cuidando tanto de Ryuko como de la otra rehén, quien aún estaba temerosa sentada en una de las sillas de ese pequeño comedor y no podía evitar mirar el charco de sangre seca que estaba en el piso, en donde unas horas antes Rei había destrozado la garganta de ese asqueroso sujeto.

Satsuki: No me dijiste tu nombre, por cierto soy Satsuki y ella es Ryuko...

¿?: Si... si sé quienes son... las noticias decían que ustedes estaban muertas... esa mujer... Rei, era la que las había matado...

Satsuki: Bueno casi lo hace pero digamos que hubo cambio de planes...

¿?: Soy... Helena... (La chica hablaba sin ponerle atención a la pelinegra) y esos cerdos me raptaron en una estación de tren...

Satsuki: Estabas regresando a tu casa supongo...

Helena: Si... Yo estaba yendo... Estaba cansada de tanto trabajar y no me di cuenta de esos malditos hasta que sentí como uno de ellos ponía un pedazo de tela sobre mi boca...

Satsuki: ¿Nadie te vio?

Helena: Para mí mala suerte ya era de noche y no había más nadie que yo...

Satsuki: Mierda, malditos cerdos ... sé merecen la más dolorosa de las muertes, pero creo que eso obtuvieron al final...

Helena: ¿Qué fue eso?

Con cierto temor la muchacha devolvía su mirada hacia el bosque. El sonido de la hierva siendo pisado comenzó a hacerse eco y el viento también hacía acto de presencia, provocando que el cuadro se volviera más espeluznante e inquietante. La pelinegra con cierta duda deslizaba su mano debajo de la cama y tomaba la trenchgun de Rei, de inmediato la amartilló y de un salto casi felino se ponía a un lado de la puerta en espera de lo que pudiera pasar.