Niños en la ciudad - Trae los invitados a casa.

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había pasado un breve periodo de tiempo desde que Oscar y Honey tomaron caminos separados en busca de alguien que quisiera asistir al cumpleaños de aquella "amante de tortugas" Todo con el fin de tener una fiesta viva y dejar a un lado el cliché de la chica extraña que nadie se le quiere acercar en el recreo, El objetivo de Honey era volver popular a su amiga gracias a su fiesta que los demás se den cuenta que no se trata de una simple niña rara y asocial. 

Por la parte del paquidermo, este se encontraba tranquilamente caminando por las calles de Toronto observando su ambiente nada hostil y bastante humilde;
 La gente trabajaba y se reía por todas partes, muy diferente  a lo que sentía en Nueva Jersey donde algunas veces El tenia que animar a algunas personas en sus días pesados para sacarles una sonrisa, Sobre todo a los ancianos y los más niños que llegaban de los trabajos y la escuela respectivamente, Pero ahí todo parecía estar servido en bandeja de plata para el paquidermo.

Fuera de esa notoria diferencia, El chico elefante llegó a lo que parecía ser un gran prado arboleado donde los adultos y sus hijos paseaban a sus mascotas, Pero también había una que otra entidad solitaria en busca de compañía.

"¡Eureka!

El mejor amigo de Honey Pensó en voz alta al ver la multitud de caras alegres y jóvenes, suponiendo que alguno de esos tendrían que ser amigo de la susodicha.. por simple lógica. después de todo la conejita era muy amada en el campamento.. ¿Se podría decir lo mismo de la ciudad donde ella y Jessy vivían?

Entre tantas caras, Una en especifico llamó toda la atención del joven paquidermo, Se trataba de un chico conejo, aparentemente de su misma edad, tenía una melena gris con ropas de color ocre y un stetson marrón en la cabeza.
a pesar de su soledad, el extraño lepórido Se notaba bastante contento y tranquilo tocando una guitarra, Pero esa Profunda tranquilidad se desvanecería de inmediato por la visita inesperada de cierto elefantito de un solo mechón. 

No dudó dos veces en ir a el y como de costumbre, El Pequeño Oscar lo saludó de manera educada y cordial.

-Oscar: ¡Hola, Extraño! Ejem..
Quisiera saber si tu.. -

...: Ya adivino lo que vas a decirme, pequeño saltamontes.
¿Quieres componer una canción Conmigo?  -Respondió amablemente sosteniendo su instrumento-

-Oscar: Eh.. ¿Noope?

...: [Algo Impresionado] ¿De verdad? Eso si es raro, Normalmente todos se me acercan para que les ayude con sus notas. 
Mi nombre es Gerald. ¿No eres de por aquí, verdad?

-Oscar: Mi nombre es Oscar.
¡Y no! Solo vine a petición de una amiga mía.. Su nombre es Honey y quisiera saber si...
¿Tu la conoces? 

Ante estas tímidas pero respetuosas palabras, La actitud alegre del conejo se transformó en una de total shock al escuchar ese nombre de vuelta, el chico dejó de tocar su guitarra de golpe y miró al elefante quien le devolvió la reacción un poco incomodo.

-Gerald: Espera.. Déjame ver si entendí bien.. ¿Dijiste "Honey"? -Exclamó el chico con una voz seria, pero un poco entristecida-

-Oscar: ¡Ajá!
 Honey Fischer, Una chica de pelo albino y largo, y tiene lentes en forma de circulo... ¿Te suena?

Una vez que el tierno elefante dijo las características de ese nombre, El extraño entendió perfectamente de quien se trataba. 

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