Sombra

996 105 25
                                    

El salón del consejo se sumía en un tenso silencio mientras los nobles observaban a Rhaenyra, expectantes. Desde el atentado que había dejado a la princesa Arianne debilitada, la autoridad de Rhaenyra había sido puesta a prueba. Algunos la miraban con abierta desconfianza, aunque otros, recordando los rumores sobre los dragones sobrevolando las costas, mostraban algo cercano al respeto. Fuera cual fuera su postura, todos los presentes sabían que ese día la princesa Targaryen tendría que enfrentar el reto de demostrar que era digna de liderar en ausencia de Arianne.

Rhaenyra estaba de pie con porte decidido, su mirada clara recorriendo cada rostro en el salón antes de hablar. Los rumores de los ataques en alta mar ya se habían extendido por todo el reino, y lo que inicialmente parecían saqueos aislados ahora amenazaba con convertirse en una crisis mayor. Las incursiones a los barcos mercantes y las aldeas costeras estaban poniendo en peligro los recursos de la región, y la corte estaba inquieta.

"Mi señora" habló Ser Nyron Yronwood, un noble cuya lealtad a Dorne era indudable, aunque su respeto por los Targaryen era cuestionable. "Estos ataques están golpeando tanto el comercio como la seguridad de nuestra gente. Necesitamos una solución inmediata, antes de que esta amenaza se salga de control."

El tono de Ser Nyron era respetuoso, pero Rhaenyra detectó un desafío velado en sus palabras. Sabía que algunos nobles aún dudaban de ella, y que la situación en las costas era la oportunidad perfecta para demostrar su valía.

Rhaenyra mantuvo la calma y respondió con voz firme.

"Estamos al tanto de los ataques y de la inseguridad que están causando en nuestra gente. Por ello, he decidido enviar una flota de patrullaje a las costas para interceptar y repeler a los atacantes. No permitiremos que estos saqueadores vean nuestras costas como un objetivo fácil. Dorne no se inclina ante ningún saqueador ni muestra debilidad ante sus ataques."

El salón se llenó de murmullos de aprobación. La presencia de una patrulla en las aguas de Dorne era una medida audaz, y muchos de los nobles, acostumbrados a la actitud protectora de Arianne, reconocieron en Rhaenyra una determinación similar. Sin embargo, Ser Nyron mantuvo su expresión imperturbable y desafiante.

"¿Y quién liderará esta patrulla, princesa?" preguntó Ser Nyron, con un tono que, aunque respetuoso, llevaba un deje de desconfianza. "Debemos estar seguros de que quienes patrullen nuestras costas lo harán con el conocimiento y el compromiso necesarios."

Rhaenyra no dudó. Sabía que era crucial confiar en alguien cercano y leal, alguien que representara no solo su autoridad, sino también el respeto hacia las tradiciones y la autonomía de Dorne.

"Mi decisión es que Tyanne, una aliada leal y capaz, sea quien encabece esta misión. Su compromiso con Dorne es incuestionable, y confío plenamente en su capacidad para defender nuestras costas y velar por nuestra gente." Rhaenyra dejó que sus palabras resonaran, asegurándose de que todos entendieran la implicación de su elección. "Esta es una misión para proteger nuestras tierras, y nuestra gente merece ver a alguien en quien pueda confiar. Qué mejor persona que la que fuese la mano derecha de mi esposa en batalla."

Los nobles asintieron, y algunos comenzaron a intercambiar miradas de aprobación. La elección de Tyanne era sabia; su lealtad y experiencia eran conocidas en Dorne, y su presencia en las aguas sería un mensaje claro de que Rhaenyra tomaba esta amenaza en serio. Incluso Ser Nyron, aunque mantenía su postura cautelosa, parecía menos inclinado a cuestionarla abiertamente.

"Es una elección prudente, princesa" dijo Ser Nyron, inclinando levemente la cabeza. "Lady Tyanne es una guerrera capaz, y su lealtad a Dorne está fuera de toda duda. Sin embargo, no olvidemos que somos un reino de independencia. Nuestra historia nos ha enseñado a desconfiar de quienes buscan imponernos sus intereses."

Mi sol y libertad [Rhaenyra Targaryen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora