One Shots Wonder Woman

Te conozco

Había cosas en la vida que no cuestionabas a menudo. ¿Por qué la gente pone arándanos en sus panqueques? ¿Qué tipo de persona se toma en serio la intolerancia a la lactosa? ¿Se preocuparían los extraterrestres por la vida humana?

Esas eran cosas que dejabas que el universo manejara. Sin embargo, había una sola pregunta que daba vueltas interminablemente en tu mente.

¿Era Diana Prince... Wonder Woman?

Diana era amiga tuya. Una amiga de la que querías ser más que amiga. Una mujer que era el epítome de la perfección. Ella tenía el cerebro, la belleza y la confianza.

Sin embargo, parecía que Diana no tenía muchos otros amigos. Te mantuvo cerca, pero aún a un brazo de distancia de ella. Era como si estuviera tratando de protegerte de sí misma.

Podría haber una razón más lógica de por qué las cosas eran así, pero no se te ocurrió. Habías visto a Wonder Woman en la prensa e incluso de cerca en persona.

El parecido entre ella y Diana era asombroso. Fue tan sorprendente que la primera vez que viste a Wonder Woman, en realidad la llamaste Diana. Para tu sorpresa, ella te miró y luego continuó su lucha.

No había un manual sobre cómo confrontar a tus amigos posiblemente superpoderosos. Si lo hubiera, ya lo habrías encontrado.

Invitaste a Diana a cenar, lo cual aceptó gustosamente. Actuar normal fue más difícil de lo que pensabas. Cada nervio de tu cuerpo está de punta.

—T/n, ¿está todo bien? —pregunta mientras las dos se sientan en el sofá.

El pensamiento sale de tu boca sin filtro: —¿Eres Wonder Woman?

Los ojos de Diana se agrandan mientras balbucea para responder. La interrumpes antes de que hable: -¿Cuál es esta reacción? Esta no es una reacción regular.

Diana intenta ocultarlo: —Bueno, esa no es una pregunta normal.

Te burlas, —No si en realidad eres ella. Quiero decir, cualquier otra persona me habría mirado como si estuviera loca, pero tú... parecías expuesta.

—La pregunta me tomó por sorpresa. Un segundo estamos sentadas en el sofá y al siguiente me acusas de ser Wonder Woman.

La señalas, —Lo cual aún no has negado.

Sus esfuerzos por hacerse la tímida solo te hacen sospechar más: —Por supuesto que no soy Wonder Woman.

—No pareces muy segura. Déjame tomar prestado el lazo de la verdad para ver si eres honesta o no.

Por un segundo, puedes ver los pensamientos acercándose a su cabeza. Parecía como si fuera a presentarte el lazo de la verdad.

Te pones de pie, —¡Ajá! Vi eso. Estabas alcanzando el lazo porque lo tienes.

Diana se mueve en su lugar, —T/n, no soy Wonder Woman y lo sabes. Vamos, me conoces.

—Te conozco, pero hay cosas que me ocultas. Cosas de las que eres extremadamente cautelosa. Como, por ejemplo, tu vida amorosa.

Esto hace que Diana se sonroje, —¿Mi vida amorosa? No estoy saliendo con nadie.

—¡Exactamente, Diana! Eso no tiene ningún sentido. Parecías haber sido tallada por los mismos dioses. Tu vasto conocimiento de casi cualquier cosa, literalmente, es más que impresionante. La compasión que tienes incluso por las personas más horribles es solo algo que puedo describir como un héroe. ¿Me estás diciendo que nadie quiere salir contigo?

Al final de tu perorata, el rubor de Diana se había extendido por casi todo su rostro: —¿Alguna vez pensaste en que yo no quisiera salir con nadie?

Asientes: —Lo hice, y la razón por la que no quieres salir con nadie es porque eres Wonder Woman. Eso podría ponerlos en peligro, y nunca te lo perdonarías si les pasara algo.

Diana se recuesta un poco en el sofá y cierra los ojos: —Si ese fuera el caso, ¿sería tan malo?

Te vuelves a sentar a su lado, —Si ese fuera el caso, creo que sería injusto contigo misma.

—¿Por qué?

Tu mano se desliza en la de ella, —Porque, Diana, mereces ser amada.

Ella habla en voz baja mientras su pulgar traza el dorso de tu mano, —No puedo ocultarte nada, ¿verdad? Siempre me estás descifrando.

Ahora fuiste tú sonrojándote por el tono de su voz, —¿Es eso algo malo?

—No, pero ¿cómo te enteraste?

Te ríes un poco, —Por un lado, te pareces a ella. La segunda cosa es que Wonder Woman me miró cuando la llamé Diana.

Diana hizo una palmada en la cara, —Lo sabía, si no fuera así, ni siquiera habría mirado.

Aunque era tu teoría, todavía estabas bastante atónita, —No puedo creer que seas ella. Diana, eres increíble.

—Me halagas demasiado.

Sacudes la cabeza, —No creo que lo haya hecho lo suficiente.

La forma en que tus ojos estaban enfocados en ella hizo que Diana quisiera derretirse. La adoración que tenías por la mujer a tu lado fue capturada en tu mirada.

—¿Quieres ver el lazo?

—Por supuesto que quiero ver el lazo, —aplaudes.

El lazo brilla cuando ella lo saca de su escondite. Te acercas para tocarlo y jadeas cuando Diana envuelve la cuerda alrededor de tu muñeca.

—¿Prometes decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad?

Los pelos de la nuca se erizan cuando asientes. Diana sonríe ante tu obediencia.

—¿Alguna vez le dirías a alguien que soy Wonder Woman?

—No, —sale de tu boca sin tu permiso. Miras la cuerda con incredulidad.

Diana se ríe de tu diversión: —Te obliga a decir la verdad, ya sea que estés lista o no. ¿Mi poder te asusta?

—No, es intrigante, —sientes tu piel arder ante la admisión.

Diana te mira a los ojos, el labio inferior entre los dientes —¿Por qué siempre me miras así?

Tus ojos se abren y deseas haber estado libre de la cuerda, —Porque eres la persona más fascinante que he conocido, y hubiera sido completamente imposible para mí no haberme enamorado de ti.

Tus manos vuelan sobre tu boca. La cuerda cuelga suelta alrededor de tu antebrazo, casi olvidada.

—No quise decir eso, —murmuraste en tus manos.

Diana fue cautelosa cuando tomó tus dos manos, sosteniéndolas en las suyas. El calor de sus manos se sintió acogedor en tus manos frías.

—T/n, significas más para mí que nadie en siglos. Nada me gustaría más que llamarte mía... pero debo advertirte. Me guste o no, primero tengo que ser un héroe. Me gustaría estar siempre aquí para ti, y haré todo lo posible, pero no puedo hacerte esa promesa. Si no quieres esto, lo entiendo, pero si me tienes, puedo prometerte mi amor eterno.

Cogiste por sorpresa a la mujer más poderosa del mundo cuando la atrajiste hacia ti. Tus labios presionando contra los de ella de una manera necesitada. Sus manos apretaron tu cintura mientras las tuyas rodeaban su cuello.

Cuando el beso se rompió, sus frentes estaban juntas. Volviste a besar sus labios, disfrutando el peso de ella encima de ti.

—Te tendré mientras me lo permitas.

Sus ojos eran puros mientras miraban a los tuyos. La mano de Diana acarició tu rostro, —Eres mi persona.

Te derretiste bajo su mirada, abrazándola lo más cerca posible. Estabas preparado para cualquier prueba y tribulación por la que tuvieras que pasar. Mientras tuvieras a Diana, sabías que los tiempos difíciles pasarían.

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Escritor(a): @/Heathenc02