Él me está siguiendo

7 5 0
                                    

Por un momento pensé que era él quien estaba allí, pero preferí prestarle más atención a el llegar a casa.
Unos segundos de camino habían bastado para darme cuenta que el auto anterior me estaba siguiendo.

Esto solo me confirmaba algo, que ese detective realmente iba detrás de mi, pero, ¿Por qué?
Doblé un callejón en el cual extrañamente no había muchas personas, y el que también conocía como un camino corto hacia casa.

Me detuve en ese mismo camino provocando que él también lo hiciera. Bajé de la moto y me dirigí hacia su auto, toqué en el cristal de su 
Ventanilla y esperé aparentemente con calma a que este la bajara.

—¿Te sucede algo conmigo? —le pregunté un poco exaltada.

—No. —Dijo mirando hacia el frente.

—Entonces ¿porqué me estás siguiendo?

—Solo estoy haciendo mi trabajo —respondió él.

—¿Acosarme? Porque eso es lo que veo que estás haciendo.

—¡Hey chica! No soy un acosador, solo estoy investigando a alguien que me parece un punto útil en el caso.

—¿Disculpa? ¿Soy una sospechosa para ti? —me mantuve pidiendo una explicación ante lo sucedido.

—Soy un detective, necesito investigar muy a fondo cuando pasan casos como el de tu psicóloga. —Salió del auto y luego me respondió.

—No estoy entendiendo nada. —Creo que mi mente trataba de confundirme o él estaba tratando de decirme algo más.

—Tengo que investigar a sospechosos y culpables.

—Vaya discreción, como detective es algo que deberías tener como habilidad.

—Como quieras, igual seguiré tus pasos, hasta que no levantes ni la mínima sospecha en mi.

—Bien, pues hazlo, seré un tiempo perdido para ti —. Me di media vuelta y me dirigí hacia la moto.

Arranqué, me mantuve de camino unos dos minutos, pero me resultaba bastante incómodo tener a alguien detrás siguiéndome. Me detuve nuevamente y enojada seguí hacia él:

—¿Puedes dejar de hacerlo?.

—Me quedó claro que no te molestaba —levantó su comisura derecha, sus labios se veían tan exquisitos que no dude en pensar cosas que no debían pasar por mi mente.

«Estúpida ¿Pero qué carajos te pasa Charlotte? Deja de pensar esas mie*» dije para mí misma en mis pensamientos. Fue entonces cuando su voz me devolvió a la realidad.

—Hey ¿Sigues aquí?

—Te pediré que dejes de seguirme, es como si tuviera una goma de mascar pegada a la suela del zapato.

Él se acercó un poco a mí, quedamos a unos cuantos cm de por medio, pero eran algo cerca:

—Creo que ocultas algo…

—¡Ah! Es que aparte de detective eres médium ¡Felicidades Don sorpresitas! —sarcasticamente como siempre yo.

—No lo soy, pero sea lo que sea, lo descubriré —dio un paso atrás —. Con su permiso señorita Mels, me despido —. Hizo una última reverencia, subió a su auto y se marchó.

Más tarde estaba en mi habitación, sentada en la cama y junto a mi varios libros. Me preparaba con los estudios en los que más preocupación sentía. Aunque los pensamientos no eran del todo nulo, sí, todos por el hecho de que hoy hubiera sido culpada por algo que realmente no había hecho, me sentía horrorosamente mal.

Demonios OcultosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora